Capitulo 18

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Mio

Hablar con éste Rengoku ha sido toda una experiencia, me contó de su familia algo complicada; una madre fallecida por la enfermedad, un hermano menor que no desea seguir el camino de cazador, y un padre alcoholico que está enfadado con él.

— Lamento mucho lo de tu madre — susurré con la mirada clavada en la tierra, manteníamos el paso lento hacia la cabaña de Urokodaki —, y lo de tu padre es una cagada.

Tapé mi boca con ambas manos inmediatamente, había dejado salir esas palabras de forma automatica.

— Lo siento — añadí algo avergonzada, pero Rengoku se rió ante mi reacción.

— No tienes de qué preocuparte — habló con su típica voz optimista —, tienes razón en eso. Es una cagada.

Lo miré perpleja por lo dicho, y tras un breve silencio ambos comenzamos a reir.

A pesar de ser tan similar con el presi fisicamente, sí los llegas a conocer podrás encontrar más de una diferencia.

Avanzabamos con cautela, Rengoku se encargaba de estar con todos sus sentidos en alerta.
A ratos él se detenía a secas y se posaba frente a mí, decía sentir una presencia cerca de nosotros y que algún demonio podría estar rodeandonos, pero por más que buscaba nunca aparecía aquella amenaza.

— ¿Quieres descansar?, el sol ya se está escondiendo — habló con una sonrisa en su rostro para mirarme sobre su hombro, ahora que lo veía con mayor detención pude notar los centímetros que nos separan —, es más probable que nos encontremos con demonios por la noche, y tú vas desarmada.

Ahora que él lo decía tenía razón, mi katana había desaparecido y ni siquiera me había fijado en ello. Quizás lo mío no era ser una cazadora de demonios.

Suspiré un poco triste por eso, aquello llamó la atención de Rengoku. Con la mirada confundida se puso frente a mi.

— ¿Te sientes mal?, tienes la mirada un poco perdida — sus palabras ya no dejaban rastros de optimismo y alegría, ahora fueron más serias, cómo de quién se encuentra preocupado por otra persona —, ¿es por la prueba? Lo puedo ver en tu rostro, ¿alguna vez te han dicho que eres fácil de leer como un libro abierto?

Me sorprendí por su confesión, aparte un poco la mirada de él para luego tomar aire e inflar mis cachetes.

— jajaja, eres solo una niña — bromeó para llevar una mano a mi cabello y desordenarlo —, pero aún así algo en ti me llama.

Su voz cambió cuando pronunció aquellas últimas palabras, lentamente bajó la mano de mi cabeza acariciando con cuidado mi rostro.

Se detuvo en mi mejilla para tomarla con cariño, levantó su otra mano e hizo lo mismo.

Poco a poco su rostro comenzó a acercarse con lentitud al mío, sentí mi corazón latir a mil por hora.
Veía el rostro de Rengoku frente a mi que estaba a cortos centimetros y en él podía ver al presi, e incluso pensé en Sabito.

«¿En qué momento se descontroló todo en mi vida?», pensé nerviosa.

Podía sentir su respiración chocando con la mía, sus manos me guíaban con mayor atención hacía él. Instintivamente apoyé mis manos en su pecho y sentí su corazón a través de ellas, un solo latir y un cerrar de ojos nos separaba, pero antes de que eso ocurríera unos pasos pesados se sintieron justo trás de nosotros.

Rengoku se separó de mi bruscamente para ponerse entre el tercero recién llegado y mi cuerpo.
Me escondió bajo su gran haori con flamas tratando de alejarme de aquella posible amenaza, pero sentí su cuerpo relajarse en el momento en que sus ojos chocaron con quién nos había interrumpido.

Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora