Capítulo 23

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Muy a su pesar, sus ojos se han cerrado y en poco tiempo su respiración se ha vuelto lenta, indicando que ha caído en un sueño profundo. No parece temer mi presencia, encontrándose de ese modo tan relajado sobre su cama. La veo suspirar y cambiar de posición, el movimiento de su mano apartando ligeramente la manta. Estiro mi mano, colocándola de nuevo, quiero que esté cubierta, pero eso es solo un pretexto, me siento renuente a marcharme.

Algunas noches suelo acércame a su puerta y asegurarme de que se encuentra bien. Las primeras noches fueron complicadas, ella no dormía mucho y parecía estar siempre alertar. Es curioso como ahora no solo es consciente de mi presencia, sino que ya no parece preocuparle.

Esta noche ella no ha protestado mientras la sostenía y volvía con ella en brazos hasta su estancia, tampoco lo hizo cuando limpie su cuerpo. He notado la forma en que me mira y aunque debería preocuparme, no puedo negar que me alivia saber que no soy el único afectado. Y aunque sé que sus reacciones no están estimuladas completamente por mi esencia vampírica, no puedo evitar pensar que me aprovecho un poco de su inexperiencia y pasión.

Hoy a sigo diferente, ambos nos hemos dejado llevar por la necesidad y nos hemos olvidado del lugar y los motivos.

Gema ha lucido hermosa debajo de mí, saciada, con la bruma del placer en su mirada y su pálida piel marcada levemente por mi boca. He sido cuidadoso, no deseo mancharla hermosa obra de arte que es su cuerpo.

Podría dar miles de excusas, pero es tan simple como que decir que mi naturaleza humana sigue presente, es imposible resistirme al deseo que siento por ella.

Sin embargo, no se trata únicamente de eso. Existe un sentimiento posesivo que crece lentamente dentro de mí y que la otra noche con la presencia de Haros y Zayn trate de ignorar, pero es imposible.

Rozo su mejilla, admirando la curvatura de sus labios ante mi toque. ¿Qué hare contigo, Gema? Realmente quiero conservarte, pero ¿puedo hacerlo? ¿Tengo derecho?

No pude proteger a mi madre, soy consciente de que las circunstancias son distintas, no soy el mismo muchacho temeroso de un malvado fundador. A pesar de ello, las circunstancias no son las mejores.

۞

―¡Señor Regan! ―El guardia luce realmente sorprendido al verme.

―Agnus ―saludo ignorando que no me ha ofrecido entrar.

Supongo que no es únicamente por la hora tan inusual en la que he decidido presentarme, también es debido a que nunca he visitado la residencia de Haros. Siempre suelen ser ellos los que se presentan en la mía o directamente en oficina dispuesta para asuntos formales.

―Me gustaría hablar con Haros. ―Conozco sus rutinas y no es alguien que obtenga muchas horas de sueño. No es una cosa indispensable, al menos no si las condiciones de tu cuerpo son óptimas. Posición en la que no me encuentro en estos momentos.

―Por supuesto, adelante ―asiente apartándose, antes de indicarme que lo siga.

Me conduce por la amplia estancia. Hay algunos candelabros encendidos y los adornos que predominan son de tipo egipcio, realmente parece un lugar antiguo.

En una ocasión visité uno de los museos con Heryk y pude apreciar algunas cosas similares a estas. Me pregunto si Haros tomó algunas cuando el caos se desató en todo el mundo.

Percibo algunos murmullos mientras entramos a la que debe ser su recamara. No puedo evitar el desconcierto ante la subalterna que arreglando el cuello de su vestido me dedica una ligera inclinación y se marcha en compañía del guardia.

ARMEN (Saga la donante #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora