Capítulo 6

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Bajo la luz del atardecer contemplar el interior del muro, un lugar del que muchas veces considere marcharme y que ahora se encuentra bajo mi cuidado. Que ironía No obstante, la mayoría de mi existencia es justamente eso. Desde que tengo uso de razón, mis padres me enseñaron que exigieron huir y temer a los fundadores; mi madre odiaba a Darius y termine siendo uno de ellos.

Sin embargo, Henryk siempre ha amado este lugar y tuvo el firme sueño de la barrera que separa a los vampiros de humanos, algún día desapareció; también insisto que no debo rendirme, no especialmente ahora que Darius ya no existe. Y es justamente por Henryk, que debo hacer esto, aun si él ha decidido no volver.

Pero, en este momento, no es solo en él en quien pienso. Sino en esa chica. Su olor, el sable de su sangre y el sonido de corazón son tan claros como si aún lo tuviera delante de mí.

"¿Realmente piensa cumplir todas sus demandas?". No me sorprende la presencia de Anisa, ni tampoco su pregunta, he esperado demasiado para hacerla, pero no confío en nadie mejor que ella para encargarse de su cuidado.

A pesar de lo brusco que fui, ahora es mi responsabilidad y debo asegurarme de su bienestar.

"Siempre intento cumplir con mi palabra, ¿Por qué debería ser diferente?". Puedo sentir su disgusto a través del lazo que compartimos. Se trata de una conexión en una sola dirección y por ello, aunque ella siempre expresa su informe por los humanos, sé que no hay crueldad en sus acciones. Es simplemente su forma de ser.

"Está siendo demasiado blando, señor y eso no es bueno, no con esos cretinos detrás de su posición". Realmente parece preocupada. "Si me permite decirlo, a diferencia de lo que Melnik y los demás han dicho, este es el peor momento para tomar una donante, ese podría ser un tema de debate".

Entiendo porque lo dice, pero son simplemente las circunstancias, además, hay cosas de las que no se puede escapar por siempre. Y la necesidad contra la que he luchado todos estos años, parece haberme debilitado y en mi posición no puedo permitirme ser débil. O tal vez, sea solo ella y esa atracción que su persona ejerce sobre mí. Ha sido tan extraño, tantos rostros, tantas personas, tantos corazones y nunca sentí esta necesidad.

Puedo disfrazarla de indiferencia y frialdad, pero no es realmente lo que siento.

"O es justo lo que necesitan, para dejar de verme como alguien débil". El hecho de que no comparta sus hábitos excéntricos y poco considerados siempre me ha hecho diferente a sus ojos. Además, comparado con ellos, soy demasiado joven y anhelan el poder que ha sido puesto en mis manos. "Tengo la autoridad para demandar la sangre de cualquiera, incluidos ellos. Eso les hace temer". No soy como ellos, tampoco como mi padre, soy peor. Con un movimiento de mi mano podría eliminar su existencia, aunque eso significa mi destrucción.

Son pocos los que conocen mi verdadera habilidad y eso se debe a que todos temen a lo que no conocen. Si ellos supieran, tratarían con más ímpetu de destruirme.

Anisa me dedica una sonrisa turbia, luciendo nada convencida.

"Pero... ninguno de ellos ha cumplido realmente con sus contratos o mucho menos ayudado y protegido a su familia, como usted lo ha ordenado".

"Además de nosotros dos, eres única persona que conoce los términos de nuestro acuerdo. Para el resto solo será un alimento". Es mucho más fácil decirlo, que creerlo. Porque incluso me encuentro curioso sobre lo que despierta en mí. Así que, en cierto modo, es bueno que Anisa no pueda percibir mis pensamientos o terminaría considerándola una verdadera amenaza.

ARMEN (Saga la donante #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora