~ Rengoku ~
La vi nerviosa cuando nombraba a ese chico, desde que Giyuu me habló de él me he preguntado qué clase de persona será. Ha de ser alguien impresionante sí logró que Mio lo presentara cómo su amigo.
- Presi, ¿Qué sucede? Estas raro - su voz interrumpió mis pensamientos, yo también me sentía sorprendido por mi reacción. No eran celos los que sentía, pero me preguntaba sí Mio también me veía cómo su amigo.
Lleno de dudas e inquietudes la tomé de los hombros e innecesariamente entusiasmado le pregunté.
- ¡Mio!, ¿Qué soy yo para ti? - creo haber preguntado algo mal, pues su rostro se tiñó de un rojo sumamente intenso. ¿Seguirá mal por el entrenamiento con Urokodaki? - ya veo... - susurré antes de que ella pudiese hablar - creo que será mejor que - hice una pausa soltándola de mi agarre - ¡Debemos entrenar aún más duro! Recuerdo que odiabas las clases de gimnasia y siempre huías cuando te tocaba alguna prueba de maratón ¡JAJAJA!, eras todo un caso pequeña Mio - desordené su cabello con una de mis manos.
Ella me miró con sus grandes y profundos ojos sin demostrar emoción alguna, quizás estaba confundida, quizás solo estaba cansada. Aún había tanto de ella por descubrir que me resultaba incomodo seguir tan inmerso en su mirada.
- JAJAJA, ya vamos - dije con una risa nerviosa cortando con el incomodo silencio, ella ladeó un poco su cabeza y soltó una pequeña sonrisa que de alguna forma me pareció muy adorable.
- Vamos - dijo aún sonriendo, ¿Por qué cada vez que la veo sonreír siento algo en mi que solo quiere ver esa sonrisa a cada momento?, ¿Desde cuando siento la necesidad de proteger esa pequeña y dulce sonrisa? - ¿Qué sucede presi? - preguntó mirándome al ver que no seguía sus pasos.
- No es nada - mentí - Urokodaki fue por algo de comida, debería de estar por llegar - busqué con la mirada al mayor en caso de que pudiese acertar con mis palabras, pero en el camino aún no se veía rastro de él.
- ¿Crees que pueda descansar por un momento? Aún me duele el cuerpo por el entrenamiento anterior - dijo estirando su espalda y brazos mientras caminábamos por el bosque que rodeaba la cabaña de Urokodaki.
- No creo que sea importante ahora - respondí observando el lugar, pues sentía una extraña sensación cada vez que avanzábamos aún más en el.
- Aprovechare entonces de descansar un poco, al menos solo hasta que sienta sus pasos venir hacia nosotros - susurró mientras seguíamos caminando.
Nos adentrábamos cada vez más al bosque y yo seguía sintiéndome aún más inquieto, pues podría jurar que sentía distintos ojos sobre nosotros, pero Mio parecía no notar a aquello, o en caso de hacerlo no le daba mayor importancia. En eso, terminamos llegando hasta una gran roca puesta en el centro rodeada de los demás arboles, Mio se detuvo en seco parando su andar, me sorprendí por su acción y le pregunté sí se encontraba todo bien.
- ¿No lo ves? - susurró en un susurro con la voz inquieta.
- ¿Ver qué? - pregunté preocupado, trate de buscar con la mirada hacia dónde ella me indicaba, pero no lograba encontrar lo que ella observaba con sus ojos abiertos de par en par.
~ Mio ~
- No te molestes, solo tu puedes verme - susurraba el chico que usaba una particular mascara de zorro, él se encontraba sentado sobre la roca - Urokodaki llegó a la cabaña, dile a ese chico que vuelva, necesito hablar contigo - por alguna extraña razón él parecía ser demasiado confiable y no me daba mala espina su presencia, por lo que decidí hacer caso de sus palabras.
- Presi, creo que debes volver a la cabaña...yo descansare un momento aquí a escondidas de Urokodaki, sí me encuentra allá querrá que vuelva a entrenar - mentí.
- Pero dijiste que veías algo, ¿a qué te referías? Podría ser peligroso, me quedare contigo - dijo aún preocupado buscando con la mirada por todos lados sin saber que ese muchacho se encontraba a unos pocos metros de nosotros.
- No es nada, fue mi imaginación - dije tratando de sonar convincente - mejor vuelve, o tendrás problemas - advertí con una sonrisa.
- Está bien - suspiró rendido ante mis palabras - pero por favor vuelve pronto a la cabaña - dijo antes de retirarse dejándome sola entre esos grandes arboles y frente a esa gran roca.
- Por fin podemos conversar Mio - su profunda y a la vez relajante voz hizo que me estremeciera al percatar que él sabía mi nombre.
- ¿Por qué me conoces?, ¿Por qué solo yo puedo verte? Yo ni siquiera sé tu nombre - dije observándolo con cierta desconfianza, al menos para que comenzara a explicarse.
- Son demasiadas preguntas para alguien que tiene mucho por aprender - dijo bajando de la roca acercándose a mi - He estado siguiendo tus pasos desde hace mucho tiempo, incluso desde antes que llegaras a éste lugar - añadió deteniéndose justo frente de mi estando lo suficientemente cerca como para poder escuchar su voz más profunda al otro lado de su máscara.
- ¿A este lugar? - pregunté confundida - ¿Te refieres a la cabaña de Urokodaki? - doblé un poco el cuello para que notara mi desconocimiento sobre sus palabras.
- A este mundo - respondió a secas, la verdad me sorprendí con sus palabras, por qué sabría de mi existencia incluso antes de llegar a esta realidad.
- ¿Qué es lo que querías hablar conmigo? - pregunté de forma directa cruzándome de brazos, ahora que comenzaba a unir ciertos datos este chico empezaba a inquietarme.
- Tu amigo está en un grave peligro, sé que él te ha hablado de unos sueños en dónde él muere y te ve a ti involucrada en ellos - hizo una pausa esperando que yo procesara lo que él acababa de decir, era realmente aterrador la cantidad de información que éste chico manejaba de mi y del presi - pero debo advertirte Mio que eso no es solo un sueño, es una premonición de su muerte, y tú tienes el poder de cambiar ese futuro - sus palabras calaron profundamente en mi, ahora que sabía la importancia de su sueño tenía aún más la convicción de que debía hacer algo para salvar a Rengoku.
- ¿Me ayudaras? - pregunté a secas, sí el chico podía ayudarme haría lo necesario para juntar lo necesario y así poder cambiar el futuro de Rengoku.
- Te entrenare rápido y eficiente para que seas cazadora y puedas ser la sombra a toda hora de ese chico - sentí una luz de esperanza en sus palabras, sí bien estaba agradecida del entrenamiento de Urokodaki, ahora que tendría también otro maestro eso podría ayudarme a avanzar aún más rápido.
- ¡Por favor cuento contigo! - dije sobresaltada mientras hacía una reverencia, él solo se limitó a observarme, antes de que pudiese volver a preguntar mi nombre la voz de Urokodaki se escuchó por todo el bosque.
- ¡MIO! - había llegado y lo más probable es que quiera que vuelva a esa montaña para el entrenamiento.
- Debo irme, pero volveré tenlo por seguro - dije para salir corriendo hacia la cabaña en dónde se encontraba el presi y Urokodaki.
~ Narrador ~
Mio se fue del lugar con un revoltijo de emociones en su interior, estaba triste y asustada por el posible futuro que tendría Rengoku, pero a la vez estaba feliz de haber encontrado a ese chico que le ayudaría a salvar al muchacho.
- ¿Por qué le mentiste? - susurró una chica que llevaba un kimono de flores y una mascara de zorro al igual que el muchacho con el cabello de color carne, la voz de la joven parecía estar triste y preocupada.
- Es lo único que puedo hacer por el pilar de la flama, una vida por otra - respondió igual de triste y con culpa en su interior mientras ambos jóvenes se perdían entre la espesa niebla.
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Amor eterno a Sabito♡ a veces igual me dan ganas de escribir sobre él jiji♡
Espero les haya gustado el capi ^^
Muchas gracias por todo el apoyo♡
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Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*
FanfictionMio es una estudiante con excelentes notas, a pesar de ser una chica muy bella tiene grandes problemas para hacer amistades. Kyoujurou Rengoku es el presidente de la clase, un chico que además de tener buenos promedios, es amigable y muy considerado...