Gema Eder. Es la hija mayor de la familia Eder, tiene un par hermanos mellizos que son 6 años menores de que ella.
Esa es parte de la información que Anisa recaudó para mí. Es una chica ordinaria aparentemente, pero que despierta en mí, una extraña compulsión.
Mis ojos permanecen sobre la puerta, por donde en algunos minutos ella aparecerá. Es temprano, pero como ella misma pidió, es mejor no retrasar las cosas.
Su madre parece estar enferma con el virus que convierte a los humanos en repudiados; y vive con sus padres en las afueras de la ciudad, en la parte más expuesta a los repudiados. Ese es el principal motivo por el que no podía permitir que se quedara ahí, el riesgo a contagiarse o resultar herida. Melnik ha asegurado estar haciendo todo lo posible para descubrir una cura para el virus y sobre todo su origen, pero parece que se trata de algo secundario de la interacción con impuros. Es extraño, no tiene muchos años que comenzaron a originarse los primeros eventos. Fue justo después de la muerte de Alón y Darius que incrementaron. ¿Es posible que exista una relación?
Difícilmente. Darius no contaba con la tecnología, solo le importaba la sangre; por otra parte, Alón odiaba no tener el control y es imposible manejar a esas cosas. Aun así, los repudiados se han convertido en una plaga que daña la estabilidad de las ciudades, creando temor, sin contar que el mayor número de infectados se han presentados en Jericó.
Tal vez momento de considerar un nuevo muro.
Salgo de mis reflexiones al verla entrar acompañada por Anisa.
Aprovecho ese pecho instante para mirarla. Ella me intriga.
―Llegaste. ―Mi voz parece tomarla por sorpresa y la pequeña bolsa que sostiene escapa de sus dedos. Antes de que pueda reaccionar, Anisa se apresura a tomarla y mantenerla en su poder. Eso no parece gustarle y tengo que reprimir el cambio de mi expresión―. Pasa. ―Señalo los dos asientos disponibles de la sala.
Ella duda, pero con paso inestable se mueve y se desploma sobre el que se ubica frente a mí.
Puedo sentir hastío de Anisa, pero contrariamente, ver sus intentos por lucir valiente ante lo que posiblemente considera un par de depredadores es curioso.
―Aquí vivirás ―le hago saber y sus ojos vagan por el amplio y elegante espacio. Este lugar fue creado para Henryk, pero como siempre he permanecido a su lado, también es donde me he quedado y donde ella lo hará.
―¿Esta es tu casa? ―inquiere un débil estremecimiento, que intenta ocultar empuñando sus manos sobre la tela de su ropa. Una ropa muy gastada, pero limpia. No puedo evitar contemplarla. Resulta interesante después de tanto tiempo sin estar cerca de un humano y uno que no se molesta en ocultar su repudio y aunque si lucha por no demostrar el miedo―. ¿Están hechos los arreglos para el tratamiento de mi madre?
"Tan impaciente. ¿Está todo en orden?", pregunto mentalmente a Anisa, sin apartar la mirada de ella.
"Si, señor. Pero esta niña es tan grosera. No debería permitirle que le hable así. ¿Por qué no me deja mostrarle con quien está tratando?".
"No hace falta". ―Puedes retirarte, Anisa ―le hago saber en voz alta, para que ella escuche.
Anisa parece casi ofendida por mi petición, pero no discute y se va.
Los ojos de Gema la siguen, casi como si quisiera ir detrás de ella. Si supiera que esto lo hago justamente para evitar que Anisa sea testigo.
"Soy más peligroso yo para ella, que ella para mí y en todo caso, estarías aquí en un segundo".
"No me preocupa ella. Señor, pudo elegir cualquier otra. Habría sido mejor si solo le interesaran las comodidades o el estatus".
Por alguna razón, sé que no sería lo mismo, porque Gema parece tan dispuesta a imponerse, sin saber que su aspecto es tan débil que me hace querer protegerla. Aun así, le explico algunas otras cosas que tendrá que cumplir. Especialmente, sobre su alimentación.
Algo que me queda claro mientras observo su rostro, es que no parece gustarle seguir órdenes. Y eso me hace querer presionarla más.
―Dijo que tomaría directamente de la vena ―murmura, casi como si se sintiera enferma. No es la primera vez que veo ese disgusto y me pregunto el motivo.
Es verdad que muchos temen o nos odian por ser quienes los gobernamos, pero no se trata solo eso. Sin embargo, es poco probable que ella tenga mucho contacto con fundadores. Aunque ahora recuerdo que donde ella laboraba era un establecimiento casi exclusivo para subalterno.
―Intentare que no sea molesto para ti. No te preocupes por ello.
Contrario al efecto que deseaba tener sobre ella, su respiración cambia y casi puedo oler su terror. Pero más que eso, la repulsión hace que me sienta el peor de todos.
No negare que soy un ser despreciable, pero jamás la lastimaría. Aun así, no puedo retenerla si ella no lo desea.
―Aun puedes dar marcha atrás.
Los ojos claros me miran con malestar, su expresión obstinada cubriendo su cara.
―Tenemos un trato. Lo haré. ―Es fácil leer su intento por parecer confiada.
Sería muy fácil hacerle saber que sin importar la elección que tome, ayudare a su madre y familia, pero... No estoy seguro si deseo que se marche, cuando acaba de llegar.
¿Por qué? Nunca he sido poco razonable, pero ella... Quiero conocerla un poco más.
―De acuerdo. Ahora instálate. Nos vemos en la cena. ―"Cuida de ella, Anisa".
"Entendido".
Sin tener intenciones de importunarla aun más, me marcho. Aunque su esencia es tan atrayente. Será difícil ser paciente. Ahora que la he probado, quiero volver a hacerlo.
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ARMEN (Saga la donante #5)
VampireEl otro lado de la historia la donante, narrada por Armen Regan, un vampiro que está cansado de su existencia y que sin embargo, se encontrada en una encrucijada, entre proteger a una simple humana o salvar a los suyos.