Una fiesta.

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Tom dormía plácidamente a mi lado, yo sólo me dedicaba a observar sus rasgos. Parecía una auténtica psicópata.

—¿Qué tanto miras? —Susurró con voz ronca, haciendo que mirase a otro lado. —Mi madre me dijo que las miradas fijas se sienten, ¿Lo sabías? —Volvió a hablar sin abrir los ojos.

Una sonrisa de estúpida apareció en mi cara. Me incorporé sin levantarme de mi cama, viendo el envoltorio del condón en el suelo. Mierda.

—¿Quieres un café? —Dije sin mirarlo, ya que sabía que estaba despierto. Pero mis sentidos me fallaron, su respiración hizo que me diera la vuelta viéndolo dormido otra vez.

Me levanté y andé hasta el cocina, me encendí un cigarro mirando mi móvil, el que estaba lleno de llamadas de Mike. Marqué su número esperando una respuesta, pero éste me dejó en el buzón de voz.

—Ey —La voz de Tom hizo que girase mi cabeza a mirarle, éste estaba apoyado en el marco de la puerta, sin camiseta. —¿Sabes qué? —Dijo acercándose a mí. —Si de algo me acordé, es que fumas mucho —Sonrió a unos pocos metros de mí.

Ladeé mi cabeza a un lado con sonrisa burlona mientras le sacaba el dedo de en medio. Hice café y me serví una taza.

—¿Quieres? —Éste asintió mirándome con una sonrisa de lado.

Nos sentamos en el sofá y mi móvil comenzó a sonar. Mike.

—Lo siento, debo contestar —Señalé mi móvil, y Tom hizo un ademán viendo cómo me iba a la cocina. —Hola —Saludé a través de la línea.

—Hola Jasmín, ¿Estás ocupada? —Preguntó Mike, lo que me hizo ponerme nerviosa.

—No, que va —Mentí sobre la marcha sentándome en la encimera de la cocina.

—El chico de ayer...

—Jack —Interrumpí antes de que pudiese terminar la frase, lo que se hizo un silencio durante unos segundos.

—Sí, Jack —Contestó un poco inseguro. —Anoche después de que te fueses regresó, olvidó su móvil —Hizo una pausa. —Me pidió tu número, y me negué claramente

Mi cuerpo se tensó de repente, ¿Qué estaba sucediendo?

—¿Gracias, supongo? —Hablé insegura de mis palabras.

—Me dijo que volvería hoy, quería verte —Habló serio. —Jasmín, ¿Pasa algo con él?

—No —Contesté rápida. —Sólo que lo conozco —Me inventé sobre la marcha.

—Está bien, mientras no te haga nada malo, no me puedo oponer ante su petición —Dijo tranquilo. —Ésta noche te veo, cuídate —Se despidió antes de colgar.

Solté un gran suspiro cerrando mis ojos.

—¿Ocurre algo? —La voz de Tom hizo que abriese los ojos de golpe. Él me miraba nuevamente desde el marco de la puerta de brazos cruzados.

—¿Sabes que es de mala educación escuchar conversaciones ajenas? —Dije sin importancia pasando por su lado.

Un silencio incómodo se hizo en el piso.

—Bueno, yo...

—Sí —Interrumpí seca, aunque no quería ser así con él.

—Me voy —Habló entrando a mi cuarto para coger sus cosas.

Maldecí internamente, no quería que se fuese, realmente quería otro polvo cómo el de ayer. Tom salió de mi habitación a los pocos minutos y me dedicó una breve sonrisa.

—Lo siento por... —Se quedó en silencio mirando hacia todas las direcciones. —Molestarte —Se encogió de hombros mirándome preocupado. —Yo sólo quiero saber por qué tantas ganas de que salga de tu vida

Lo miré con tristeza, mientras él estaba al lado de la puerta.

—Ya hablamos Tom —Dije volviendo mi mirada al suelo.

Tom se quedó parado durante unos segundos en la puerta, y luego de ésto se fue. No podía ni si quiera mirarle a los ojos, ésto era doloroso.

(.)

—Jasmín, sólo no seas dura con él —Decía Harry, mientras le daba una calada al cigarro. —Fue mi culpa, yo le hablé de tí y le conté un par de cosas que le hizo pensar —Se encogió de hombros.

—Me es tan difícil —Susurré arreglando mi pelo, en frente del espejo. —Cuándo todo ésto acabe, puede que me vaya de Queens —Me encogí de hombros girándome a verle.

—No deberías, Jasmín, éste es tu sitio —Suspiró bebiendo de su cerveza. —Tienes trabajo, amigos, y me tienes a mí para lo que te haga falta. Te alojarás en mi casa mientras buscamos otro piso para que vivas, aquí no podrás ya que todo lo que esté a su nombre lo revisarán

—No —Hablé rápidamente. —Yo no puedo seguir haciéndole daño a Tom, él es...

—Lo quieres Jasmín, eso es lo que importa —Me interrumpió Harry sin dejar de mirarme. —Él se merece una explicación y estoy segura de que el trato ese que hicistéis será la gota que colme el vaso para que te recuerde

Me senté a su lado mirando la hora del reloj y volviéndome a levantar.

—Ya nos vemos Hazz, tengo algo que hacer —Besé su mejilla y le hice un gesto de adiós con la mano antes de salir del piso.

(.)

Andé nerviosa por los pasillos de la discoteca, quedando en frente de la misma habitación de ayer. Ni si quiera tomé mi copa de calentamiento antes de entrar, ya que sabía de quién se trataba.

—Hola —Saludó el moreno, sentado en la misma silla dónde ayer. —Sólo vine a proponerte un trato —Dijo levantándose y quedando en frente de mí. —Igualmente te pagaré

Éstos días iban de tratos...

—¿Qué propones? —Sonreí inconscientemente en frente de él.

—Te propongo que seas mi acompañante de una fiesta mañana —Dijo de repente, metiendo sus manos en sus bolsillos en señal de nerviosismo.

Mentirosa ¶Tom Holland. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora