Osborn.

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Era temprano, las seis de la mañana y yo ya estaba metiéndome en la ducha.

Pasé la noche en ese pequeño piso, aunque no estaba mal allí. Lukas era un tío poderoso, con dinero y que le sobraba hasta un piso amueblado lujosamente. Me tomé mi tiempo en la ducha y luego de ésto desayuné tranquila.

"Hola pollito, ¿Cómo estás? Espero que hoy podamos vernos, tengo tantas cosas que contarte, te quiero."

Hacía meses que no veía a Jonas, él se había desintoxicado de las drogas y se había ido de Queens a hacer cursos para trabajar en una empresa de informática.

"Hoy imposible, tengo una entrevista en el banco central y salgo a las 12 de la mañana, depende de como salga la cosa tendré la tarde ocupada o no, nos vemos mañana pollito. Yo también te quiero."

(.)

—Buenos días —Saludé formalmente a la mujer del mostrador. —Tengo una entrevista a las nueve con Harry Osborn

La mujer revisó su ordenador por unos segundos.

—Déjeme su identidad por favor —Dijo tecleando algo en su ordenador.

Mi corazó se aceleró y me puse a buscarlo torpemente en mi bolso. Al sacarlo me paré a verlo un momento.

—¿Algún problema señorita?

—No, no —Negué rápidamente. —Aquí lo tiene, pensaba que era el de mi hermana —Mentí sobre la marcha, y la mujer sonrió aceptándolo.

—Sara Byers, sí —Me devolvió el carnet y yo sonreí. —Pase a la sala de espera, el señor Osborn no tardará nada en atenderla

—Gracias —Sonreí nerviosa y seguí andando.

Tuve que pasar mi bolso por la máquina de rayos X, supongo que por si llevaba armas o alguna bomba. Me reí internamente y pasé por un largo pasillo, todo decorado muy elegante y formal.

Las mujeres iban vestidas todas iguales, faldas de tuvo negra y camisas blancas. Yo iba con unos vaqueros, camisa de botones blancas y unos tacones negros.

—¿Señorita Byers? —Levanté la vista y un rubio estaba parado justo en frente mía, quise mirar la foto que me entregó Lukas ayer, pero no era buen momento.

—Buenos días —Me acerqué a él y estiré mi mano en forma de saludo, a lo que éste la cogió y la besó.

—Harry Osborn, siento hacerte esperar —Se disculpó sonriendo —Acompáñeme por favor —Yo asentí con una sonrisa y lo seguí hasta un despacho. —Su tío Lukas me entregó su currículum, por ahora su presentación es fantástica —Dijo mientras se sentaba en la silla detrás del escritorio.

—Sí, ya tengo algo de experiencia en ésto, soy buena en cálculos —Mentí sentándome en frente de él.

—La verdad es que no esperaba menos —Entrelazó sus dedos. —¿Café?

—No gracias, me tomé dos antes de venir, no quiero que la cafeína me juegue una mala pasada —Bromeé, a lo que Harry soltó una carcajada.

—Bien... —Me inspeccionó de arriba a abajo. —Empieza mañana como prueba, tomarás lugar aquí, en éste despacho. Será dónde harás las cuentas de las personas que deben dinero y las anotará en el ordenador —Me explicó. —La cité para verla en persona, ya sabes —Levantó sus cejas. —Nunca sabes quién puede aparecer por esas puertas

Yo sonreí, a lo que acto seguido él me imitó.

—Bueno... Señorita Byers

—Puede llamarme Sara —Le interrumpí, a lo que él me miró pícaro.

—Bueno, pues Sara... Es un placer y espero verla aquí mañana —Se levantó extendiendo su mano. —Siento no poder quedarme más tiempo contigo, pero tengo muchas reuniones hoy, ya sabes... Cosas de herederos —Suspiró abriéndome la puerta, a lo que yo reí saliendo por ésta.

—Hasta mañana señor Osborn

—Puede llamarme Harry —Dijo guiñándome un ojo, antes de irse.

(.)

—Te he dicho millones de veces que no hables más con Lukas, Jasmín —Habló malhumorado Jonas, que me había dado una sorpresa apareciendo en el banco cuándo salí.

—¿Qué quieres que haga entonces? —Suspiré. —Le debo mucho dinero Jonas, no me queda otra

—¿Por qué carajo no me lo dijiste?

—Porque no quería meterte más en problemas, ya demasiado tuviste..
y gira ahora a la derecha y aparca ahí —Le indiqué la calle del piso.

—Podría haber hablado con él y llegado a un acuerdo —Bufó éste aparcando el coche.

—Jonas, me hace falta dinero, trabajo y algún sitio dónde vivir —Lo miré seria.

Él se quedó sentado en el asiento del piloto mirándome. Su rostro lucía cansado, aunque me sonrió. Le conté todo lo que Lukas me dijo, incluyendo su plan. Aunque a Jonas no le parecía bien.

—Sabes que si ese capullo intenta hacerte daño lo mataré, ¿Verdad?

Yo solo asentí sonriendo mientras le daba un empujón a su hombro. Subimos al piso y pedimos unas pizzas. Jonas lucía muy bien, su complexión física lucía trabajada y tenía una sonrisa bonita.

(.)

Cuándo Jonas se fue, mi tarde fue entretenida arreglando papeles. Realmente no estaba acostumbrada a éste tipo de cosas, yo venía de un centro dónde no me tenía que ocupar de cosas importantes, simplemente tareas domésticas.

Saqué una foto dónde salíamos Leyla y yo colocándola en la mesita de noche. Suspiré mirándola.

La echaba tanto de menos

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La echaba tanto de menos.

Mentirosa ¶Tom Holland. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora