30. Menudo sinvivir

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•Recordatorio:
Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz, tiene una productora de musicales y actualmente está haciendo un musical titulado como el fic.
En el capítulo anterior: Amelia y Luisita tienen que viajar con urgencia a Zaragoza, ya que el padre de Amelia está muy enfermo. Vuelven a Madrid tras su funeral.

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Aunque parte de Amelia se sentía culpable por no haber arreglado las cosas con su padre antes de que éste falleciera, al final y gracias a Luisita y a Devoción, supo ver que ella no había tenido ninguna responsabilidad ante la situación. Devoción le dejó claro que estaba completamente equivocada porque no había sido ella quién había hecho las cosas de manera incorrecta. A pesar de todo, ambas reconocieron que, aunque no había sido lo ideal, Tomás había intentado poner algo de su parte.

Con el paso de los meses, Devoción aprendió a vivir sin Tomás, a dedicarse más tiempo a sí misma y a sus hijos. Amelia supo seguir con su vida lejos de Zaragoza y, aunque jamás lo reconocería en voz alta, una parte de sí se sentía aliviada de que su madre hubiera recuperado parte de su libertad como persona. La vida seguía y había que seguir con ella.

–Cariño, ¿a que no sabes lo que acabo de conseguir?

–Hola Luisita, ¿qué tal? Hola Amelia, yo bien, ¿tú qué tal? –respondió con sorna Luisi desde su oficina al otro lado del teléfono. Amelia rio.

–Amor, ¿qué tal? Yo estoy contenta porque acabo de cerrar las fechas para la gira de Sempiterno por España –dijo con gran entusiasmo la morena.

–Ay, Amelia, ¿de verdad? ¡Cómo me alegro! –aunque no la veía, Amelia notaba la sonrisa de Luisi en su voz–. ¿Durante cuánto tiempo será?

–En principio, seis meses.

–¿No te voy a ver en seis meses?

–No, mi vida, habrá momentos en los que pase varios días de cada mes en Madrid. Y tampoco voy a actuar yo en todas las ciudades, nadie del elenco actuará en todos los pases.

–Menos mal... A ver, que me alegro por la gira, pero a ver qué iba a ser de mí sin verte en seis meses...

–Pues lo mismo que de mí sin verte a ti en seis meses, que me moriría.

–Ay, Amelia, vaya par de dramáticas –ambas rieron para después despedirse y seguir sus respectivas jornadas laborales.

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Durante los seis meses siguientes, la vida de Amelia se convirtió en una locura de idas y venidas a Madrid y por el resto de España. La experiencia general estaba siendo increíble, el recibimiento en cada lugar al que iban era un regalo y pocos fueron los contratiempos que se les presentaban.

Todo el equipo viajaba de noche, por carretera, llevando consigo todo lo necesario para el espectáculo.

Una de esas noches, tuvo lugar una tormenta que resultó ser peor de lo que estaba previsto. Con grandes inundaciones provocadas por la lluvia y vientos más fuertes e impredecibles de lo anunciado. Lo que provocó cierto caos de diferentes índoles: accidentes, derrumbes, cortes de luz, caída de árboles y demás destrozos.

La información que daban los medios no era muy tranquilizadora, especialmente, porque parecía que a los medios le gustaba ser cada vez más morbosos al contar las noticias menos amables y que, en parte, se estaba perdiendo la esencia de informar lo justo, con la profesionalidad requerida y sin motivos más allá que los de mantener informada a la población. ¿Y qué ocurre cuando la información que te llega es alarmante y no la puedes contrastar porque no puedes contactar con tus conocidos y seres queridos? Pues que la tragedia se vuelve más grande y peor en tu imaginación a cada minuto que pasa y no hay nada que pueda frenarla salvo conseguir contactar con esas personas.

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