Capítulo 9

205 22 7
                                    

Al acabar las clases Paulo salió rápidamente de la escuela para encontrars con Piero, uno de sus mejores amigos que lo estaba esperando hace un buen tiempo en una de las plazas que habían por el lugar.

Cuando llegó pudo darse cuenta que su amigo estaba acompañado de otros dos chicos más, quienes tenían la facha de raperos.
Muy aparte de que fingiera ser antisocial en la escuela. Realmente era tímido con personas que no conocía, le costaba expresarse y sacar algún tema de conversación dable.

- Hola - saludó a los tres sacando una pequeña sonrisa

- Tengo que irme - dijo Piero - suerte para su próxima batalla - sin más salió de la plaza mientras caminaba al costado de Paulo

- ¿Quiénes eran? - preguntó mientras se dirigían a la casa de Alan, ya que este se había ofrecido a preparar el almuerzo del día

- Unos pibes que comenzaron a rapear hoy pero les fué re mal - contestó haciéndole recordar viejos tiempos

Últimamente Paulo se había enfocado más en sus estudios que en otra cosa, y había dejado de lado las batallas de freestyle en las plazas, ya que no sería normal que se vería extraño ver que un chico que se suponía ser antisocial compitiera en ese tipo de lugares.

Al llegar a la casa de su amigo este les abrió y pasaron mientras colocaban los platos en la mesa.

- ¿Wacho estás bien? - preguntó Alan mirando a Paulo, quien asintió cómo respuesta tomando un poco de jugo

- Lo mismo pregunto - comentó Piero - ¿pasó algo con la Abigail? - lo miró sonriendole

- No lo sé - suspiró revoleando su cabello

- Te digo algo - habló Alan - olvidate de lo que pasó.,vos te atormentas porqué querés - lo miró serio - sabes que nunca tuviste la intención de hacerlo, pero todos te hicieron creer eso chabón, no podés vivir con la culpa toda tu vida -.

Todos le repetían que lo olvidara pero lo que nadie sabia es que se le hacía imposible haberlo, muy dentro sabía que no era culpable pero si mente le daba la contraria. Con todo lo que pasaba en esos momentos no sabía nisiquiera que hacer, porque para él Abigail era a la única persona que podría amar para toda una eternidad, a la cuál había amado desde que era joven. Se suponía que habían tomado caminos separados para nunca más se volvieran a encontrar pero cómo siempre el destino se encargó de hacer lo que quisiera con el futuro de las personas.

Paulo sabía que sus amigos lo entendían, pero que también trataban de hacerlo entrar en razón aunque no la hubiera.

Terminaron de comer para poder hablar por un rato hasta que decidieron jugar un rato a la play.

- Hiciste trampa che - gritó Alan cuándo perdió

- Que tramposo sos - negó mirando a Paulo - ahora vení - le hizo una seña para que se colocara a su lado

- Aquí nos quedamos - sonrió prendiendo la consola para que empezaran a jugar...

Realmente nesecitaba entretenerse cómo todo ser humano, y agradecía que sus amigos estuvieran ahí para todo lo que nesecitara.

- Boludo vos si que te enviciás en esto - habló Alan tomando asiento en uno de los muebles

- Está en la sangre - rió colocando el control en la mesa de a su lado

Ya casi al anochecer decidió irse a su casa, al igual que Piero por lo que ambos se acompañaron hasta llegar.

- ¿Tenés planes para mañana?-  preguntó Piero mientras caminaban a su casa

- Mañana no hay clases, supongo que sólo estaré en casa

- Invítala a salir - habló refiriendose a Abigail, pero se le hacía un nudo en la garganta cada vez que le hablaba y sería aún peor para invitarla a salir

- No tengo su número - dijo pasando una de sus manos por su cabello - además no tengo la valentía suficiente para hacerlo, vos sabes -.

- Búscala y decile que salga con vos a algún lugar, que se yo boludo -.

- Lo pensaré - suspiró quedándose unos minutos más para luego irse a casa

Cuándo se hizo de noche decidió ver una película, aunque sabía que su mente no podía concentrarse en otra cosa que no fuera en Abigail.

A la mañana siguiente se levantó con un dolor de espalda terrible, puesto que se había dormido en el mueble de una manera inadecuada. Se colocó de pié al escuchar su celular vibrar por algún lugar de la casa, así que comenzó a buscar por el ruido que hacía hasta que lo encontró debajo de un cojín.

-Hola hijo - escuchó la voz de su madre al contestar

- Hola ma ¿que pasó? - preguntó caminando hasta la terraza

- Quería saber si podes venir a ayudarme con unas cosas -.

- Dale, voy en diez - contestó colgando la llamada

Colgó agarrando sus llaves y subió rápidamente a su habitación para cambiarse de polera ya que llevaba puesta una completamente sucia.

Cuándo llegó tocó la puerta y su hermana abrió dejándolo pasar. Dirigió la mirada hacia los adentros de la casa mirando a su padres, lo cuáles subían unas cajas a la habitación que antes era suya.

- Hola ma - saludó llamando la atención tanto de su madre cómo la de su padre, los que dejaron cuyas cajas en el suelo para saludarlo

- Hola Paulo - habló Quique abrazándolo fuertemente

- Hola hijo - comentó su madre dejándole un beso en su mejilla - ¿ya tomaste desayuno? - preguntó y negué - anda a la cocina, 

- Gracias - sonrió caminando hasta la nevera para sacar una coca-cola y agarrar un sándwich

- Che ¿tenés algo que hacer hoy? - preguntó May acercándose hasta él mientras lo veía negar - yo tampoco - rió divertida

- Pensé que vos tenías algo que hacer -.

- Salí con alguien - dijo cambiando de tema - conseguite novia, mucho paras con el Alan y con el Piero

- Y vos sólo salís con Laura y Ana no te quejes boluda - le contestó en una pequeña risa

Después de haber comido ayudó a sus padres a subir las cajas hasta su habitación, dónde habían varias fotos de cuándo él era pequeño, y recordó esos tiempos que nunca regresarían.

Al salir de la casa pensó en lo que Piero y su hermana le habían dicho, pero no tenía el valor suficiente cómo para ir a la casa de Abigail e invitarla a salir. Pero debía dejar esa sensación que era para cobardes así que optó por hacerlo...

Antisocial | Paulo Londra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora