Capitulo 34

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Mio

Nos encontrabamos los cuatro en la terraza de la residencia, compartíamos entre risas por las historias de Rengoku sobre sus entrenamientos con Mitsuri.

- ¡No era así!-chillaba la pilar con el rostro colorado, era gracioso verla de esa forma.

- ¿Ya lo olvidaste?-dijo Rengoku mientras alzaba una ceja-. No creo que Iguro haya olvidado ese día, estoy seguro que lo recuerda a cada momento.

Mitsuri cubrió su rostro con ambas manos queriendo evitar que viesemos su vergüenza.

- Es adorable-dije con una sonrisa, ella quitó las manos poco a poco para dejarse ver-. Es muy lindo de su parte que guste de ti y no sea capaz de enfrentarlo, quizás necesita de un empujón, ¿no lo crees?

Era irónico que yo le diera este tipo de consejos, pero creo que Mitsuri necesitaba escuchar esas palabras.

- ¡Es cierto!-añadió Rengoku de forma explosiva, su notorio entusiasmo era contagioso-. Debes ir y enfrentarlo tú, todos conocemos a Obanai. No será capaz de hacerlo por sí solo.

Mitsuri estaba sonrojada a más no poder, hasta que asintió nerviosa decidida a seguir nuestros consejos.

Mis ojos se dirigieron al hermano menor del pilar, el muchacho sonreía a todo momento de forma cálida y sincera.

Ellos se veían felices estando juntos, me pregunto cómo sería sí estuviese el presi con ellos dos.

La noche llegó y Mitsuri junto a Senjurou decidieron marcharse, el menor de los Rengokus le apenaba dejar solo a su padre, por lo que rechazó nuestra propuesta de que pasara la noche en la residencia.

Los vimos alejarse en silencio, después de todo fue un día muy agradable.

- Senjurou es un muchacho de buen corazón-habló el pilar rompiendo aquel silencio, llevé la mirada hacia él-. Nuestro padre fue un pilar, hace algunos años. Pero, el haber perdido a nuestra madre le hizo entrar en una fea depresión.

- ¿Por qué no viene?-dije como sí fuese una propuesta-. Imagino que ha de ser igual a ustedes.

Él rió por lo bajo, una mirada llena de calma se dislumbró en sus ojos.

- Podría decirse que si-respondió despacio-. Quizás nos veamos igual físicamente, pero en el interior él es muy distinto.

Por la forma en que hablaba sobre su padre, supe que había hecho un mal comentario.

- Lo siento-dije apenada-. No debí entrometerme en tus cosas.

Él abrió un poco sus ojos, giró su cuello para verme de frente.

- No te disculpes-sonrió-. Los errores de mi padre son solo de él, no debes sentirte mal por eso.

No sé sí habra sido por las emociones del día, o porque me sentía mal al saber sobre su mala relación con su padre. Pero, mi cuerpo reaccionó por sí solo y extendí mis brazos para abrazarle.

Al principio, él no me correspondió. Susurró mi nombre confundido por mi reacción. Pero, tras un par de segundos, él me abrazó de igual forma.

Nos quedamos en silencio, mis mejillas se sonrojaron cuando sentí su aroma tan cerca de mí.

- Gracias-susurró a mi oido, sentí mi corazón latir fuerte.

Le iba a responder, pero al intentar alejarme él me estrechó un poco más fuerte, como sí estuviese atesorando cada segundo.

- Solo...un poco más-murmuró, su voz se sentía dulce-. Eres muy especial, Mio.

Sonreí por lo bajo, levanté una mano a la altura de su cabeza y acaricie su cabello.

Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora