Capítulo 19

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Ninguno habla durante el viaje, pero puedo notar cómo Cassamdra se va tensando con el paso de los minutos. Es como si intuyese que estamos llegando a nuestro destino y se preparase para afrontar lo que se nos viene encima. Poco antes de que se pare el coche, la escucho suspirar.

-¿Todo bien? -le pregunto en susurros.

-Sí -miente. Es evidente, incluso sin poder verle la cara, que tiene miedo de lo que vaya a hacer su padrino cuando lleguemos. Es comprensible, de todas formas, pues Osmond Raines no se caracteriza por su benevolencia, según los informes que he leído sobre él.

-No te tocarán -le prometo, sin saber si podré cumplirlo. Al menos, pienso intentarlo.

-Me preocupa más que te toquen a ti -me confiesa, dejándome sin palabras por un segundo.

-Así que te preocupas por mí -bromeo con ella, al final. Eso siempre funciona-. Qué interesante.

-No es...

-Y antes me has llamado DK -añado, interrumpiéndola-. No creas que lo he olvidado. Diría que ya somos amigos.

-Silencio ahí atrás -nos callan.

-Vete a la mierda, Darrell -Cassamdra no se corta a la hora de protestar y no puedo sino admirarla un poco más. Es tan atrevida y valiente, como temeraria. Me recuerda mucho a cualquiera de los de nuestro equipo y por un segundo, me imagino lo bien que encajaría entre nosotros. El problema es que me gusta demasiado la idea, pero no puede ser. Cuando termine todo esto, tendrá que buscarse una nueva identidad y una nueva vida. Me temo que yo no encajaré en ella.

-Tu padrino está muy cabreado contigo -le dice él-. Le has robado la posibilidad de descifrar los archivos que tanto ansía tener, al llevarte a la única persona que podía hacerlo.

-No lo necesitaba -responde ella-. Yo podría haberlo hecho sin ningún problema.

-Lástima que ya no confíe en ti -no me gusta cómo suena eso.

-Siempre has querido ocupar un lugar privilegiado junto a Osmond -le recrimina Cassamdra-. Envidiabas lo que yo tenía y lo querías para ti. Supongo que esta es tu oportunidad. Lástima que tú apenas sepas mirar tu correo en un ordenador.

-No necesito ser un genio de la informática para que Osmond aprecie mis servicios.

-Pero ahora mismo necesita a un genio de la informática -lo provoca de nuevo y golpeo su pierna con disimulo para hacerle ver que no debe presionar más-. Y esa soy yo.

-Es posible -ríe-, pero ¿cuánto crees que durarás una vez hayas descifrado los archivos? ¿Crees que ser su ahijada te salvará esta vez? Llevarte al muchacho contigo ha sido una traición mayor a Osmond y no va a olvidarlo sin más. Esta vez, la has cagado a lo grande, Eme.

Cuando noto que Cassamdra pretende continuar con la disputa, mi pierna la golpea más fuerte y ella termina cediendo. Deja escapar el aire de sus pulmones y se acomoda de nuevo junto a mí. Aunque no puedo verla, siento la ira bullir por su cuerpo y me acerco más, deseando poder abrazarla para tranquilizarla.

-No dejes que los sentimientos nublen tu juicio -le susurro-. No le des munición contra ti, Sam. Es lo que él quiere.

-Lo sé -gruñe-, pero el odio que siente por mí es mutuo, DK. Darrell me ha hecho la vida imposible desde que mi padrino lo contrató y lo habría matado con mis propias manos en más de una ocasión, si mi conciencia no me lo impidiese.

-Eres mejor persona que él -asiento, aunque no pueda verme.

-Pero eso no me defenderá de él -replica con disgusto.

Sam (Saga SEAL 5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora