CAPÍTULO 12

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TAEYONG P.O.V

El vuelo se había atrasado, porque necesitábamos un avión con una camilla donde pudiese tumbarme. YuNa y DaHyun me habían extraído la bala y tapado la herida, dijeron que me pondría bien pero que el proceso sería doloroso y lento porque había varios tejidos dañados. Así que el viaje en avión estaba siendo una putísima mierda.

-Te voy a meter morfina, haber si el dolor disminuye – me dijo YuNa remangándome la sudadera de un brazo, el otro lo tenía estirado, agarrando la mano de JaeMin, que se había quedado dormido y abrazado a la mano.

-Lo haré yo – dijo JaeHyun interrumpiéndonos – descansa, YuNa – le hizo un gesto con la cabeza para que se fuera a su sitio.

Ella asintió y me dejó solo con él, que se sentó en una silla pegada al suelo, al lado de la camilla. Yo miré como cargaba la jeringuilla de morfina, su rostro estaba herido y tenía un corte que se le asomaba por el bíceps, debería curárselo pero era en vano intentar convencerlo, sus ojos estaban algo rojos, no había dormido nada aún.

-Dame el brazo – dijo cogiendo el que JaeMin no tenía agarrado.

Yo dejé que buscase la vena y después inyectó el medicamento con cuidado y delicadeza.

-¿RyuJin está bien? – le pregunté, no la había visto desde que cortó a ese hombre por la mitad, no sabía si estaba bien o no.

-Sí, durmiendo delante, con YeJi – me dijo él guardando la jeringuilla.

-¿Cómo estás? ¿Cómo te encuentras? – me preguntó tocándome la frente – tienes fiebre.

-Estaré mejor cuando lleguemos – dije mirando cómo me bajaba la manga con cuidado - ¿qué haces aquí? ¿Qué quieres?

-Saber cómo estás y darte las gracias – dijo él mirándome con preocupación.

-No hay nada que agradecer, es mi trabajo – dije yo apartando la mirada de él, porque estaba guapísimo y como me miraba me daban ganas de mandarlo todo a la mierda y darle otra oportunidad, pero debía mantener mi postura, joder - ¿algo más?

-¿No quieres que hablemos mejor las cosas?

-No, me lo dejaste muy claro cuando discutimos en tu despacho – contesté – solo espero que no le hagas daño a RyuJin – dije con rabia y dolor en mi voz.

-¿A RyuJin? – él frunció el ceño.

-Te mola, ¿no?

-No – me cortó él antes de que siguiese hablando.

-Engáñala a ella, a mí no – volví a mirarlo a los ojos – la miras igual que me mirabas a mí antes.

-Eso no es cierto – se defendió él negando con la cabeza.

Yo suspiré y miré al techo, porque era cierto, yo recordaba como JaeHyun me miraba al inicio de nuestra relación, y eran los mismos ojos, el mismo brillo pero con ella, y me dolía, me dolía porque no sabía si entre ellos había pasado algo, me dolería si fuese así, por RyuJin, porque era mi mejor amiga y estuvo consolándome una tarde entera cuando me enteré de lo de JaeHyun y además, me había ayudado y apoyado siempre.

-Te dejo dormir y descansar, aún quedan dos horas de camino – dijo levantándose de la silla.

-¿Ha pasado algo entre vosotros? – le pregunté con la voz temblorosa – entre RyuJin y tú.

-No – dijo él con firmeza y negando con la cabeza – trata de descansar.

Yo asentí y con eso dejé que se fuera, aunque en lo más profundo de mi corazón no quería eso, quería que se quedara conmigo hasta aterrizar, que enredara sus dedos en mi pelo y lo acariciase mientras me hablaba flojito al oído, no había nada que necesitase más que eso en ese momento, pero ya lo había perdonado muchas veces, por muchas cosas, no podía hacerlo más, ya no por él, era por mí, porque ese chico me iba a matar.

THE LEGACYWhere stories live. Discover now