Capítulo 11

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"Señor... Él está aquí". Anisa me hace saber cuando me encuentro a unos metros de la entrada a la residencia, un acceso al que no todos tienen conocimiento, además, se trata de un trayecto intricado y extenso, que solo me ha tomado unos segundos.

"Estoy aquí", le hago saber, vislumbrado la puerta. Puedo sentir la lucha interna que experimenta Anisa y su impotencia por no ser capaz de resistirse a la orden de Haros.

¿Curiosidad? Eso es lo que ha expresado Uriel, pero no lo creo.

―¡Haros! ―exclamo ingresando, consciente de su proximidad a Gema y la postura de Anisa.

―Llegaste, Armen. ―Él sacude la cabeza con una expresión burlona. Parece que realmente confiaba en que no me diera cuenta, debió saber que incluso Anisa me avisaría―. ¿No deberías estar ocupado? ―Me sostiene la mirada y expresa mentalmente: "Tranquilo. Solo tenía un poco de curiosidad, por aquello que se supone es solo un bocadillo".

―Suficiente. ―Aunque sé que lo hace apropósito, porque sabe cuánto me desagrada que refiera de ese modo a los humanos, no puedo evitar el malestar.

Me interpongo entre ellos, al tiempo que Anisa retrocede, pero manteniéndose alerta. Ella no confiaría ni siquiera en él.

―¡Oye! Yo solo vine a visitar a mi mejor amigo. ―Eleva las manos, como si realmente quisiera parece inofensivo―. Solo quería saludarla. ―Su atención vuelve a ella, quien se ha mantenido quieta, atenta a nuestra interacción.

―Anisa, llévala a su habitación ―ordeno, preocupado con lo que esta visita pueda generar sobre su percepción.

Gema nos repudia y teme, pero, sobre todo, no confía en nosotros. Eso me quedó claro en nuestro primer encuentro y es algo que me sigue confundiendo. ¿Por qué ella actúa como si tuviera razones para odiarnos?

―Es un poco parlanchina. Deberías deshacerte de ella ―expresa Haros dejándose caer sobre uno de los muebles de la sala principal, poniéndose cómodo. "No me gusta la mujer de Zayn, pero al menos conoce su lugar con nosotros, aunque no lo aplique con él".

―No eres tú quien me dirá que hacer. ¿A que has venido? ―"Y lo pregunto realmente. Has ignorado mis palabras".

Mis palabras en lugar de intimidarlo lo hacen lucir más divertido, pero eso es solo apariencia.

"Te lo dije, sentía curiosidad y no me gusta lo que veo". Hace una pausa estudiándome fijamente y dejando atrás todo rastro de burla. "No te has convertido en otro Rafael, ¿cierto? En este momento no necesitas otra debilidad y lo siento si no estoy siendo amable, pero eres la pieza central de la ciudad. Si caes, lo haremos muchos". Lo directas que son sus palabras eliminan parte de mi malestar y termino ubicándose frente a él.

Esta conversación no puede evitarse.

Aunque entiendo a lo que se refiere respecto a Rafael, él prácticamente hace todo lo que pide su donante. No es algo en lo que haya intervenido, él parece aferrarse a ella y siempre he respetado su privacidad. Algo que Uriel no conoce y que no me molesto antes, pero por alguna razón odio la idea de él acercándose a Gema.

"Si ella fuera una verdadera amenaza Anisa se encargaría de ella", contesto simplemente, no deseando mantener una discusión, porque sus argumentos son válidos.

El trabajo de Haros no consiste solo en dirigir y entrenar la guardia, manteniendo el control de Jericó; también debe estudiar todas las posibles amenazas, especialmente porque la mayoría de los fundadores lo conocen por ser alguien relajado y que disfruta de las comodidades.

ARMEN (Saga la donante #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora