La llegada de los muchachos me mantiene lo suficientemente ocupado como para no pensar en la revelación que acabo de tener ni en lo que puede significar. Ahora no tengo tiempo de analizar nada que no sea el plan que seguiremos para capturar a Osmond. Después de que Cassamdra nos indique de nuevo los lugares donde podría estar, para que mis compañeros lo escuchen también, busco cada localización y luego me introduzco en la red de la base, para usar nuestros satélites. No podemos ir una por una en persona porque podría desaparecer mientras tanto, así que buscaré evidencias en todas ellas hasta dar con él y dirigiremos el ataque contra ese lugar en concreto. Hank está avisado y nos cubrirá si alguien descubre que estoy usando los satélites sin permiso de mis superiores.
Aunque estoy concentrado en lo que hago, puedo ver cómo los muchachos hablan con Cassamdra mientras tanto. Doc la tranquiliza en cuanto al estado de Sam y Simmons, siempre tan atento y correcto, le asegura que nos encargaremos de Osmond y que no tiene nada que temer. No les he dicho todavía que ella ha estado involucrada en algunos de los últimos robos informáticos que perpetraron, pero lo haré en cuanto nos quedemos a solas. No pienso cometer el error de ocultarles información, aunque eso signifique delatarla. Sé que si les pido que guarden el secreto, lo harán, pero deben conocer la gravedad del asunto y cuán cabreado estará Osmond por la traición de su ahijada. Debemos protegerla de su ira y de las consecuencias de su acto heroico. Porque lo ha sido. La admiro por haberse arriesgado a salvar a alguien que apenas conocía, de su propio padrino, a quien tal vez haya visto siempre como la figura paternal de su vida, al menos hasta descubrir lo que le había hecho a sus padres. No muchas personas se atreverían a ir en contra de su familia y menos aún, de alguien como Osmond Raines. Puedo entender por qué estaba tan asustada cuando sugerí llevar a Sam al hospital. Si su padrino la encuentra, no tendrá piedad. Si no la tuvo con sus padres, no será diferente con ella, eso por descontado.
-Al final va a ser cierto que no eres gay -Fisher se sienta a mi lado y sonríe-. La vas a desgastar, hombre.
-Solo estoy preocupado por ella -me excuso y continúo con el trabajo. Me quedan dos localizaciones por revisar todavía.
-Estará bien con nosotros.
-Lo sé.
-Entonces deja de mirarla -vuelve a la carga.
-Me siento responsable de ella, Fisher -le recrimino-. Solo es eso.
-El jefe también se sentía responsable de Neve y mira como han acabado -eleva las cejas varias veces y lo golpeo en el brazo con el puño para que se detenga- ¿Acaso miento?
-Mi responsabilidad no va por ese camino -y aún así, no sueno todo lo convencido que debería.
-Claro -palmea mi hombro y regresa con el resto. Estoy seguro de que también él ha notado mi vacilación.
Pero en el fondo, tengo razón. Me preocupo por ella como lo hacía por Sam. Está en mi naturaleza intentar ayudar a quien lo necesita, ya sea solo escuchando sus penas o sacando la artillería pesada para acabar con sus miedos más profundos. No importa lo que sea, si me necesitan, allí estaré. Y es lo que me está pasando con Cassamdra.
-Lo tengo -exclamo al recibir una imagen bastante clara de Osmond Raines en la penúltima de las casas. No hay ninguna duda de que es él y de que está rodeado por media docena de hombres.
-Debería haberlo imaginado -Cassamdra ha sido la primera en acercarse y está mirando por encima de mi hombro, con su mano apoyada en él. Siento calor justo en ese lugar-. Ahí es donde tiene la caja fuerte. Supongo que querrá salir del país, para que no lo encuentren si decido delatarlo y habrá ido a por lo que guarda en ella.
-Eso es lo que espera -asiente Fisher-, pero se va a encontrar con ocho SEAL muy cabreados que le darán hasta en el carnet de identidad.
-¿Solo ocho? -Cassamdra nos mira con preocupación.
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Sam (Saga SEAL 5)
ActionKeaton Kipling, DK para los amigos, es uno de los mejores informáticos del país. En su tiempo libre se dedica a perfeccionar su destreza y nunca lo considera como parte de su trabajo, sino como un pasatiempo. Es su mayor pasión. Pero cuando la CIA l...