Eso fue excitante.

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Había pasado una semana desde que Tom despertó, Harry me dijo que estaba todo en orden y que alomejor podría ir recobrando la memoria poco a poco, pero que él estaba bien. Eso me hizo sentirme mejor, aunque muriera de ganas de verlo.

—Vamos, ponte ahí —Dijo Selena apuntándome con su móvil. —Estás muy guapa hoy

Yo asentí e hice lo que me pedía para que me sacase una foto. Me acerqué a verla y la subí a mis redes sociales mientras bebíamos de nuestras copas.

—Hazz no tardará en llegar —Comentó Selena mirando la hora. —¿Cómo va tu mes libre? —Preguntó sin dejar de mirarme.

Recordé los últimos trabajos que hice para Mike, y un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral.

—Bien, me hace falta para descansar —Suspiré mirando mi copa.

—Tranquila Sara, Tom te recordará. De eso estoy segura —Intentó animarme apartando un mechón de pelo de mi cara. —Hablando del rey de Roma...

Vi cómo Selena miraba detrás mío, entonces me giré y... ahí estaba. Miré a Harry pidiendo una explicación de por qué lo trajo, a lo que éste sólo se encogió de hombros gesticulando con sus labios un Lo siento.

—Hola —Saludó Tom apoyándose en la barra. Mi corazón se encogió, y tragué saliva.

—Hola Tom —Le correspondió Selena dándole un beso en la mejilla. —¿Cómo estás? ¿Te duele el codo? —Tom llevaba una escayola en el codo, ya que se estaba recuperando de su rotura.

—No, está bien. Dentro de una semana me lo quitarán —Dijo para después mirarme y sonreír.

Yo le devolví la sonrisa para después mirar mi móvil nerviosa.

—Jonas me llamó —Dijo Harry para después levantarse. —Voy a ir a por él, su coche se averió —Se encogió de hombros.

—Voy contigo —Le siguió Selena, para después guiñarme un ojo cómplice y yo mirarla preocupada. —Ahora volvemos

Selena y Harry salieron del bar, dejándonos solos sentados en la barra. Levanté la mirada y no pude evitar ver sus ojos clavados en mí.

—¿Qué tal tu semana? —Preguntó de repente Tom, rompiendo el hielo. —Harry me contó que te dejó el mes libre

Yo tragué nerviosa, y maldecí por dentro. Por qué carajos Harry tendría que contarle todo.

—Estuvo... —Hice una pausa para pensar. —Tranquila —Me encogí de hombros intentando no mirarle.

—Yo... quiero que me expliques algo —Sacó su móvil, para después enseñarme varias fotos de nosotros dándonos besos —¿Acaso éramos novios?

—No —Hablé rápidamente, lo que me miró confundido. —Sólo éramos amigos con... algo más

Tom me miró con sonrisa burlona, lo que me hizo extremecer por completo.

—Eso significa que teníamos mucho sexo —Se encogió de hombros bebiendo de su copa sin dejar de mirarme.

—Puede ser —Sonreí como una estúpida mientras miraba al frente.

—¿Por qué en el hospital me dijiste que te perdonase? —Me pilló por sorpresa su pregunta, lo que me hizo quedar paralizada.

—Nos peleamos —Lo miré nerviosa.

—¿Por qué?

—Tonterías —Me encogí de hombros, pero él sonrió.

Tom se quedó en silencio, pensando... Cómo si estuviese planeando algo en su cabeza.

—¿No quieres hablar más conmigo?

—Creo que será lo mejor

—Pero me gustas —Yo lo miré a los ojos sorprendida —O eso me dice Harry todo el tiempo, y si Harry me lo dice es porque es verdad

—Eso no es cierto Tom, me odias —Suspiré mirando el techo del bar.

—Entonces explícamelo y podremos arreglarlo, tal vez recuerde algo —Se acercó a mi, quedando muy cerca de mi rostro. Podía notar cómo su respiración chocaba con la mía.

—No creo que sea lo correcto Tom, si no recuerdas lo nuestro será porque el destino lo quiso así —Dije sin despegarme de él.

Tom me miraba fijamente, y su mirada se posó en mis labios haciendo que cada parte de mi se derritiese. Su mano fue a parar a mi nuca, y pegando su frente a la mía.

—Por favor, no hagas eso —Suspiré cerrando mis ojos.

—Sólo déjame hacer algo —Susurró mordiendo su labio inferior.

Agarró mi pelo tirando de él lentamente hacia atrás, y eché mi cabeza a un lado para darle mejor acceso a mi cuello. Se acercó dejando un beso húmedo en él, mientras con la otra mano tocaba mi espalda. Subió hasta mi barbilla, sin dejar de darme besos, hasta llegar a la comisura de mis labios, mordiendo uno de éstos. Solté un gemido ahogado, mientras me agarraba de la silla del bar. Nos fundimos en un beso lento, pero profundo y deseado. Su lengua hacia contacto con la mía, y mis brazos me traicionaron agarrando su nuca para introducir mis dedos en su pelo.

—Eso fue excitante —Habló agitado mientras se separaba de mí. —Aunque no recordé nada —Se encogió de hombros con una sonrisa.

Una lágrima deslizó por mi mejilla, aunque la sonrisa no se borraba de mis labios.

—Lo siento, tengo que irme —Dije levantándome y cogiendo mi bolso.

—Hey no, lo siento —Agarró mi brazo mirándome preocupado.

Yo sólo asentí para después zafarme de su agarre e irme de allí, encontrándome con los chicos en la puerta, que me llamaban mientras yo andaba rápido hasta mi coche.

Mentirosa ¶Tom Holland. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora