CAPÍTULO 4

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YUNA P.O.V

El partido acabó con nuestra victoria bien merecida, porque había sido un partido muy reñido y nos había costado mucho ganarlo, además ninguna estábamos muy concentradas aquél día y después del partido, el entrenador se encargó de recordárnoslo.

A pesar de la bronca, yo tampoco presté mucha atención, miraba a mis compañeras de equipo, entre ellas RyuJin, Lia, ChaerYoung y nuestra capitana YeJi. Empezamos a jugar a voleibol por una apuesta que perdimos contra los chicos, y al final nos acabó gustando y ya llevábamos tres años en el equipo.

También estaba atenta a la grada, allí estaban nuestros padres en un lado, y JaeMin al otro, que nos miraba con su sonrisa burlona y las manos metidas en los bolsillos de su bomber negra.

-No faltéis los próximos entrenamientos, nos vemos, chicas – el entrenador nos dio permiso para irnos y yo me dirigí al banco dónde tenía mi botella de agua.

-Voy a ir a avisarlo de que faltaremos a algunos entrenamientos – dijo YeJi poniéndose la sudadera del club.

-Pero que nos saque en los partidos – RyuJin se sacó dos fajos de dinero de la mochila y se los dio a YeJi.

Ella asintió y RyuJin se sentó a mi lado, ChaerYoung al otro y las tres cogimos el móvil para disimular mientras esperábamos a que YeJi hablase con el entrenador. Lia se marchó, YeJi la había dejado el día anterior y no se lo había tomado muy bien, sería cuestión de tiempo que lo arreglasen del todo.

-Ya está – YeJi llegó hacia nosotras de nuevo – vamos a tener que contribuir con más dinero pero seguiremos jugando y estando en el equipo faltemos lo que faltemos – dijo ella ayudándome a ponerme en pie – ¿nos vamos?

Nosotras tres asentimos, cogimos nuestras cosas, nos despedimos del resto del equipo y subimos a la grada con nuestros padres para que nos llevasen a casa.

-Te la voy a robar, lo siento, tío Chan – JaeMin apartó el brazo con el que mi padre me rodeaba los hombros.

-No voy a preguntar – mi padre nos miró negando con la cabeza, pensándose cosas que no eran y se separó de nosotros dos.

-Vámonos – me puso las manos en la cintura y me dio la vuelta en dirección contraria a la que iban todos.

-¿Dónde? Tengo que comer – dije siguiéndolo fuera del pabellón.

-A casa de Jeno, estamos todos allí y me ha dicho si podía recogerte de camino – dijo sacándose las llaves de la moto del bolsillo – y aquí estoy, montándote en mi moto – se sentó en su enorme moto negra y metió la llave.

Yo sonreí un poco y me senté detrás de él, poniendo mis manos en su cintura para agarrarme a algo, JaeMin conducía suave pero a pesar de eso, yo iba con la ropa del partido y por culpa de los pantalones cortos estaba helándome de frío.

-¿Quieres que pasemos por tu casa y te pones algo? – me preguntó JaeMin parándose en el semáforo y tocándome la pierna con su mano, frotándola para darme calor.

-Lo que quiero es que apartes la mano – dije sonriendo y mirándolo por el retrovisor.

-Vale – apartó la mano y se giró a mirarme – tendrás que conformarte con calentarte con mi sola presencia – se encogió de hombros y sonreí más ampliamente.

-Ya está en verde – le señalé el semáforo.

Él sonrió con ironía girándose hacia delante y yo miré como no borraba esa curvatura de sus labios ni cuando arrancó. Siempre me había parecido un tipo atractivo, además con una personalidad muy única y que agradaba a quién fuera, su sarcasmo y la sonrisa de pillo lo hacían triunfar en cualquier ámbito de su vida.

THE LEGACYWhere stories live. Discover now