THE LEGACY

CAPÍTULO 38

JISUNG POV

Dormía en mi cama, pero no profundamente, ya hacía tiempo que no lograba dormir así, demasiadas cosas en la cabeza para que esta descansase, así que cuando la mano de mi madre se posó en mi hombro enseguida abrí los ojos y me giré a mirarla.

-¿Qué pasa? – le pregunté aún algo adormilado.

-Acaba de llamar el tío Chen – me dijo ella sentándose en el borde de la cama y yo me incorporé enseguida – dice que si quieres despedirte de NaYeon tienes que ir ya, cariño – dijo tocándome el flequillo rubio que caía por mi frente.

Yo la miré y tragué saliva, sabía lo que esas palabras significaban, si querían que me despidiese de ella era porque ya no la vería más, estaba muriendo.

Asentí con la cabeza y con el corazón en un puño me levanté a ponerme cualquier cosa. Una parte de mi se negaba a despedirse de ella, no quería que se fuese, odiaba las despedidas, pero la otra me pedía que lo hiciese, que se iba y que tenía que irse bien despedida.

-JiSung, espera – dijo mi padre saliendo de su habitación – vamos nosotros también.

Ambos salieron conmigo y nos fuimos al hospital, yo tenía los nervios a flor de piel, mi cabeza no asimilaba bien lo que pasaba, como si no se lo quisiese creer, pero fue un golpe a la realidad bien fuerte cuando vi a TaeYong, Jeno, JaeMin, Lucas y JaeHyun en la puerta del hospital fumando juntos y hablando débilmente.

-Hola – saludé yo cuando llegué.

-Entra, puede que siga consciente – me dijo TaeYong dándome un golpe en el hombro para animarme.

Yo entré prácticamente corriendo y subí las escaleras hasta su planta a toda prisa, en la sala de espera mi padre se acercó a Xiumin que estaba sentado en un asiento mientras los demás intentaban hablar con él. Yo miré a RyuJin que estaba de pie apoyada en la pared y miré la puerta cerrada de NaYeon.

-Entra, las chicas ya llevan un buen rato, te esperaban – me dijo ella.

Asentí con la cabeza y piqué a la puerta, fue DaHyun quién me abrió y me dejó pasar. Cuando la vi en la cama una pequeña parte de mi se paró al verla tan débil, apenas podía abrir los ojos y hablar, con suerte conseguía tener la mano de Momo agarrada.

-Te dejamos con ella – me dijo Sana con la voz rota – te quiero – le dijo a NaYeon dejando un beso en su cabeza.

Las otras dos hicieron lo mismo y se marcharon prácticamente llorando de la habitación, dejándome solo con ella, sabía que no tenía mucho tiempo, pero cualquier cosa mejor que nada.

Me acerqué a su cama y me senté en la silla dónde estaba Momo antes.

-Hola – le dije cogiendo su fría mano y ella sonrió un poco como respuesta.

No supe que decirle, aunque tuviese mil cosas que decir y que agradecerle, solo quería quedarme abrazado a ella durante horas y que me dijese que no se moría, que se quedaba con nosotros, pero eso no iba a pasar.

-No pasa nada, JiSung – dijo ella en un hilo de voz y apretando un poco mi mano – ya lo sabíamos.

Yo me acerqué más a ella y le pasé un brazo por encima para acogerla con mi cuerpo caliente.

-No te mereces esto, NaYeon – dije yo acariciando su mejilla con mis nudillos y conteniendo esas lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos, ella solo encogió los hombros.

-No digas nada – dijo ella con una pequeña lágrima bajando por su mejilla hasta la almohada blanca – ¿me das un beso?

Asentí con la cabeza y acerqué mi rostro al suyo hasta que hice que nuestros labios se tocasen en un simple beso, no necesitaba nada más que nuestros labios se juntasen por última vez, de sentirla cerca de mí. Nuestras lágrimas se mezclaron en aquel beso, el beso más bonito y más triste que había dado en mi vida. No la quería lejos de mí.