Narrador
Mio quedó helada y sorprendida por el fugaz y suave beso, Sabito se alejó de ella y esos ojos chocaron con los de la chica, quien observaba incredula por lo sucedido.
- Sabito...- susurró la chica confundida por lo que había sucedido, el nombrado le regaló una sonrisa y llevó una mano al cabello de la chica para acariciarle la cabeza.
- Ya debes partir, estare esperando por tu regreso - habló el muchacho al instante en que se alejaba de Mio y desaparecía frente a sus ojos entre la densa neblina.
Mio llevó su mano a sus labios rozandolos despacio, había sido su primer beso y no sabía cómo debía sentirse por ello.
Sabito siempre le pareció un chico muy dulce y tierno, se encargó de entrenarla para poder ayudar a Rengoku, y por eso estaba muy agradecida, pero se preguntaba qué iría suceder después...sobretodo por él, sí ya había muerto, ¿cómo era posible que Sabito pudiese haber hecho algo así?.
El rostro de Rengoku apareció en su mente mientras pensaba una y otra vez lo sucedido con el chico, ¿por qué tendría que sentirse mal por el presi?
Mio decidió seguir su camino tratando de alejar cada pensamiento sobre lo sucedido, sabía que se venía una prueba dificil para ella, por ello dejó en un segundo plano el beso que Sabito le dio, pues pensar en ello solo sería un riesgo.
Mientras Mio se alejaba cada vez más de la montaña, Sabito observaba desde el limite de ésta, cómo la chica se iba alejando cada vez más.
- ¿Estas seguro? - interrumpió Makomo llamando la atención de su amigo que veía con nostalgia los pasos de la chica que abandonaba la montaña en dirección a la selección final - Podemos encontrar otra forma - añadió tratando de hacer cambiar de parecer al chico.
- Estoy seguro, creo haber encontrado la forma de no hacerla sufrir tanto - suspiró despacio, pues aunque trataba de ocultarlo realmente se había encariñado con la joven, pensar solo en verla llorar por su culpa le provocaba un gran pesar en su corazón.
- Espero que no te arrepientas, después de todo ellos son amigos desde su mundo - dijo la chica pelinegro al instante en que desaparecía entre los grandes árboles dejando a un Sabito sumergido en sus propios pensamientos.
- Espero lo mismo... - susurró para sí el joven al momento en que desaparecía.
Mio
He caminado ya todo el día y me sorprendo por el cambio que ha tenido mi capacidad física, es impresionante que haya podido andar sin detenerme un solo momento y no sienta mi cuerpo pesado ni fatigado.
- ¡Esto será pan comido! - dije para mi tratando de darme ánimos, pero no pasó mucho tiempo para que llegase a una gran montaña llena de flores de glicinas decorando el lugar.
- Bienvenidos todos, empezaremos una nueva prueba de selección final. Tendran que sobrevivir por siete días para atravesar la montaña, las glicinas nos protegen de los demonios, pero una vez que la prueba comience ustedes ya no contaran con ellas - hablaban dos chicas que eran identicas físicamente, no pude evitar sentir un pequeño temblor en mi cuerpo al escuchar "siete días" y "no contaran con ellas". Ahora que lo pienso, es primera vez que me encuentro frente a un demonio sola.
"Estare esperando por tu regreso", esas palabras aparecieron como un explosivo en mi mente provocando que mi corazón se sobresaltara, el rostro de Sabito se dibujó en mi cabeza, pero no solo el de él, si no, también el rostro y la particular y optimista sonrisa siempre brillante de Rengoku.
Con mis manos di pequeños golpes a mis mejillas tratando de calmarme, debía tener el cuerpo y la mente concentrados en un solo objetivo, sí realmente quería salir viva de este lugar debía ir con todo.
Después habría tiempo para aclarar las cosas.
El optimismo volvió a mi como una luz de esperanza, una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro y tomé aire decidida a comenzar la prueba.
