Capítulo 45

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Odiaba las ratas, odiaba los traidores y las persones con múltiples caras que en un momento lo miraba y al otro le disparaban por la espalda. Él mismo tuvo que matar un gran número de personas que se iban de lengua o trataban de jugar con su organización o con él en lo personal.

Sabía perfectamente que no se iba a acabar jamás porque el noventa y nueve por ciento de la población fundía tenía doble cara aunque no fuera en asuntos tan graves. Desde aquellos que utilizaban el refrán de que la hipocresía era parte de la educación, saludando con una sonrisa a aquellas personas que no soportaban y de la que hablarían en un dos por tres con sus amistades o conocidos.

Desde esos hasta aquellos mandatarios que regían los países y todos bajo su cargo, infectando a toda la red que de una forma u otra trabajaba para ellos, incluyendo los delincuentes.

A ningún gobierno le interesaba erradicar completamente la delincuencia porque dejando de lado que ellos eran los primeros criminales, el mundo funcionaba como una selva con cadena alimenticia.

Aquel pasto insignificante en el que defecaban, pisaba y maltrataban, servía de suelo, de alimento para que insectos o aves se alimentaran y así sucesivamente hasta llegar a los depredadores que al morir se convertían en la comida de ese mismo suelo. Todos se necesitaban mutuamente de muchas maneras diferentes.

Sin ir muy lejos, él fue o más bien era uno de esos. Aún cuando sabía que estaba siendo utilizado, actuó casi sumisamente haciéndoles creer que trabajaría con ellos cuando bien sabía que a la menor oportunidad iba a deshollejarlos vivos. El hombre que él amaba era otro que actuaba con diferentes caras, su padre, eran muchos pero ese sujeto que sus ojos vieron, para él era indiscutiblemente de los peor y lo quería muerto.

Razones para matarlo eran las que le sobraba, había intentado matarlo tanto a él como a Taehyung, aún después de habérselo follado a incluso decir que lo quería. Porque lo supo desde el momento en que le pegó en aquella iglesia abandonada cuando lo conoció. Supo claramente que entre ellos dos había algo y que él era una rata despreciable. Su olfato no le falló y lo comprobó en su casa.

¿Con cuántos bandos estaba jugando? Suga, la policía, su padre e incluso ellos, fácilmente podían haber más en la lista y él no se iba arriesgar a ello.

— ¿Qué mierda estás haciendo aquí, Hoseok? — Sus palabras se articularon al mismo tiempo que sus piernas y brazos. Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, un cuchillo que podía destriparlo en segundos fue colocado en el cuello del pelirrojo, cortando parte de su piel. — Ni siquiera debí preguntarte, a estas alturas las palabras están demás.

Los ojos de Jung Hoseok viajaron a su compañero, sintiendo una leve punzada en su pecho al verlo como no parecía pestañear frente a esto, con una mirada que casi incitaba al Liquidator a terminar completamente con su vida. Así fue en su apartamento y no debió sorprenderle pero lo hacía.

— ¡No! No puedes hacer eso hijo... — Las manos de su padre buscaron inhabilitarlo pero su mano se ciñó al abrigo del mayor mientras lo empujaba a él también contra la pared, llevando su antebrazo a su cuello sin dejar de presionar el cuchillo contra la garganta del pelirrojo. — ¿Olvidó sus propias lecciones?

— Hoseok lleva un tiempo ayudándonos. Cuando le dieron la orden de que debía a matar a Taehyung, comenzó a indagar, seguir nuestro caso como una ofrenda para ti para juntos protegerlo. Sin embargo, su búsqueda activó las alertas de mis ordenadores y me di cuenta que alguien estaba buscando más allá de la información básica y lo pude rastrear. Desde entonces me ha ayudado a pasarles información sin evidenciarnos.

— No dudo que eso pueda ser cierto pero este juega a muchos bandos y eso simplemente no es beneficioso para nadie porque a la hora de elegir, sus opciones son demasiadas. Estoy jodidamente seguro de que ninguno de nosotros entrará en ellas. — El filo de su cuchillo cortó un poco más de su cuello pero el agente ni siquiera frunció el ceño.

LiquidatorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora