— ¡Oye, levántate! Creo que ya es hora de que ta vayas a pasar tarjeta a tu trabajo. — Despertó Yoongi al agente que aún yacía en su cama.
Debía estar loco por permitirle a alguien que podía acabar con su vida entrar ahí. Lo único que le daba seguridad es que en esa casa el no mantenía absolutamente nada que tuviese que ver son sus negocios.
— Tan odioso e insoportable desde tan temprano. — Murmuró incorporándose. — Yo no tengo que pasar tarjeta imbécil.
— Ustedes sí que se dan una buena vida. — Expresó con sorna cogiendo la almohada que estaba siendo utilizada por el visitante. — ¿Puedes moverte bien?
— Sin problema alguno. No fue para nada como lo recordaba, supongo que los años te han debilitado y no tienes la misma potencia que cuando nos vimos las última vez. — Se quiso levantar pero la mano que se afianzó en su cabello fue un tanto más veloz a la hora de tirar de él. — ¿Herí tu ego, Suga?
— En lo absoluto, yo sé que lo que dice esta aboca ahora no se compara a la sinceridad que salió de ella durante toda la noche. —Buscó sus labios para morderlos y hacer desaparecer esa sonrisa que alumbraba el rostro de ese idiota. — Debes darte con un canto en el pecho por estar aquí.
Hoseok se dejó besar, después de todo no era nada desagradable estar con ese hombre sexualmente. Todo lo que permitió que ocurriera no fue jamas por sentirse presionado sino porque no le era indiferente ocho años atrás y tampoco en ese momento. Tenía un tira y afloja divertido en la cama que, mezclado con la rabia y lujuria que despertaban en el otro se volvía extremadamente excitante.
Colocó sus rodillas entre ambos y se impulsó para hacerlo girar y caer a ahorcajadas sobre ella pálido delincuente de cabello color menta.
— Más bien creo que es al revés. Acostumbrado estar con tantas personas prepagos que están contigo por el billete que les sueltas, a esos que te follas por necesidad y no por verdadero gusto; deberías ser tú quien se de con un canto en el pecho por tenerme en tu cama y no hacer este encuentro en una celda con un compañero diferente.
— ¿Te crees tan diferente? Estás aquí por la misma razón, seguro tengo algo que necesitas. — Contestó serio mirándolo con fiereza.
A él solamente le interesaba su Liquidador y no tenía interés en estar poniendo emociones con nadie más. Si con él se comportaba diferente era única y exclusivamente porque era un agente de cuidar que follaba divinamente.
— Te equivocas, estoy contigo porque me apetece y me gusta como nuestros encuentros se vuelven explosivos, por esto, — apretó su entrepiernas con fuerza — tu pene y ese apetitoso culo. Por nada más.
— Por mi boca también o lo vas a negar. — Besó su pecho y el pelirrojo asintió.
— No lo niego. Puede que sí haya siempre necesitado algo de tu parte pero si permito que lleguemos a este punto es porque lo disfruto y no por obligación o a fin de ganar algo. Disfruto que nos follemos y eso es todo. — Respondió devolviendo los besos por su cuerpo de forma descendente hasta poder intercalar con facilidad entre su trasero y su miembro.
No despertaba lo que Jungkook solo con su presencia pero ese jodido oficial sabía muy bien cómo hacer las cosas.
— ¿Qué quieres esta vez? — Tiró de su cabello para verle la cara y él se apoyó sobre sus codos. — Te advierto que no permitiré que me la vuelvan a jugar y dañen al Liquidador. Una cosa fue que me engañaran diciendo que le darían máximo cinco años de cárcel por ventas ilícitas y que yo aceptara para castigarlo cuando le terminaron dando cadena perpetua por diez mil tonterías absurdas. Otra muy distinta es volverlos ayudar hacerle cualquier cosa, menos matarlo.
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Liquidator
ActionJeon Jungkook alias Liquidador, es el asesino serial más joven de Corea del Sur, con una extraordinaria inteligencia y está cumpliendo cadena perpetua en una de las cárceles de máxima seguridad del país. Con apenas veinte años fue condenado sin que...