Conté los demás aspirantes a cazadores, y en total eramos entre veinte a treinta chicos de la misma edad aproximadamente.
Entré a la montaña dejando las flores de glicinas tras de mi con la valentía y seguridad suficientes para aprobar ésto de la forma más rápida y así poder volver pronto a casa.
Aunque ahora me pregunto, a qué casa querré volver en realidad.
Rengoku
Cinci días han pasado desde que Mio partió a la prueba de selección final, últimamente el tiempo pasa más lento y yo me he sentido con menos ganas de entrenar y de seguir practicando. Creo que estoy perdiendo el optimismo y la alegría que sentía cuando ella estaba conmigo.
Me pregunto cómo estara.
- Solo nos queda esperar - Urokodaki que entraba a la cabaña con leña cargada entre ambos brazos pareció leer mis pensamientos apenas vio mi rostro. Lo miré tratando de dibujar una sonrisa tranquila y confiable, pero a quién engañaba, hoy en particular había despertado con una extraña sensación.
- No sé qué haría sin ella en éste lugar - confesé escondiendo mi mirada clavandola en mis pies.
Ambos son sentamos en el centro de la cabaña para beber un té, pero antes de que pudiese darle el primer sorbo, un cuervo entró gritando a la cabaña con algo amarrado en una de sus patas.
- ¡Urokodaki!, ¡Noticias!, ¡Urgente! - hablaba el ave mientras Urokodaki le desataba la pequeña carta que traía consigo.
Él extendió la pequeña nota y la leyó en silencio, observé con atención a su acción, pero en un acto de sorpresa él estiró su brazo entregandome la carta que había leído.
La tomé con temor, sentía desgraciadamente que tenía que ver con Mio y que no eran buenas noticias.
Estiré el pequeño papel y comencé a leer lo que estaba escrito en ella, mi mente solo se concentró en tres palabras.
"Mio está desaparecida".
Dejé la nota tirada y salí rápidamente de la cabaña, debía encontrarla aunque eso significara el peor de los castigos. Sentí que Urokodaki venía tras de mi, pero no para detenerme, si no, para imitar mi actuar, y así ambos partimos hacia la montaña en dónde se llevaría a cabo la prueba de selección final.
Mio
* Flash Back *
Abandoné con entusiasmo la zona segura dejando tras de mi a las flores de glicinas. No me tomó mucho tiempo para encontrarme frente al primer demonio que debía vencer en éste lugar.
- ¿Qué tenemos aquí? - preguntó saboreandose los dedos - Otro festin - añadió con una sonrisa en sus labios provocando que sintiera asco hacia él.
- Repugnante - susurré, él frunció el ceño y molesto se lanzó sobre mi mostrando sus garras.
Tomé aire y de un solo corte logré terminar por separar el cuello de su cabeza.
- Sí sigo así podré volver antes de siete días - susurré esperanzada.
Seguí avanzando por la montaña buscando algún camino que me guiara hacia la salida, pero me comencé a sentir dudosa y temorosa cuando noté que ya no veía jovenes ni tampoco a demonios.
Antes de que pudiese notar su presencia, una voz masculina susurró
- ¿Es ella? - preguntó esperando la confirmación del otro.
- Si, ella es. Debemos llevarla ahora mismo con él - respondió su compañero.
Nunca pude ver sus rostros ni sus cuerpos, solo sentí que de un instante a otro todo se oscureció y mis ojos se cerraron profundamente.
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Volví con capi nuevo♡
Espero les haya gustado n.n
Amé mucho sus teorías en el capi pasado jsajsja no diré sí acertaron o no para mayor suspenso (/.\)
Muchas gracias por votar y/o comentar o por simplemente darle una oportunidad y leer esta historia ♡
Nos leemos luego~
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Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*
FanficMio es una estudiante con excelentes notas, a pesar de ser una chica muy bella tiene grandes problemas para hacer amistades. Kyoujurou Rengoku es el presidente de la clase, un chico que además de tener buenos promedios, es amigable y muy considerado...