No podía creer que con el simple tacto de Paulo su mente se volviera en blanco por completo y su corazón palpitara a mil por hora, era inexplicable describir tantos sentimientos que guardaba tan profundamente.- ¡Ah! - gimió apegándolo más a ella mientras lo besaba con ternura
- Te quiero tanto Abigail - susurró en su oído entrando más en ella - no tenés idea
- Paulo - contestó mirándolo - vos no tenés idea de lo que siento cuándo te veo - confesó cerrando los ojos para poder disfrutar aquel momento
Paulo por su parte sintió cómo la piel se le erizaba cada vez que escuchaba su voz decirle algo tan puro, sólo ahí su culpa se iba, no le importaba su alrededor, ni lo que era, ni siquiera su pasado, sólo el presente dónde estaba besándola cómo nunca pensó que lo haría durante tantos años.
- Sos perfecta - dijo en un suspiro bajando sus besos hasta el abdomen de Abigail sintiendo cómo les faltaba el aliento a ambos
Comenzó a acariciar sus piernas suavemente disfrutando de la vista que tenía hacia los ojos de ella, con una mano empezó a acariciar su cintura y con la otra sostuvo su pierna derecha llevándola hasta su hombro, la miró esbozando una sonrisa amplia provocando que imitara su gesto mientras sentía cómo su pecho subía y bajaba rápidamente.
- ¡Paulo! - gritó su nombre cuándo entró en ella
- Me tenés mal - suspiró entrelazando sus manos con las de ella - me tenés re mal Abigail - la miró besando su cuello oliendo su aroma, y sonrió recordando que era el mismo de antes
- No me faltes - habló sintiendo que tenía una vida completa cuando estaba con él
Fingir ser una chica distinta cuándo era igual a Paulo se le hacía difícil, pero sabía que si dejaba ver su verdadera personalidad todo sería peor para ella, y ahora para él, se arrepentía continuamente de averlo metido en sus problemas con Alexander, ahora su mayor temor era que lo dañara, y eso era lo último que quería.
- Mmm... Paulo - volvió a gemir apretando sus manos
Lo miró e hizo un movimiento rápido colocándose encima suyo sin separarse de él hasta que de la nada recordó la primera vez cuándo estuvo en el boliche de la misma manera y no pudo evitar sonreír.
- ¿Que pasó? - preguntó Paulo pasando un mechón de cabello por detrás de su oreja
- Nada importante - se acercó para besarlo moviéndo sus caderas lentamente mientras escuchaba la respiración de ambos acelerar cada vez más
Era algo que ninguno entendía, menos Abigail, ya que ella creía conocerlo apenas hace unos meses. Nunca se había enamorado de esa forma, a pesar de que muchas veces escuchó de varias personas "no te puedes enamorar sin conocer bien a esa persona", pero estaba cegada por Paulo, él le hacía sentir segura con su presencia, o ya sea con una mirada, una palabra, un suspiro, e incluso con su existencia propia. Eso era suficiente.
- Seguí porfavor - suspiró moviéndose cada vez más rápido, sintiendo que en cualquier momento llegaría al clímax - Pau... - gimió escondiendo su rostro en el cálido pecho de Paulo
- Abigail... - pasó sus manos por su pequeña cintura llegando al orgasmo - te amo - susurró sin consentimiento alguno
- También te amo Paulo - cerró los ojos sin atenderse de sus palabras
Se recostó a la par suyo tapando su cuerpo desnudo con una sábana tratando de recuperar el aliento, inconscientemente sonrió mirando el azul de sus ojos, en los cuales quería perderse rotundamente por toda su vida.
- ¿Que fué lo que pasó? - preguntó recordando cuándo Abigail había llegado a su casa rompiendo en llanto
- Es Flavia - contestó con la respiración calmada - está con Alexander -.
- ¿Te molesta que esté con ella? - la miró con confusión esperando un no cómo respuesta
- ¿Después de lo que me hizo?, me vale mierda con quién esté sabés - rió irónica - pero lo único que está buscando con todo esto es hacerme daño amí - hizo una breve pausa - y a vos
- ¿Amí? - frunció el ceño sin entender exactamente a lo que se quería referir con que lo quería dañar a él
- Ellos piensan que vos sos otra persona, piensan que finges ser alguien por mí - rió golpeando su frente - nisiquiera se porque te lo digo, es algo absurdo
- No sabía que pensaban eso de mí - contestó con nervios
Con lo que Abigail le había contado sintió que todo su mundo de maravilla se había ido a la mierda, y bien cómo se lo había dicho Piero junto a todo el mundo, tarde o temprano se sabría la verdad. Pero él no estaba listo, no encontraba lógica alguna del porqué Flavia y Alexander se forzaban a investigar sobre sus temas personales, por algo es que era el chico antisocial, para que nadie lo joda, para que a nadie le importara su vida y mucho menos para que alguien le cagara los pequeños momentos de felicidad que por suerte llegaba a tener.
- Pero yo confío en vos - sonrió tocando su mano - a pesar que nos conocemos hace poco yo te tengo mucha confianza Paulo
- No merezco eso - susurró para él mismo - gracias por tu confianza, yo también confío en vos - igual su gesto ocultando su propia rabia contra él mismo
Justamente lo que no quería era eso, su confianza, claramente no lo merecía, la miró sabiendo que no podía ocultarle más la realidad, si no le decía en ese momento tal vez nunca lo haría y peor sería que se entere por Alexander, quien sabe si inventaba otra cosa que podía dañarla más.
- Abigail - suspiró sentándose en la cama - tengo que hablar con vos
- Decime - imitó su acción aún cubriendo su cuerpo con la sábana
- Yo - revoloteó su cabello preocupado de lo que pudiera pasar - hace unos años...
- Perdón - lo interrumpió al oír su celular vibrar, lo agarró de la mesa de noche observando que en la pantalla salía el nombre de su madre y se apresuró en contestar
Paulo sólo sintió cómo su corazón le palpitaba cómo si hubiera corrido varios kilómetros, nisiquiera estaba seguro si lo que estaba por hacer había sido lo correcto, tal vez no o tal vez si, pero por suerte llamaron o hubiera cometido un error que lo alejaría de la persona que amaba...
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Antisocial | Paulo Londra
FanficDonde Paulo decide cambiar su personalidad dentro de la preparatoria, solo para estar cerca de Abigail.