THE LEGACY

CAPÍTULO 21

RYUJIN POV

Habíamos pasado tres días en Ottawa, en busca de la maldita placa, hasta que nuestros padres nos dijeron que se la habían llevado y estaría en un avión que iba a Corea, la compañía también era coreana, así que el objetivo de meterla en un avión, simplemente sería transportarla.

Así que nos metimos en un avión normal, con pasajeros normales, en teoría debía ser un vuelo tranquilo, JaeHyun robaba la placa disimuladamente y volvíamos a casa con total normalidad.

-¿Y este? – me preguntó TaeYong, sentado a mi lado, enseñándome otra gama de color para su pelo.

-Llevamos dos horas, TaeYong – reí – el blanco ya me lo has enseñado.

-Pero, ¿te gusta?

-Que sí, prefiero el rojo, pero si te lo cambias, que sea a blanco – contesté yo pasando una pierna por encima de la otra.

-Será pesado... - rió Sana a mi otro lado – mi hermana te va a mandar a la mierda rápido – bromeó y TaeYong me miró preocupado.

-Si estás dos horas para elegir un color de pelo, seguramente sí – dije yo poniéndome del lado de Sana, que volvió a reír mientras hojeaba la revista.

-El blanco, TaeYong, el blanco y así estarás a juego con mi hermana – le propuso Sana.

Él asintió sonriente y conforme con la decisión, así que al día siguiente seguramente ya veríamos a TaeYong con el pelo blanco.

Yo apoyé la cabeza en el asiento y miré por la ventanilla de Sana, el cielo estaba muy despejado y apenas quedaban veinte minutos para aterrizar. Lo estaba deseando, nunca había viajado en un asiento tan pequeño e incómodo.

-Algo no va bien, RyuJin – HaeChan, que se sentaba detrás nuestro con dos personas a las que no conocíamos, metió la cabeza entre mi asiento y el de TaeYong – a tus once, tus siete y tus ocho – me dijo él en japonés, para que solo nosotros nos enterásemos, en ese avión, quién no hablaba coreano hablaba inglés, pero no japonés.

Yo miré hacia las direcciones que me decía. A mis once, una mujer, sentada al lado de NaYeon y Lucas, se ponía una máscara y miraba a DoYoung, al otro lado del pasillo. A mis siete, un hombre hacía lo mismo y JiSung lo miraba frunciendo el ceño, también sospechaba. A mis ocho, otro hombre ya con la máscara, jugaba con su cinturón y me miró de reojo.

-Hay infiltrados aquí – susurré – el pinganillo – me metí la mano en el bolsillo y lo saqué para ponérmelo.

Todos los demás, repartidos por el avión, hicieron lo mismo, y cuando JaeHyun se paseó por todo el pasillo, le miré el bolsillo del pantalón, llevaba la placa, pero al vernos, observó a su alrededor y se puso el pinganillo al sentarse al lado de YuTa.

-La tengo – dijo JaeHyun en japonés – hay quince tíos y tías con máscaras en todo el avión, saben que la llevo encima.

-Saben que estamos todos aquí, el de mi lado está escribiendo en su teléfono algo – dijo JiSung desde su asiento – van a saltar del avión.

-¿Qué? – pregunté yo frunciendo el ceño.

Todos nos miramos sin saber qué pasaba, pero la cosa se estaba poniendo fea.

-Hay una bomba – dijo JiSung.

-No me jodas – susurró JaeHyun.

-Quieren destruir esa placa, si la destruyen, la Yakuza nunca estará completa y con todo su poder – explicó YuNa.

-Protocolo R56T – dijo JaeHyun – sin matar a nadie, no nos delatemos.

Yo me desabroché y miré a YuNa sentada al otro lado del pasillo, le dije en el lenguaje de signos que avisase a ChanYeol que íbamos a iniciar ese protocolo y que necesitábamos que hiciese su parte desde el aeropuerto, dónde nos estarían esperando todos.