-DK -Neve se lanza a mis brazos cuando llegamos hasta ellos. Nadie comenta nada respecto al beso que Cassamdra me ha dado y que estoy seguro que han visto-. Que miedo he pasado. Pensé que no os encontraría.
Cuando me abrazó al despedirnos, le susurré al oído que nos buscase en la parte de atrás del edificio para sacarnos con sus poderes. Sabía que era la única forma de escapar sin que la CIA se enterase de la existencia de Cassamdra. Con lo que no había contado era con que Osmond descubriese hacia dónde nos dirigíamos porque no es el lugar más evidente cuando alguien intenta escapar. Lo subestimé y solo la increíble capacidad de Neve nos salvó la vida.
-Me alegra verte sin agujeros en el cuerpo -Cornell me abraza un segundo y después saluda a Cassamdra con una sonrisa tímida. Tan valiente para unas cosas y tan cauto para otras.
-Hola, Sam -Harper es más efusiva y la abraza-. Me alegra ver que nuestro DK ha sabido cumplir con su parte del plan.
-Pues no parecías muy feliz cuando os conté mi parte -me permito bromear con ella, ahora que estamos un poco más cerca de que Cassamdra sea libre para hacer lo que quiera. Algo en lo que, por otra parte, no quiero pensar todavía.
-Ni Suicida idearía algo tan loco -se defiende.
-Pero ha funcionado. Sabía que Neve podría hacerlo -después, me acerco a Cassamdra y tomo su mano. No es que haga falta, pero siento que necesito hacerlo-. Tenemos que ponernos en marcha. ¿El coche está donde os pedí?
-Sí -Cornell me entrega las llaves- ¿Seguro que no quieres que os acompañemos?
-Vosotros llevad a Neve a casa -niego-. Yo me ocupo de ocultar a Sam hasta que la tormenta haya pasado. Nos mantendremos en contacto.
-De acuerdo -Harper se sitúa junto a Neve-. Suerte.
-Igualmente -asiento hacia ellos y tomamos caminos opuestos.
-¿Quién es Neve? -pregunta Cassamdra, que ha permanecido en silencio todo el tiempo- ¿Y qué ha hecho? Ni siquiera iba armada.
-Es una larga historia -abro la puerta del coche para ella-, que te contaré encantado, una vez estemos a salvo.
-¿Por qué...?
-Después -insisto. Parece no gustarle mi respuesta, pero asiente y entra en el coche. Una vez en el puesto del piloto, añado-. Te prometo que te lo contaré todo, pero mi prioridad es ocultarte de la CIA.
-¿A dónde vamos?
-Creo que podrás averiguarlo tú misma muy pronto -sonrío, sin querer decirle nada. Mi corazón todavía se niega a regularizar su latido después del beso. No duró mucho, pero me descontroló por completo. Por un segundo, deseé abrazarla de nuevo y continuar donde lo había dejado ella, y solo mi fuerza de voluntad logró detenerme. Ponerla a salvo es más importante que besarla. O al menos, eso es lo que me estoy repitiendo desde entonces.
-Es la cabaña donde escondí a Sam -media hora más tarde, ya sabe hacia dónde nos dirigimos-, ¿verdad?
-La misma -asiento.
-¿Por qué ese lugar?
-Eso debería preguntártelo yo a ti -la miro por un segundo- ¿Por qué la has elegido tú?
-Cuando era pequeña -confiesa, un tanto avergonzada-, mi madre solía traerme a este parque. Descubrimos la cabaña en una de nuestras escapadas y...
Deja de hablar a medida que narra la historia y la observo de vez en cuando, porque necesito poner atención a la carretera. Parece pensativa e, incluso, un poco disgustada. ¿Habrá recordado algo?
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Sam (Saga SEAL 5)
ActionKeaton Kipling, DK para los amigos, es uno de los mejores informáticos del país. En su tiempo libre se dedica a perfeccionar su destreza y nunca lo considera como parte de su trabajo, sino como un pasatiempo. Es su mayor pasión. Pero cuando la CIA l...