Mio
Dejé a ambos conversar tranquilos, por mi parte decidí ir a la residencia de Oyakata-sama, sería bueno poder conversar con él sobre todo lo que ha sucedido últimamente.
Llegué hasta su hogar, fui recibida por sus siempre radiantes y hermosas hijas.
Me guíaron por el lugar hasta que me dejaron frente al pelinegro; él se encontraba sentado en la terraza que daba al gran patio trasero.
Camine despacio para no interrumpir de forma tan brusca su pequeña paz y calma.— Te estaba esperando, Mio—su voz cálida llenó mis oídos, por alguna razón cada vez que él hablaba mis problemas parecían desaparecer—. ¿Cómo están mis muchachos?.
— Todos se encuentran bien—respondí mientras seguía caminando para llegar a su lado y tomar asiento junto a él—, Urokodaki también quedó muy herido, pero es un hombre fuerte. Podra superar esto como si nada.
El rió despacio, parecía conocer muy bien a cada integrante de la asociación de cazadores.
— La demonio que los atacó—dijo sin perder la calma de su voz.
— Es identica a mí—interrumpí antes de que pudiese terminar su frase—. Me he ganado la desconfianza de pilares y cazadores.
Suspiré agotada recordando el pequeño encuentro con el pilar del agua y las siempre amenazantes miradas de la pilar insecto.
— No te preocupes por eso—susurró levantando su rostro al cielo—, ellos veran con sus propios ojos lo equivocados que están.
Lo miré en silencio, deseaba tener la confianza y seguridad que Oyakata-sama desprendía a todo momento.
— Eso espero—suspiré.
Nos quedamos conversando por un buen tiempo, compartir anecdotas de mi entrenamiento con Rengoku es más gracioso cuando lo cuentas que cuando lo vives.
— Sobre eso—dijo tras haber reído lo suficiente por mis idioteces—, quiero que tú y tu Kyoujurou entrenen juntos bajo su tútela.
— ¿Quiere que el pilar de la flama nos entrene a ambos?—dije un poco histérica, imaginar a los dos Rengoku siempre a mi lado me parecía una locura.
— Así es—confirmó—, tú ya llevas tiempo entrenando con él, por eso no puedo alejarte ya de su rutina. Y, el otro chico debe seguir con la respiración de Rengoku. Estoy seguro que los tres serán capaces de hacerlo de maravilla.
Reí nerviosa, tan solo imaginarme junto a ellos ya me estaba volviendo loca.
— Sí así lo quiere, Oyakata-sama—respondí con una sonrisa—. Entonces daré lo mejor de mí.
Él asintió en silencio acompañado de una sonrisa sincera, nos acompañamos unos momentos más hasta que deduje que ya era tiempo de volver a la finca mariposa.
— ¿Cómo podría darles aquella noticia?—susurré para mí mientras caminaba despacio—. Espero que no sea tan de locos.
Llegué a la finca, pude ver los rostros serios de las niñas a cargo de los heridos. Ellas murmuraban entre sí, parecían estar un poco alteradas y confundidas.
Me acerqué de forma tranquila para que no se sintieran intimidadas ni interrumpidas, pero ellas al sentir mi presencia callaron de inmediato su hablar.Las miré confundida, crucé miradas con las tres en silencio. Luego, ellas dieron media vuelta y se alejaron rápido de mí.
Suspiré agotada, tendre que acostumbrarme a estas malas actitudes. Después de todo, es "normal" que algunos no confien en mí.Me dirigí con pasos cortos hasta la habitación del presi, una vez que llegué di tres golpes a la puerta.
Una suave voz se escuchó desde el interior, deslicé la puerta y entré para luego cerrarla tras de mí.— ¿Cómo estás?—su voz gruesa llenó mis oídos, suspiré con una sonrisa por su preocupación adelantada.
— Mejor que tú—respondí bromeando al ver su cuerpo herido sobre la camilla—. A tu club de fans le encantaría verte así.
Reí con una ceja arqueada.
Él sonrió y rió despacio por mi broca, golpeó con la palma de su mano un costado de su camilla para que me sentara junto a él. Acepté su invitación en silencio acomodandome a su lado, era una sensación agradable la que sentía en mi pecho.
— No me interesa ese club de fans—dijo con la voz baja, pude ver como escondía la mirada clavando esta en sus manos—. Te extrañé, Mio. Más de lo que he extrañado nuestro mundo desde que llegamos a éste lugar.
— Creo que el estar al borde de la muerte te dejó secuelas—dije molestandolo un poco, su rostro relajado pero a la vez preocupado me hacía sentir inquieta.
— Puede ser—suspiró—. No puedo negarte que cuando vi a la Mio de este mundo en forma demoniaca, por un instante si pensé que eras tú. Pero, me bastó verla con más atención para saber que no eran la misma persona.
— No creo ser tan fuerte como para poder dejarte en ese estado—sonreí.
Extrañamente me sentía muy ansiosa, por lo que soltaba bromas innecesarias a cada momento que él hablaba.
— Estoy seguro que podrías ser mucho más fuerte que ella—levantó la mirada clavando esos grandes ojos brillantes en los míos.
— ¿Te duele algo?—pregunté preocupada debido a que el presi no hablaba ni separaba nuestras miradas.
— Hay algo que quiero decirte, Mio—dijo mientras tomaba aire, parecía estar dandose ánimo—. Cuando estuve a punto de morir lo único en lo que podía pensar era en ti, y en tu seguridad. Sentía que te había fallado, llegaste a este mundo por mi culpa y por poco te dejo sola en un lugar que ni tú, ni yo conocemos.
Asentí en silencio, permití que Kyoujurou siguiera desahogandose.
— Aclaré lo que me sucede desde aquel día en que te vi partir con el pilar, verte sonriendo y feliz llenaba mi corazón. Pero, deseaba que la causa de tu sonrisa haya sido yo.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza y velocidad, sentía que en cualquier momento perdería la compostura.
— Por eso...lo que te quería decir, y necesito hacerlo ya—hizo una pausa, extendió una de sus manos despacio para llegar a la mía y sostenerla con cuidado—. Mio, yo...estoy enamorado de ti.
Mi mundo se detuvo, sentí la sangre subir a mi rostro.
Abrí despacio los labios, por más que quería decir algo a su confesión mi cuerpo no estaba respondiendo.
Hasta que, la puerta fue abierta de forma abrupta.El pilar de la flama llegó con el cuerpo acelerado, se encontraba bajo el umbral de la puerta clavando sus ojos en mí, luego bajó la mirada a nuestras manos que aún seguían unidas.
— ¡Mio!—gritó con una extraña sonrisa—. Tenemos que hablar.
¿Ahora qué podre hacer?
Aún ni siquiera les digo que debemos entrenar juntos los tres.
Maldición.
Martes de Rengoku♡
PERDOOOOOON POR LA DEMORA T.T
Te pasas Cami, te pasas.Espero haya valido la pena la tardanza
:c ♡Nos leemos luego♡~
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Jugar con Fuego / RengokuxTu*Finalizada*
FanfictionMio es una estudiante con excelentes notas, a pesar de ser una chica muy bella tiene grandes problemas para hacer amistades. Kyoujurou Rengoku es el presidente de la clase, un chico que además de tener buenos promedios, es amigable y muy considerado...