Capítulo 22

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Aunque les he dicho que Fisher y yo entraríamos en el recinto gracias a las habilidades de Neve, mientras Harper y Cornell la protegían a ella, mi verdadera intención es hacerlo solo y por la puerta principal. Sé que Osmond me permitirá pasar en cuanto me vea, porque soy el responsable de la muerte de algunos de sus hombres. No sabe cómo lo he hecho ni que me han ayudado, así que querrá hablar conmigo sobre ello, estoy seguro, porque los hombres prepotentes como él nunca creen que puedan caer y cuando algo los golpea, intentan descubrir cómo ha sido para que no suceda de nuevo. Pero lo más importante para mí es que me lleve hasta Cassamdra. Este lugar es inmenso y sería como buscar una aguja en un pajar; razón por la que no podemos entrar Fisher y yo solos, y razón por la que no quiero que la CIA meta sus narices en el asunto hasta que yo esté con ella. Debo encontrarla antes y ponerla a salvo para que no sepan de su existencia. Una vez hecho, me ocuparé de facilitarles el acceso, porque me temo que tardarían demasiado en hacerse hueco sin ayuda interna. Ahora que estamos aquí, veo que la seguridad es mayor de lo que parecía en las imágenes del satélite. Y mientras permanecemos ocultos en una posición privilegiada y estudiamos las posibles vulnerabilidades del lugar, que por desgracia son pocas, me decido a contarles el verdadero plan. Sé que no les está gustando, incluso antes de que hablen. Sus caras lo dicen todo.

-Y luego yo soy el suicida -bufa Fisher.

-Es un plan horrible, DK. Te dispararán en cuanto te vean -me asegura Harper-. Ni siquiera preguntarán.

-Neve puede evitar que lo hagan -añado.

-DK, aunque aprecio tu confianza en mí, no puedo controlarlos a todos -me dice Neve, preocupada.

-Te he visto en acción, Neve, sé que puedes hacer eso y mucho más.

-Yo solo controlo sus cuerpos -remarca-, no sus mentes. Si no los veo, no puedo evitar que te disparen. Estoy segura de que hay muchos más hombres de los que hemos contado hasta el momento.

-Para eso están aquí los demás -sentencio, mirándola a los ojos, suplicando que me ayude-. Neve, ¿has visto ese lugar? Es inmenso. Debo entrar solo si queremos encontrar rápido a Sam. Sé que Osmond no me matará porque querrá...

-Querrá torturarte -me interrumpe Fisher-, por haber acabado con sus hombres en la otra casa. Y mientras te arranca la piel a tiras, nosotros estaremos aquí fuera, sin poder impedirlo. Mira que yo soy el de los planes locos, pero esta vez me has superado, tío.

-Si le digo que he sido yo quien ha encriptado los archivos que tanto desea, no me hará nada -les aseguro-. Al menos, mientras no los desbloquee.

-¿Cuánto margen te dará eso? -Cornell habla por primera vez.

-Puedo alargarlo una hora -respondo-, quizá algo más. Eso contando con que Sam no los haya abierto todavía, claro.

-Esperemos que no -después de un segundo en silencio, asiente y añade-. Te cubriremos mientras entras. Y...

-¿Estás loco? -Harper lo interrumpe-. Lo matarán en cuanto asome la cabeza.

-DK confía en nosotros para evitarlo -le responde, serio-. Confía tú también en él, Harper. ¿Acaso no te expondrías a lo que fuese por aquellos a los que amas?

-Yo no... -empiezo a decir, pero no me permiten seguir.

-Haría lo que fuese por mantenerlos con vida, pero no a costa de la mía. ¿Cómo podría defenderlos si me muero antes?

-¿Cómo podrías salvarles la vida sin arriesgar la tuya primero? El riesgo ya forma parte de nosotros, Harper. ¿De verdad te lo pensarías antes de lanzarte de cabeza al peligro por los tuyos?

-Por supuesto que lo haría. Hay que usar la cabeza para algo más que para golpear con ella. 

-Está claro que no os pondréis de acuerdo -interviene ahora Fisher- y estamos perdiendo un tiempo valioso. La mujer de DK está en peligro y debemos salvarla antes de que los de la CIA metan la pata, que lo harán. Eso lo sabemos todos. Así que, ya sea por la puerta principal o volando, lo que preferiría sin duda alguna, alguien tiene que entrar ahí ya y encontrarla.

Sam (Saga SEAL 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora