Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*

Capitulo 24

Mio

El silencio de la residencia podría calmar cualquier inquietud en un momento normal, pero ahora, por alguna extraña razón mi corazón se sentía intranquilo, y ese mismo silencio me resulta más incómodo que placentero.

Llevé una de mis manos a mi cabello sin comprender la extraña sensación que llenaba mi pecho poco a poco.

— ¿Qué es éste mal presentimiento?—susurré para mí—, ¿Por qué siento mi pecho doler tanto?

Desconociendo lo que sentía, unas lágrimas salieron de mis ojos abruptamente. Sentir que algo malo está sucediendo sin saber lo qué es realmente, me estaba volviendo loca.

Con las pocas fuerzas que logré juntar, pude ponerme de pie para salir del futón. Tomé un haori que el pilar me había entregado y cubrí mi espalda con el, sentía más frío de lo normal, por lo que me abracé al instante en que caminaba hacia la ventana de mi habitación y poder ver desde allí un poco de luz gracias a la luna.

El silencio parecía no solo reinar dentro de la residencia, allí en el exterior todo parecía estar igual de tranquilo y quieto, tanto que aquello me preocupaba aún más.

Una figura familiar comenzó a pasar por fuera de la residencia, el color tan rubio con esas particulares mechas rojas me sobresaltaron, el haori de flamas que se movía tras de él acompañado de sus lentos pasos fueron una confirmación de lo que sospechaba.

Salí de la habitación a toda prisa, estaba segura, apenas lo vi super que era él, ni siquiera necesitaría hablarle para saber que realmente era él.

Salí de la residencia y vi su figura alejarse poco a poco de mí, caminaba dandome la espalda sin detenerse ni voltearse.

— ¡Kyoujurou!—grité—,¡Presi!

Detuvo su andar apenas le llamé la última vez, avancé hacia él a pasos apresurados, pero antes de acercarme lo suficiente él se inclinó sobre su hombro derecho para verme.

Tenía un ojo cerrado, pues la sangre que brotaba desde su frente parecía molestarle la vista. Pequeñas manchas del mismo líquido rojo se esparcían por todo su rostro, pero aún así, él me dedicó una sincera sonrisa.

Mi corazón pareció detenerse por la imagen que tenía frente a mí, lleve una mano a mi boca para ahogar un grito. Él abrió sus labios queriendo decirme algo, pero no logré escuchar su mensaje.

— ¡Mio!

Paralizada y asustada por aquella voz, giré rapidamente para buscar a quién me llamaba. Sus grandes ojos dejaban ver la preocupación que sentía en ese momento, a la vez de lo confundido que parecía estar.

— ¿Rengoku?

— ¿Qué haces aquí a esta hora?, te escuché llamar mi nombre, pero pareciera que me buscabas por otro lugar e incluso ocupaste otra palabra, pero ahora que te veo...,estás palida, ¿te encuentras bien?

Sin comprender lo que había sucedido, asentí despacio mintiendole. No estaba bien, podría decir que yo me encontraba aún más confundida que él. Pero, una cosa era cierta, ahora sentía un miedo aún peor en mi pecho. Algo ha sucedido, eso fue una alerta para avisarme de que algo no va bien.

— Necesito ir con Oyakata-sama—di unos pasos hacia atrás alejandome del pilar—. Sé que es repentino, pero no tengo tiempo para explicarte.

Dicho aquello, comencé a correr en dirección hacia la residencia del pelinegro. No me importó ir aún con mi ropa de dormir, y que corría descalza por la tierra, al contrario, solo sabía que debía llegar hacia él lo más pronto posible.