31. Quiero sorprenderte toda mi vida.

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•Recordatorio:
Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz, tiene una productora de musicales y actualmente está haciendo un musical titulado como el fic.
En el capítulo anterior: Amelia se va de gira por España con el musical y el mal tiempo hace que Luisita no sepa nada de su novia, ya que una avería en las comunicaciones se lo impide. Al final del capítulo, Luisita está en casa de sus padres porque no soporta estar sin Amelia en el piso que comparten.

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Luisita pasó la noche en su antigua habitación en casa de sus padres, ya que no se encontraba con fuerzas para volver a su casa y dormir en su cama sin Amelia. Tampoco quería estar sola, ya que eso propiciaba que la imaginación volara más allá de lo que podía soportar. Manolita estuvo a su lado hasta que Luisita se quedó profundamente dormida, luego cogió en brazos a Catalina, que había querido hacerle compañía a su hermana (incluso sin saber muy bien qué ocurría) y se había quedado dormida a los pocos minutos de echarse al lado de su hermana mayor. Manuela llevó a su hija pequeña a su habitación y luego volvió para cerciorarse de que Luisita seguía dormida, la cubrió bien con las mantas y salió de la habitación sin hacer ruido.

A la mañana siguiente, fue el teléfono lo que despertó a Luisita. Aún algo dormida, y sin recordar que estaba en su antigua habitación, estiró la mano hacia la mesilla de noche para coger el móvil. Cuando abrió un ojo para ver la pantalla y vio el nombre de Amelia, se sentó de un respingo y descolgó.

–Luisita, amor, menos mal que por fin he podido llamarte.

–Ay, Amelia, cariño... –Luisita empezó a llorar al oír la voz de Amelia–. ¿Estás bien?

–Mi vida, no llores, por favor –suplicó Amelia con voz triste–. Siento no haber podido contactar antes, todos los del equipo estamos bien.

–Amelia, es que no saber si estabas bien ha sido un calvario –Luisita secó sus lágrimas con el dorso de la mano e intentó tranquilizarse.

–Lo siento, Luisita. Intenté todas las formas posibles para contactarte, pero no hubo manera.

–No te disculpes... –susurró–. Te echo de menos.

–Yo también te hecho de menos, cariño mío –Amelia sonaba emocionada–. La función se ha cancelado por lo que intentaremos estar de vuelta esta noche, quizás mañana. Más tarde te confirmaré cuando será, ¿de acuerdo?

–Vale –aceptó Luisita suplicando en su interior que fuera lo más pronto posible–. Pero Amelia, ¿estás bien de verdad?

–De verdad, mi vida, te lo prometo. Pronto podrás comprobarlo por ti misma, así que necesito que tú también estés bien, ¿lo estarás?

–Lo estaré, ya se me ha pasado el nerviosismo. No te preocupes.

–De acuerdo. Más tarde te digo algo –le recordó–. Te quiero mucho.

–Y yo a ti, Amelia.

Al colgar, Luisita salió todo lo rápido que pudo de su habitación para compartir las buenas noticias con su familia. Tras contarle la llamada a sus padres y desayunar junto a ellos, se fue a trabajar, mientras esperaba que Amelia le confirmara cuando volvería.

La confirmación no tardó en llegar y Luisita se quedó tranquila al saber que, al día siguiente, tendría a su novia de vuelta en casa.

–No me puedo creer que estés aquí –dijo Luisita abrazando con fuerza a Amelia, ésta correspondió el abrazo con igual o más fuerza y enterró su cara en el cuello de su rubia–. No vuelvas a darme un susto así –Amelia respondió dejando un suave beso en dicho cuello antes de hablar.

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