•Recordatorio:
Contexto de la historia: Actualidad. Luisi es jefa de cocina en un hotel. Amelia es actriz, tiene una productora de musicales.
En el capítulo anterior: Tras un largo parto, la familia le dio la bienvenida a Carla, quien nació tras una cesárea.-------
De vuelta en casa, Amelia seguía sintiéndose algo dolorida, pero solo con el hecho de dormir en su cama y no tener a visitantes y personal sanitario constantemente a su alrededor, le produjo un alivio indescriptible. Incluso rechazó la oferta de Devoción en la que le daba la posibilidad de ayudarla estando en su casa día y noche, no porque no agradeciera las intenciones de su madre, sino porque, a pesar de que la ayuda le vendría bien, solo le apetecía estar en su casa con su mujer y sus hijos. Devoción no insistió, lo entendió perfectamente y decidió seguir hospedándose en el hotel donde trabajaba Luisita hasta su regreso a Zaragoza.
Amelia acababa de ducharse, estaba en albornoz y se había sentado en la cama, quedándose algo hipnotizada, como observando a la nada. Tenía la sensación de que el cansancio no se le pasaría jamás y eso que Luisita se implicaba bastante para que Amelia no tuviera que despertarse todas las noches cada tres horas para alimentar a Carla, a veces usando leche de fórmula y otras la leche de Amelia si había usado el sacaleches que le había comprado Ana.
En ese momento, entró Luisita meciendo a Carla.
–Amelia, mi amor –susurró para no afectar al estado somnoliento de Carla–, ¿estás bien? –preguntó parándose delante de su mujer.
–¿Eh? –preguntó saliendo de su estupor–. Sí, estoy... estoy cansada, nada más.
Luisita no respondió ni insistió cuando Amelia siguió sin moverse. Luego, se acercó a la cuna y depositó a su hija con cuidado de no despertarla, ya que se acababa de dormir tras el último biberón. Después se acercó a Amelia y se puso en cuclillas delante de donde ésta estaba sentada en la cama.
–Cariño –susurró cogiéndole las manos–, ¿te ayudo a vestirte y te echas en la cama un ratito? Carla acaba de dormirse, podrías descansar tú también.
Amelia accedió y, después de que Luisita la ayudara, no tardó en dormirse. Entonces, la rubia decidió llevarse a Carla de allí para que Amelia pudiera dormir sin que nada interrumpiera su descanso. Luisita cerró la habitación tras de sí llevando a su hija consigo, pensó sentarse en el salón y sostenerla hasta cansarse pero cambió de idea y la puso gentilmente en su cochecito. Entonces se sentó en el sofá, sacó su móvil y decidió echarle un vistazo a las redes sociales. Tras unas horas se despertó dándose cuenta de que se había quedado dormida con el móvil en la mano y que no había llegado a abrir ninguna aplicación.
A los pocos minutos, un llanto sonó cerca, así que se fue con el cochecito a la cocina y preparó un biberón. Al mirar el reloj mientras alimentaba a Carla, vio que Oliver volvería del colegio de un momento a otro acompañado de Manolita, quien se había ofrecido para ir a buscarlo.
Cuando su madre llamó a la puerta, Luisi abrió llevando a Carla en un fular portabebés que colgaba de sus hombros. Tras saludar, la rubia les indicó, tanto a Manolita como a Oliver, que no hablaran muy alto porque Amelia dormía.
–¿Cómo está Amelia? –preguntó Manuela sentándose en el sofá. Oliver se había quedado en su habitación jugando, después de que su abuela le ayudara a asearse y cambiarse de ropa para ponerse cómodo.
–Pues exhausta, mamá –respondió Luisita sentándose con cuidado, poniendo una de sus manos sobre la espalda de su hija, que aún llevaba en el portabebés–. Hoy por fin lleva bastantes horas durmiendo, pero desde que volvimos del hospital no había descansado de manera decente, la pobre mía. Yo intento hacer todo lo que puedo, pero no sé si es suficiente.

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Sempiterno
Fanfiction"Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin." O la historia de cómo una cocinera y una actriz se conocieron y enamoraron. Ambientada en la actualidad.