Palomitas.

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Abrí mis ojos con una fuerte punzada en la cabeza. Estaba tumbada en una cama, que no era la mía. Intenté levantarme pero fue en vano, el estómago me ardían y me levanté el suéter dejándose ver unos moratones. Yo los observé horrorizada, ahora me acuerdo.

La puerta se abrió y yo me sobresalté tapándome la cara.

—Hola —Saludó una voz masculina, la cuál me sonaba.

Yo me quité las manos de la cara, y ahí estaba ese castaño del día anterior.

—Tom —Susurré más tranquila. —¿Dónde estamos?

El chico se sentó a los pies de la cama y me miró preocupado. Su labio estaba partido, pero curado.

—Estamos en mi casa —Dijo entregándome una taza de café y unas tostadas. —Anoche pasé por aquella calle justo a tiempo, un hombre no paraba de darte patadas —Habló con tono serio y con enfado.

Yo asentí bebiendo de mi café, me miré y no llevaba puesta la misma ropa de ayer, si no unos pantalones de pijama y un suéter gris. Miré el reloj, las doce de la mañana.

—Oh dios, llego muy tarde al trabajo —Dije dejando la taza de café y levantándome cómo pude.

—Hey hey —Se acercó Tom y me aguantó. —Ya se lo dije a Harry, él lo sabe todo

Yo respiraba agitada mientras mi estómago ardía.

—Tienes que descansar —Dijo el chico volviéndome a tumbar. —Tranquila, Harry dijo que después de trabajar se pasaría por aquí a verte

Yo me incorporé en la cama sentándome y volviendo a coger la taza de café.

—Gracias Tom, si no hubieses pasado por allí, creo que ese hombre...

—No te preocupes —Me interrumpió antes de que pudiese terminar la frase.

Nos quedamos en silencio por un par de minutos mientras observaba la habitación.

—Puedes quedarte aquí, aunque tu novio está bastante preocupado

Yo arqueé mis cejas y luego sonreí. Jonas.

—Él llamó varias veces, pero tú estabas dormida y yo cogí tu teléfono para explicárselo —Rascó su nuca mientras me miraba preocupado.

—Oh, él y yo no somos novios —Sonreí mientras cogía mi móvil. —Él es mi mejor amigo

El chico asintió mientras se levantaba.

—Puedes quedarte aquí descansando, o si quieres puedo llevarte a tu casa —Sonrió de lado colocando su mano en su cabeza.

—Yo me voy sola no te preocupes —Me levanté con cuidado. —No quiero ser una molestia, además tendrás cosas que hacer y tal

—No me molestas Sara, cancelé una cosa que tenía que hacer para quedarme aquí —Sonrió de lado viéndome. —No me iba a ir y cuando te despertaras enloquecieras —Se encogió de hombros.

Me paré en frente del espejo y levanté el suéter. Me toqué delicadamente la zona afectada y me puse en varias posiciones para verla mejor. Tom me observaba desde atrás.

—¿Quieres darte una ducha?

—No tengo ropa limpia ni nada Tom, ni si quiera sé como acabé así vestida —El castaño me miró con los ojos abiertos.

—Te... Cambié yo —Me miró preocupado. —Lo siento, supuse que estarías más cómoda, además tu ropa del trabajo estaba manchada y llena de sangre debido a tu mosqueta, te la lavé y está en la secadora

Yo me acerqué a él y cogí sus manos.

—Muchas gracias Tom, y no te preocupes por la ropa —El se sonrojó mirando nuestras manos.

—Toma —Se dirigió a un armario y sacó una maleta de ropa. —Es de mi prima, ella a veces se queda aquí y deja ropa

Yo la tomé y dejé un beso en su mejilla para después entrar en el baño.

(.)

Tom y yo nos habíamos quedado toda la tarde en su casa, él preparó palomitas y vimos algunas películas de ciencia ficción, mis preferidas.

Yo no conocía de nada a Tom, solo de que me pilló husmeando entre las cosas de Harry, aunque supe actuar en el acto.

—O sea que estudias en la universidad mientras a veces trabajas para ayudar a Harry —El asintió cogiendo una palomita.

—Él y yo nos conocemos desde muy críos —Sonrió mirándome.

Él me contó gran parte de su vida durante la tarde. Yo sólo le conté sobre mis padres y el centro de acogida. Él me miraba tierno, con lástima. No me gustaba que me vieran con lástima.

—Vives sola —Yo asentí. —Eso da mucha libertad, puedes hacer lo que quieras —Sonrió apoyando su cabeza contra el cabezero.

—Sí bueno, conozco a pocas personas fuera del centro. Normalmente Gabriela no me dejaba buscar trabajo —Me encogí de hombros.

—Gabriela es la que se ocupaba de tí, ¿No? —Yo asentí mirándolo mientras comía palomitas. —Entonces ahora no tienes a nadie que cuándo llegues a casa te tenga la cena preparada, ni que cuándo llegue fín de año puedas celebrarlo cantando villancicos —Levantó sus manos en forma de frustración.

Yo negué lentamente, recordando mi última navidad. Mi primera y última navidad fue en compañía de Leyla.

—Desde que tengo uso de razón estuve en el centro de acogida, siempre he pasado mis navidades con los chicos y chicas de allí —Suspiré cabizbaja y melancólica.

Tom me miró triste, y puso su mano en mi hombro. Mi móvil sonó indicando una notificación y encendiendo la pantalla, dejándose ver una foto mía y de Leyla.

—¿Quién es? —Preguntó Tom curioso, y yo solo sonreí.

—Ella es Leyla, es como mi hermana —Cogí el teléfono para que viese la foto mejor. —Ella murió hace un año de una enfermedad, todo fue muy rápido

El rostro de Tom palideció de repente.

—Lo siento, soy un bocazas —Se disculpó pegándose a sí mismo. —Siempre que te pregunto algo, la fastidio

Yo me reí y solté el móvil a mi lado. El móvil de Tom comenzó a sonar con un tono bastante gracioso, y en su pantalla ponía Hazza.

(.)

—No te preocupes Sara, te daré de baja hasta que te recuperes —Dijo Harry levantándose. —Esos golpes te los tienes que curar

Yo asentí agradecida mientras Tom me ayudaba a levantarme. Hablé con Jonas y acordamos que vendría a por mi en menos de diez minutos. Tom me entregó mi ropa limpia y me preguntó por quinta vez si de verdad no quería que me llevase él a casa, le negué la propuesta, aunque se lo agradecí.

Salí de casa de Tom junto con Harry, eran buenos chicos. Ahora mismo no sabía si de verdad estaba haciendo lo correcto trabajando para Harry, o realmente para Lukas.

Mentirosa ¶Tom Holland. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora