Capítulo 13

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Esta noche me he obligado a abstenerme de ir a su habitación, el haber perdido el control, aunque fuera solo por un instante, me ha hecho consciente de la necesidad que tengo que ella y lo atrayente que me resulta. Nunca me ocurrió algo así después de conocer a Henryk y aceptar su sangre, eso de alguna forma suprimió mis instintos, instintos que su presencia hace surgir.

Ella no dijo nada durante la cena, tampoco me miró y lucia tan incomoda que termine marchándome de nuevo. He estado tan cerca de atacarla y temo que lo ocurrido pueda hacerla cambiar de parecer; aunque también es posible que su necesidad la persuada para quedarse y eso solo hace que sea mucho peor, porque esta obligada.

Quisiera darle opciones, pero ni siquiera yo las tengo.

La siguiente semana me ausento por completo, evitándola a toda costa, aunque ella tampoco busca un encuentro, pero tampoco menciona el marcharse y eso es un alivio.

El problema es que mi necesidad no disminuye.

―Estuve investigando y existe una gran cantidad de humanos esperando para convertirse en donantes. ―Haros usa un tono desinteresado, pero puedo leer claramente sus intenciones, así que lo ignoro.

Ni siquiera sé porque ambos siguen aquí y tampoco porque debo soportar sus constantes disputas.

―No tenía idea de que estás interesado en conseguir una... o uno. ―Rafael sonríe abiertamente buscando provocarlo, pero la atención de él sigue sobre mí.

―Mi opinión no ha cambiado, solo le estoy dando algunas opciones a Armen. Todos sabemos que puede tener a quien desee.

―Ya tiene una donante, ¿no? ¿O es que me he perdido de algo? ―Rafael cambia de postura, su interés pasando a mí.

―¿Sigues desconfiando? ―pregunto directamente.

Conozco demasiado a Uriel para saber que sigue pensando que Gema es una amenaza, a pesar de que Anisa le ha entregado todo lo que pudo investigar de ella. Yo mismo vi esos informes, no hay nada sospechoso o destacable, es solo una chica, no existe nada que la haga ser peligrosa.

―Te lo dije, no siempre lo peligroso es algo evidente ―responde como si leyera mi mente―. Y no me gusta el efecto que tiene en ti.

Quiero señalar que él debería reparar en otro tipo de detalles, como el hecho de que sus circunstancias son demasiado desfavorecedoras y que nadie debería estar ahí afuera, al alcance de cualquier impuro o repudiado. Como lo hacia ella y su familia no hace mucho.

―Ahora incluso yo me siento curioso por ella. ―Le dirijo una mirada penetrante a Rafael, que simplemente sonríe―. Quiero decir, Uriel parece estar enfrentándose a una verdadera amenaza. Lo que me hace suponer que me estoy perdiendo de algo.

―Eres un idiota, ¿lo sabes? ―Uriel lo mira con desdén.

―Eso dices, pero no soy yo quien duerme solo.

―No es como si eso hiciera mucha diferencia.

―Tú...

―Suficiente ambos ―intervengo no estando de humor para tolerar sus constantes provocaciones. En cualquier otro momento simplemente los habría ignorado, pero no es mi mejor momento.

―¿Lo ves? ―Haros le dirige una mirada a Zayn y luego a mí.

―Todos tenemos malos días ―murmura Rafael sacudiendo la cabeza.

―Es posible, pero en raras ocasiones está tan distraído como en los últimos días. Eso no es normal en él y solo puede tener una explicación.

ARMEN (Saga la donante #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora