Capítulo 16.

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**Narra Amanda**

Me sentía deprimida. Miraba a mi alrededor y solo veía grupos de amigos conversando o haciendo el tonto entre ellos. Riéndose, divirtiéndose, mientras yo no tenía a nadie. Por supuesto estaba mi familia, pero necesitaba alguien más.

Siempre fui muy vergonzosa, no podía acercarme a nadie que no conociera. Meterme en un grupo era imposible, sentía que me acoplaba, que sobraba ahí enmedio, por eso mismo jamás se acercaba. 

Y por eso ahí estaba, sentada en un banco, agena a todos y a todo. Deseando que el milagro ocurriera, deseando que alguien se acercara y me sacara de esta espiral de pensamientos que me invadían.

Y así el milagro ocurrió. Tiene dos años más que yo y ya estaba en su último año de instituto, mientras que yo estaba en el primero.

-Hola. Encantada, soy Noelia.

En ese momento era una frase típica e insignificante, pero realmente fue el comienzo de una maravillosa amistad. Una que no finaliza por la distancia, una que perduró y perdurará siempre.

**Narra Miriam**

No lo conocí hasta mi llegada a Londres. La verdad es que inicié el curso con "buen pie" todos me admiraban y respetaban y enseguida pasé a ser de las populares, la líder, todo había sido tan fácil.

Y por eso busqué un reto, quería algo difícil de conseguir. Siempre había tenido mucha facilidad con los estudios, mi popularidad ya estaba creada, a la semana ya me sentía demasiado relajada, pocas cosas se me daban mal. Pero finalmente lo encontré. El reto perfecto.

Él era rubio, de ojos azules, acento irlandés y buen estilo al vestir. Demasiado risueño para mi estilo de vida, pero un novio envidiable. Al principio creí que sería sencillo, todos querían salir conmigo, nadie se resisitía. Excepto él, por supuesto. Se negó al instante y no quiso saber nada de mí.

Aunque no me di por vencida. Dejé que una de mis "súbditas" se quedara con el capitán del equipo y yo quedé disponible. La verdad fue una buena estrategia, puesto que mi popularidad a causa de los cuchicheos provocados por las chicas y las decenas de invitaciones que me llegaban por parte de los chicos hizo que mi popularidad aumentara.

"De tu envidia nace mi fama" Que gran verdad, nunca me había sentido tan poderosa como en aquel momento. 

Pero Niall era un hueso duro de roer. No odiaba la popularidad, es más, le atraía, pero su novia me impedía conseguir lo que quería y yo siempre conseguía lo que quería.

Es fácil acostumbrarse a la comodidad. Desde mi subida a la popularidad hasta mi subda de ego solo había pasado una semana y ya había dejado muchas cosas atrás. La verdad, no me importaba. Ya fui popular en el instituto y ya había dejado muchas cosas, no me molestó dejar unas pocas más cuando la misma oportunidad se me había presentado en un país diferente.

Pero había algo que no me dejaba estar contenta y eso era que el rubio no era mío. Por eso mismo, y cómo cualquiera hubiera hecho en mi lugar busqué a otro rubio parecido de la univeridad lo más parecido a Niall posible y me saqué una foto besándole. Ese chico no se negó, lo deseaba, pero solo me estaba aprovechando de él.

Me reí cuando se pensó que realmente tenía una mínima oportunidad, ¿de verdad se comparaba conmigo? Suerte tenía de haber podido probar mis labios lo más mínimo.

Cuando las fotos salieron a la luz yo me hice la inocente. "¡Créele, Niall y yo ni siquiera hablamos, menos besarnos!" repetí una y otra vez aunque en el fondo me alegraba que todo saliera segun lo planeado.

Cuando la parejita rompió fue muy sencillo atraer a Niall hacia mí, convertirle en un popular fue la cosa más sencilla que había hecho nunca. Y fue entonces cuando todo se torció. A pesar de ser un popular y comportarse como tal, en el fondo seguía siendo el mismo.

En la universidad se comportaba de una manera, pero después, cuando estabamos a solas, se comportaba de otra. Era dulce, tierno, tímido, sencillo... maravilloso. El chico perfecto, un chico que yo no merecía.

Fui lo suficientemente egoísta y ruín para salir con Niall durante dos años. Sabía que eso no era bueno para él. No era un chico malo, no podía, simplemente no le salía e intentaba conseguirlo abandonando sus estudios.

Creo que fui una de las peores cosas que le han pasado. Si no fuera por mí hubiera sido mucho más feliz en sus primeros años de universidad. 

En ese tiempo me di cuenta que la felicidad de la popularidad es solo maquillaje. En realidad, te sientes vacío, todos te odian. No lo noté hasta su llegada.

Le reconocí a Niall lo que había hecho, todo. Había pasado un año y medio, pero me daba igual, cada vez me sentía peor siendo como era.

Por fin me había dado cuenta de la verdad y todo gracias a él. Le debía demasiado, pero sabía que iba a perderlo. No le amaba, pero quería tenerlo a mi lado.

Al enseñárle las pruebas me dejó al instante. Pero me dejó a mí, no a la popularidad y eso le llevó cada vez a peor camino. Hasta que finalmente se rindió y Niall Horan se cambió de universidad para empezar de nuevo.

Aun así no pude dejarle ir. Tenía su número, se le olvidó ese detalle. Me costó, pero conseguí quedar con él una vez toda mi popularidad se había esfumado. No fue sencillo precisamente, pero igual que me había enseñado durante nuestro noviazgo, me demostró su gran corazón perdonándome todo lo que le hice. Todo lo que le había pasado por mi culpa.

Al principio costó acostumbrarse a la nueva situación, mi popularidad se había ido, todos me odiaban y el único que me haría caso se había ido. Me sentí una mierda y fue entonces cuando vi cuanto mal había hecho durante esos dos años. Pero, como siempre, él me ayudó, Niall, mi pequeño ángel. Jamás mereceré su sola presencia en mi misma habitación.

Desde aquel día las cosas siempre han ido a mejor. Poco a poco voy consiguiendo recuperar esas cosas, incluso aquellas personas a las que renuncié. No merezco nada, pero he aprendido a ser mejor persona y, como siempre decía mi hermana, sonreírle a todo y vivir el momento.

Nuevo comienzo (OneDirection)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora