Ocaso.

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Nave de PV. Órbita Desconocida.

—Ayudé a las Cazadoras de Oscar pero... una resultó herida de gravedad —habló Amairanny al sentarse y despojar su fusil. 

—Hiciste todo lo que estaba a tu disposición —respondió PV, quien estaba cerca de una mesa de comando—. Marisol. ¿Qué hay de los Titanes? 

La Hechicera se acercó a su líder para dar las noticias de la muerte de Aveline y paradero desconocido de Edward. —Parece que al igual que en nuestra linea... aquí tampoco volvió a aparecer. 

PV suspiró por las noticias, ya sabía que ocurría esto, pero no de tal manera. —Al menos en esta ocasión Aveline logró despedirse de alguien de su equipo  —la Hechicera permanecía sentada, sus pensamientos eran tan finos y delicados, cualquier decisión tomada podría ser un grave error—.   —¿Amairanny? ¿Ya te reuniste con tu hermana? 

La Cazadora se desplomó en su asiento debido a su cansancio. —No, aún no —suspiró. Su fusil fue apartado a su lado—. No es un buen momento para buscarla.

—Entiendo —habló PV con un tono de tranquilidad. Marisol se acercó a ella para esperar la orden—. Ahora, Marisol. Libera la siguiente carta.

Sureste de la Ciudad. 

Los días han pasado desde el ataque, muchos, incluyendo el grupo de sobrevivientes donde estaba Oscar decidieron abandonar la Ciudad y huir hacia las afueras de esta. El Espectro del Hechicero logró reactivarse días después de haber sido arrojado desde la Nave; su carcasa estaba dañada y apenas y podía alumbrar su camino entre los escombros: su misión era encontrar con vida a su portador. 

Las calles destruidas de la ciudad eran patrulladas por contingentes Cabal, los cuales asesinaban a todo aquel que se resistiera, entre ellos estaban algunos espectros, Guardianes y civiles que defendían su posición pero sin la Luz solo eran una llama agonizante.

El pequeño ser se percató que información que Lucecita le transfirió había sido liberada así que buscó un sitio seguro para detenerse a leerla. —¡Mierda! —exclamó al revelar el contenido, este se percató del ruido que ocasionó y cambió de sitio—. Esto lo debe saber mi Guardián. 

El Espectro apresuró su búsqueda por toda la ciudad en caos pero solo era testigo de los asesinatos por los Cabal, él no sabía que su Guardián ya estaba en las afueras de la ciudad; su grupo de sobrevivientes logró contactar comunicación con otro grupo liderado y protegido por las Hechiceras Raquel y Paulina, quienes sobrevivieron al ataque después de la supresión aunque ambas sin sus espectros. 

Los grupos se reunieron en las montañas, cerca de las murallas que protegían la Ciudad. Los sobrevivientes se abrazaron y alegraron su reencuentro, ese momento les dio alegría después de muchas pérdidas. La Hechicera Paulina portaba un pequeño saco acoplado en su espalda donde cargaba y cuidaba de unos pequeños gatos silvestres que había encontrado en su camino ya que vio que la madre fue asesinada. 

—¡Pequeño Lobo! —exclamó la Hechicera al ver a Oscar—. Sabía que habías sobrevivido —ambos Guardianes se abrazaron, sus armaduras estaban demasiado desgastadas y su movilidad era más lenta. 

—Me alegra verte —habló el Guardián. Su compañera Raquel se acercó al escucharlo y solo soltó una sonrisa al verlo—. También me alegra verte, Brillitos. 

La noticia de Aveline cambió por completo aquellas sonrisas de las Hechiceras, pero ni siquiera la muerte de los queridos lograba afectar por completo a la Insomne. —Entonces no debemos estar tristes ahora. Debemos seguir adelante y buscar una manera de seguir con vida... y si hay una manera de vengar su muerte, habrá que hacerla —habló Raquel mientras apartaba su casco de su cabeza—. A ella no le gustaría vernos deprimidos por su causa. 

Destiny: Guardianes.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora