•Recordatorio:
Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz, tiene una productora de musicales.
En el capítulo anterior: Luisita y Amelia discuten a causa de las dificultades para adoptar y formar una familia. Luisita pasa la noche en casa de María y Amelia acaba reflexionando.-------
–¡Mamá, papá! Hola, pasad –dijo Luisita sonriendo ampliamente tras abrir la puerta de su casa y darles un pequeño abrazo a cada uno–. Están en la cocina, merendando.
Manuela y Marce pasaron a la cocina justo cuando Amelia se acercaba de nuevo a la mesa para añadir un par de platos más y una jarra con chocolate caliente. Luego se dio la vuelta para saludar a sus suegros, quienes la saludaron con un abrazo que Amelia correspondió encantada.
–Suegros, este pequeño de aquí es Oliver –dijo Amelia gentilmente pasando su mano por el pelo rizado del pequeño de dos años que estaba sentado en una trona con una galleta en la mano. Al oír su nombre, el pequeño levantó la mirada y unos ojos grandes y verdes se posaron sobre sus nuevos abuelos, quienes se derritieron y se enamoraron tan rápido de él como lo habían hecho Luisita y Amelia.
–Oliver, cariño –dijo Luisita–. Estos son tus nuevos abuelos.
–¿Aguegos? –preguntó dejando la galleta sobre la mesita de la trona. Luisita se mordió el labio de la ternura que le daba cada vez que oía la voz de su hijo. Su hijo... ¡qué bien sonaba! No se podía creer que por fin tuviera un hijo con Amelia.
–Sí, mi vida, tus abuelos. Son los papás de mami –dijo Amelia cariñosamente, el niño miró a Luisita y esta le guiñó un ojo. Marcelino y Manuela, que habían ocupado su sitio en la mesa, se estaban derritiendo con la situación. El niño sonrió ante el gesto de la rubia y cogió su galleta para seguir comiendo.
Los Gómez y el joven matrimonio habían hablado que cuando Oliver se mudara por fin con ellas, para no agobiarle, irían conociéndole poco a poco. Por la mañana, había conocido a María. A Ignacio, que estaba trabajando, lo conocería otro día junto a Alicia. Al resto de hermanos de Luisita también los conocería poco a poco. Y Devoción ya confirmaría la fecha de su viaje a Madrid para conocer a su nuevo nieto.
*****
Era la primera noche de Oliver en casa con sus nuevas mamás, así que, a pesar de que le habían preparado su propia habitación, habían decidido poner la cuna en la habitación de matrimonio por un tiempo.
Intentaron ponerlo en la cuna a ver si se dormía por sí solo, ya que les habían dicho que lo habían acostumbrado a que así fuera. Pero enseguida se dieron cuenta que al haber tenido un día tan diferente y al encontrarse en un sitio nuevo, eso no iba a ser posible. Entonces, Amelia lo cogió en brazos y lo empezó a mecer mientras tarareaba suavemente. Oliver, a su manera, se unió a su mamá como cantándose a sí mismo mientras Luisita se derretía con la escena desde su posición sentada en la cama que compartía con Amelia. Tras un buen rato, la rubia notó que a su mujer se le estaban cansando los brazos.
–Mi amor –susurró Luisita para no llamar la atención del niño ni romper la atmósfera creada–. Ven a la cama, lo dejaremos entre nosotras hasta que se duerma.
–No deberíamos, ¿y si le creamos una mala rutina?
–Amelia, es su primera noche aquí... Al menos no está berreando –Luisita quiso indicar que aunque el niño no se durmiera, la situación podría haber sido peor–. Venga va, con el calorcito de ambas se dormirá enseguida. Trae.
–Está bien –susurró Amelia acercándose a Luisita para pasarle a Oliver con delicadeza, ya que al estar ésta ya en la cama, le sería más fácil ponerlo en medio del colchón. Después, la morena rodeó la cama para situarse en su lado.
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Sempiterno
Fanfiction"Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin." O la historia de cómo una cocinera y una actriz se conocieron y enamoraron. Ambientada en la actualidad.