Capítulo 13

6.8K 1K 121
                                    

No sé el tiempo que permanecemos en el coche ni hacia dónde nos dirigimos porque han cubierto mi cabeza con un saco. Otra vez. Y aunque me encantaría concentrarme en las señales que percibo a mi alrededor para ubicarme o para recordar algo que pueda ayudarme después a saber dónde me llevan, lo único en lo que puedo pensar es en seguir respirando porque el saco me está agobiando. No soy claustrofóbico, pero en este momento, siento que me falta el aire. Que no hablen ayuda bastante al efecto, por desgracia, pero no intentaré de nuevo que respondan a mis preguntas porque todavía me duelen las costillas de la última vez que quise averiguar sobre nuestro destino; y aunque no pude saber quién fue, tengo la ligera sospecha de que Darrell es el autor del golpe. Me tiene muchas ganas. Aunque, pensándolo bien, Melvin también está cabreado conmigo ahora por haberlo hecho quedar como un memo por lo de su teléfono; aunque no se haya demostrado que yo tuviese algo que ver. Desde luego, no me estoy luciendo con ellos. Al final, mi hermana va a tener razón y he acabado metiéndome en un lío del que no sé si podré salir ileso. 

-Vamos -noto presión en mi brazo, segundos después de que el coche parezca detenerse. Alguien tira de mí y casi logra que me caiga al suelo cuando me saca del coche y no encuentro dónde apoyar los pies-. Espabila, hombre. No pienses que voy a sostenerte todo el rato.

-No veo por dónde voy -protesto, seguro de reconocer la voz de Darrell en quien me lleva casi a rastras.

-Ese no es mi problema -un nuevo empeñón me hace trastabillar otra vez.

-Lo es si me tropiezo -replico y aunque espero recibir otro golpe, lo único que oigo es un gruñido y siento más presión en el brazo. Eso seguro que me deja marca.

-¿Lo tenéis? -escucho una voz que no reconozco y mi cuerpo se tensa. ¿Más gente a la que podré reconocer cuando todo esto termine? Ahora sí que sí, mi vida acabará aquí si DK no consigue encontrarme a tiempo.

-Están muy encriptados -ese es Osmond.

-Puedo abrirlos -dice la voz nueva con decisión. Suena como si estuviese deseando recibir la atención de su jefe y siento curiosidad por saber de quién se trata.

-Él te ayudará -después de escuchar eso, siento un tirón en mi brazo que me obliga a moverme hacia adelante. Por un momento, temo encontrarme con una pared o con una puerta que me golpee, pero solo hay vacío. Al parecer, Darrell no es tan capullo cuando su jefe está cerca. Le llamaría cobarde, pero eso sería provocar a lo tonto. Ya tengo suficientes problemas.

-No necesito ayuda -protesta  y mi teoría de que busca la aprobación de Osmond se refuerza.

-Él te ayudará -repite el jefe y suena tan amenazante, que a mí ni se me ocurriría protestar.

-¿Por qué no confías en mí? -vaya, quien sea el nuevo, no teme por su vida-. Primero buscas a otros para romper la red de seguridad y ahora me traes ayuda. No entiendo...

-No me repliques más, Eme -Osmond levanta la voz y me estremezco. Joder, no sé viéndolo, pero solo oyéndolo, acojona bastante-. Harás lo que te diga y lo harás sin protestar. Estoy harto de tu insubordinación. ¿Quieres saber por qué no te dejo hacer nada por tu cuenta? Porque sé que la vas a cagar. Tu impulsividad me causa más problemas que todos ellos juntos. Por una vez en tu vida, no me repliques y haz las cosas como te pido.

Nadie habla de nuevo, así que supongo que ha captado el mensaje. La verdad es que incluso yo lo he hecho. No me gustaría ser quien enfade a Osmond, pero me temo que lo seré cuando ese tal Eme abra los archivos y descubra que no hay nada de valor en ellos. Con esta ayuda inesperada e... indeseada, mi plan de tardar cuanto pueda en descifrarlos para darle tiempo a DK y a mi hermana a encontrarme, se acaba de ir por el retrete.

Sam (Saga SEAL 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora