Cada uno en su cama.

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Pasé el resto de la semana y el finde en el piso, tuve que llamar a Lukas y contarle lo sucedido, aunque no se lo tomó muy bien porque eso atrasaba nuestro propósito.

Me dijo que estaría mínino unos siete u ocho meses trabajando para ganarme bien la confianza de Harry y organizar bien la entrada a la cámara acorazada, que por ahora no tenía ni idea de dónde estaba.

—Bueno pollito, debo irme ya, tengo cosas que hacer para mañana —Dijo apenado Jonas mientras se levantaba. —Mañana cuando salga del curro vendré a verte y te traeré tu pastel favorito, ¿Sí?

—En serio Jonas, todo bien, ya vete —Hablé entre risas empujándolo hacia la puerta de salida. —Siento que lo único que hago es ser un peso para tí

—Eso no es cierto —Susurró entre dientes. —Estoy aquí porque quiero cuidar de tí, ¿Estás segura que mañana quieres volver a trabajar?

Yo asentí sonriendo y él solo me miró serio.

—Bien, mañana nos vemos —Dijo besando mi mejilla. —Cuídate enana

Jonas salió y cerró la puerta detrás de él. Yo cogí una cerveza de la nevera y me senté en el sofá. Mi móvil vibró indicando un mensaje.

"Hey, ¿Puedo pasarme a verte? Soy Tom xx."

Yo reí ante el mensaje y le contesté afirmativa.

(.)

Me encendí un cigarro y dejé el mechero sobre la mesa. Tom y yo hablábamos sobre múltiples cosas, él era cómo mi alma gemela.

—La física cuántica está sobrevalorada Tom —Le dí una calada al cigarro.

—Pienso que sería el gran paso en los humanos —Dijo para después tomar de su cerveza. —Estamos hablando de viajes al pasado, es una alteración al sistema del tiempo, ¿Entiendes?

Yo asentí mirándolo con gracia. Llevábamos horas bebiendo cerveza y hablando de cualquier tipo de conversación.

—Eres un chico listo

—Por algo me usan para los trabajos de la uni —Se encogió de hombros mirando su reloj. —Tengo que irme Sara, nos vemos... ¿Mañana?

—Yo llegaré sobre las nueve, pásate cuándo salgas de la universidad —Le propuse mientras daba una calada a mi cigarro.

Éste asintió mientras se levantaba y se estiraba. Cogió sus cosas y se dirigó a la puerta.

—Gracias por darme hueco en tu apretada agenta —Arrascó su nuca y yo reí.

—Nos vemos mañana, Holland —Dije y le hice un gesto con la mano.

Éste me dedicó una sonrisa para después cerrar la puerta. Tom era un gran chico, no pensaba nunca poder hablar de éstos temas con alguien que apenas conocía bien. Gabriela me enseñó a no confiar en cualquiera, pero apenas habían pasado unos días y ya dejaba entrar a ese chico a mi piso.

(.)

—Aquí tienes los porcentajes y cuentas de Alex Rodriguez —Le entregué unos documentos hechos por mí a Harry, a lo que él me sonrió.

—Eres brillante —Dijo admirando los papeles. —Gracias Sara

—Para eso trabajo —Sonreí encendiendo un cigarro.

—El sábado haré una fiesta en mi casa, para la celebración de Halloween —Se apoyó en el escritorio. —Estás totalmente más que invitada, pero sólo hay una norma —Yo me reí con rostro curioso. —Búscate un buen disfraz

—Allí estaré —Hablé sonriente mientras mordía mis uñas.

—No lo dudo —Bebió de su café. —¿Cómo van esos moratones?

—Mejorando —Levanté mi camiseta mostrándole mi abdomen.

Harry se acercó y me miró de cerca.

—¿Duelen? —Pasó su mano por los moratones y me miró. Estábamos muy cerca.

—Un poco, sólo cuándo hago algo de fuerza

La puerta del despacho se abrió de repente. Se dejó ver a Tom con dos cafés en las manos y viendo la escena.

—Oh lo siento —Se disculpó mientras volvía a cerrar la puerta.

Harry se incorporó mirándome sonriendo.

—Voy a seguir con mi trabajo, nos vemos después

Yo asentí mientras vi cómo Harry se marchaba. Tom tocó a la puerta antes de entrar.

—Hey... —Susurró desde la puerta. —¿Puedo pasar?

—Claro, pasa

Tom entró despacio y dejó los dos cafés encima del escritorio.

—Lo siento, no sabía que estabáis...

—No te preocupes —Sonreí encendiendo un cigarro. —¿Éste café es para mí?

Tom asintió con una sonrisa y yo lo cogí.

—¿Te a dicho Harry lo de la fiesta del sábado?

—Sí, la verdad es que no sé de qué disfrazarme

—Bueno, todavía quedan cuatro días para buscarte uno —Se encogió de hombros.

Nos quedamos en silencio durante un par de minutos, aunque no era un silencio incómodo. Él bebía de su café mientras miraba su móvil, y yo fumaba mientras lo miraba a él.

Se percató de mi mirada fija en él y me sonrió.

—¿Ocurre algo? —Levantó su mirada posándose en mí.

—No que va —Desvié mi mirada hacia otra dirección.

Éste rió por lo bajo y se levantó.

—Ésta noche he quedado con unos amigos en un bar para tomar unas copas... —Me contó. —Puedes venir si quieres —Me ofreció Tom.

—Será buena idea —Sonreí mientras tecleaba en el ordenador. —¿A qué hora?

—A las diez paso a por tí, si quieres —Sugirió rascando su nuca.

—Está bien, aunque no puedo beber mucho —Éste rió ante mi comentario. —La última vez que salí de tranquileo acabé con Jonas en un estanque en pleno invierno —Reí recordando ese día.

—No te preocupes, acabaremos en la cama —Se encogió de hombros, y luego de ésto abrió los ojos de par en par dándose cuenta de lo mal que sonaba. —Cada uno en su cama, quiero decir —Levantó sus cejas con sus mejillas sonrojadas.

Yo solté una carcajada y éste se sonrojó aún más.

—Me voy, te recojo a las diez —Habló mientras se daba la vuelta. —Adiós —Me hizo un gesto con la mano antes de salir, a lo que yo le mandé un beso con la mano.

Éste hizo cómo el que lo cogía en el aire y luego se lo puso en el pecho. Yo lo miré riéndome desde mi sitio y luego de ésto se fue.

Mentirosa ¶Tom Holland. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora