Capítulo 16

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La clase acabó y Abigail nunca asistió, ni siquiera había una justificación de su parte,  y aquello a Paulo lo tenía preocupado por el simple hecho de que tal vez estaba enferma o en otro caso, algo malo. Por eso mismo fué a su casa apenas acabaran las clases. Quería saber si estaba bien, eso lo tranquilizaria mucho.

Cuándo llegó, tocó el timbre de la casa mientras esperaba unos segundos, pero al final nadie abrió, tocó por segunda vez pero nuevamente no hubo una respuesta. Decidió ver a través de las ventanas que habían, pegó su rostro pero no encontró nada. Sin pensarlo dos veces le mandó varios mensajes e intentó llamarla, pero los mensajes solo se enviaban y las llamadas solo lo mandaban a buzón de voz.

- ¿Paulo? - escuchó la voz de Abigail y de inmediato volteó, estaba bien, tenía dos bolsas de compras en las manos.

- Hola - dijo con una sonrisa agradable, claramente eso lo había hecho sentir mejor

- ¿Pasa algo? - preguntó mientras sacaba la llave de su casa

-Estaba preocupado por vos - contestó mirando cada acto que hacía

- Gracias por preocuparte, de seguro fué por qué no asistí ¿verdad? - preguntó y el asintió - pasa - dijo abriendo la puerta, dejando las bolsas en la cocina y regresó con Paulo, quién estaba sentado en el sillón de la sala - no me sentía bien cómo para ir a la escuela, por eso mismo decidí salir un rato de compras, y vaya que me hacía falta - dijo riendo levemente

-¿Te sentís bien? - preguntó acercándose a su lado

-Si, cómo te digo solo nesecitaba salir - contestó y no pasó mucho hasta que tocaron el timbre.

Fué a ver quién era y se encontró von Flavia, quién al ver a Paulo frunció el ceño, cambiando su sonrisa por una seña de disgusto. A ella no le agradaba la idea que Abigail piense estar enamorada de él, pensaba que era  tonto dejar a tantos pibes que estaban detrás de su amiga por alguien que lo consideraba muy poca cosa. Tenía otros motivos pero prefería no darlos a notar.

Paulo al ver el gesto de Flavia prefirió irse y dejarlas conversar a ambas, al fin y al cabo sólo quería saber cómo estaba Abigail, no para andar soportando caras de desagrado por ser un antisocial.

-Tengo que irme - dijo parándose del lugar en dónde estaba - si querés te presto los apuntes de hoy - ofreció pero fué rechazado, no por ella, si no por Flavia, de verdad que no entendía su forma de ser contra él.

-Yo se los he traído, no te preocupes- sonrió falsamente mostrando su mochila

-De todas formas gracias, adiós - dijo Abigail despidiéndose de Paulo quién procedió a retirarse.

Por inercia vió en su celular la hora que marcaba las 4:00 pm, recordó que había quedado con los pibes en ir a la cancha para jugar, se colocó la capucha y fué al lugar dicho anteriormente.

Cuándo llegó los encontró jugando entre los tres, a él le gustaba mucho ver cómo las demás personas jugaban y así aprender más, ese deporte le llamó la atención desde su corta edad por lo que ahora siendo mayor podía aprovechar para jugarla.

-Paulo, al fin wacho - habló Joaco acercándose a él junto a los demás que lo acompañaban

-Si perdón por la demora, tuve unos contratiempos - se excusó mientras levantaba la polera por encima de su cabeza

-No te preocupes, dale tomá - le tiró el balón mientras Paulo lo agarró con ambas manos, había dejado su mochila en las gradas, tenía miedo que le roben pero prefirió olvidar eso y empezar a jugar.

Al acabar, Eduardo le regaló una botella de agua a Paulo, quién estaba cansado por las dos horas de juego aproximadamente.

- Dame tu número para acordar las juntadas - solicitó Joaco y Paulo asintió mientras apuntaba su número en el teléfono de su amigo

- Me tengo que ir, ustedes ya saben - dijo levantándose mientras agarraba su mochila

-Si, la minita que ronda ese pelo rubio - bromeó Emiliano, haciendo que todos rían por la vez que lo encontraron pensativo en las gradas del mismo lugar

Él se despidió para luego ir a su casa y poder darse una ducha la cuál nesecitaba.

Por su parte Abigail seguía hablando con Flavia, pero ella en ni un momento mencionó su conversación con Paulo hace unas horas atrás. Prefería evitar el tema y hablar de otras cosas, las cuáles a ambas les interesara.

- ¿Te acordás del amigo de Paulo?, el cuál te cautivó sin conocerlo - río mientras recordaba las palabras de Flavia cuándo conoció a Piero en la fiesta de aquel dia

- ¿A vos no te parece raro que Paulo tenga amigos afuera de la escuela?, se supone que es antisocial, no tendría que hablar tan seguro con alguien - dijo cambiando de tema rotundamente, y con la intención de que Abigail empezara a sospechar de él.

- Tal vez los del colegio no le caen bien, vos sabes cómo son con él y no lo culpo por ser así sabiendo que a los de nuestro salón les parece todo anormal o fuera de común - contestó sin dejar notar que estaba defendiendo a Paulo, a ella no le importaría lo que dijieran de él porqué siempre le creería, nunca ah hecho algo para que ella piense todo lo contrario.

-Eso pensás vos pero nisiquiera conocés a su familia o no sabés que le gusta hacer en sus tiempos libres, o aún más fácil pudo aver cogido con otra antes que con vos - dijo buscando la desconfianza en ella

- No lo creo, vos sos la boluda que no quiere entender que Paulo es una persona distinta a los demás por todo lo que quieras, almenos deberías darle una oportunidad de que te demuestre que no es cómo vos y los demás piensan - habló sabiendo que sus palabras eran inútiles porque Flavia no cambiaría de opinión.

Pero Flavia si había intentado darle una oportunidad pero ella sabía que ocultaba una cosa, o muchas, de las cuáles pensaba que Abigail podía salir lastimada...

Antisocial | Paulo Londra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora