Capítulo 14.

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La mañana siguiente fue silenciosa, pero el ambiente fue cálido y cómodo, aunque la timidez se hacía espacio etre ambos chicos. Ni Jimin ni Yoongi hablaron sobre lo sucedido la noche anterior, la pasaron increíble y deseaban que volviera a suceder, pero no creían necesario mencionarlo, no querían incomodarse el uno al otro.

Ambos estaban bien así, sabiendo que lo hecho, hecho está y que ninguno se arrepentía de ello.

Se despertaron entre caricias, estando aún desnudos se dedicaron a mimarse unos minutos antes de levantarse para comenzar el día. Se tomaron un baño por separado y Jimin preparó el desayuno mientras Yoongi terminaba de secarse la humedad del cuerpo.

Las horas de sueño que tuvieron fueron pocas pero agradecían que fuera jueves y ese día tuvieran pocas materias a las que presentarse, por lo que podrían descansar luego de la universidad

Por más que quisiera regresar a casa y descansar, Jimin no podía darse esos lujos. Tenía una pelea y debía entrenar mucho. Aprovecharía el día para entrenar lo más que pudiese durante la tarde y se iría a dormir algunas horas antes de lo normal.

Estaba preocupado, tenía que hablar con Siwon sobre las cosas que estaban sucediendo. Era normal que tuviera peleas seguidas, pero rara vez tenía más de tres peleas en un mes, ya había peleado cinco veces y recién estaba terminando la tercera semana del corriente mes.

Temía que su padre siguiera organizando peleas tan seguidas, su cuerpo no llegaba a recuperarse del todo, no quería lastimarse. Las peleas eran cada vez más difíciles y la noche anterior a duras penas había resistido a la segunda pelea que surgió de imprevisto.

Sabe que negarse a pelear es inútil, está claramente obligado a hacerlo. Pero la paga estaba siendo muy alta y ese dinero le ayudaría para pagar el enorme monto de dinero que su padre pidió para terminar su contrato.

Le faltaba tan poco para lograrlo pero al mismo tiempo se sentía demasiado lejos. Muchas cosas podrían pasar en el medio y tenía miedo a aquello. No se quería confiar en que las cosas estaban yendo bien porque para él ninguna salida es fácil ni segura, mucho menos si se trata de alguien tan enfermo de poder y por el dinero como lo es su padre.

Estaban teniendo una conversación trivial mientras desayunaban cuando el celular de Jimin comenzó a sonar, por el tono de llamada supo instantáneamente que se trataba de Siwon. Disculpándose por la interrupción se levantó para buscarlo y atender la llamada.

— Hyung. — respondió volviendo a sentarse frente a Yoongi.

Jimin, tu padre llamó hace algunas horas para informarme de la pelea de mañana, ¿te ha dicho algo al respecto?

Si, anoche cuando llegué él llamó para decírmelo. ¿No le parece demasiado? Digo, nunca antes había sucedido tan seguido. — suspiró mientras le dedicaba una sonrisa tranquilizadora a su mayor sentado frente a él. — Sabe que él no me llama nada más que para decirme cuándo debo ir.

No sé mucho, tampoco habla demasiado conmigo. Siento no poder hacer nada para apurar las cosas. ¿Tú cómo estás?

Estoy bien, cansado. — comentó mientras miraba a Yoongi, su mirada se tornó pícara y lasciva de repente, algo que lo puso nervioso.— Anoche tuve diversión de la buena y dormí poco, ya sabes.

No me digas que... — Siwon rió abiertamente. — Bien hecho, muchacho. Espero conocerlo pronto, y nada de huir Jimin, te conozco.

No lo haré. — sonrió. — Se lo ha ganado, hyung. Cuando todo haya pasado, lo prometo.

Esperaré ansioso. — suspiró. — Tienes que ir por el dinero, esta vez la cantidad es mucho más grande, Jimin.

¿De cuánto hablamos? — preguntó curioso.

Al rededor de medio millón de dólares. La de mañana es una pelea igual de importante, es un australiano demasiado conocido en su país, el monto es similar y las apuestas se están disparando por los cielos. — contó. — Sabes que no dudo de tus capacidades pero tengo miedo de que algo te suceda. No puedo evitar enfadarme con ese hijo de puta por hacerte lo que te hace.

Ya no importa, falta poco para que se acabe. — intentó tranquilizarle. — No se preocupes por mi, he estado en situaciones muy complicadas y siempre he salido parado, daré todo de mi para que esta vez sea así. Y hablando de lo otro, le diré a Jb que me lo alcance hoy si puede y mañana temprano pasaré a dejarselo a su oficina.

—  Me parece bien. Nos vemos mañana entonces, no te mates entrenando hoy, ¿entendido?

Entendido, señor.

Te quiero mucho, Jiminie. Que tengas un buen día.

¡Yo lo quiero más, hyung! Adiós. — se despidió sonriente y luego terminó la llamada.

Yoongi lo miraba curioso pero había una sonrisa cálida adornando su rostro, le encantaba ver a Jimin actuando tan relajado y cómodo cerca suyo. Sabía que el pelirubio tenía sus temas que tratar y él estaría a su lado y le entendería a pesar de todo.

— Dios no dejes de sonreír nunca, eres tan lindo. — dijo Yoongi en medio de un suspiro. Jimin se sonrojó furiosamente.

— ¡Yah! ¿Por qué dices eso de repente? — preguntó cubriendo el sonrojo de sus mejillas con sus manos.

— Me dará un ataque al corazón y será tu culpa. — dijo riendo.

— ¿A qué hora quieres salir para llegar a tiempo a tu casa? — preguntó cambiando de tema. — No creo que pueda ir hoy a clases.

— ¿Por qué? — cuestionó curisoso pero no invasivo. — Dentro de dos horas entramos a la primera clase, supongo que si salimos dentro de una hora estaría bien.

— De acuerdo. — tomó su celular y tecleó un mensaje rápidamente y volvió su mirada a su mayor. — Entonces, tenemos media hora.

Yoongi le miró dudoso y frunció su ceño cuando le vió ponerse de pie, tomó la mano que Jimin le tendía y se puso de pié siendo rápidamente recibido por sus brazos. Entendió todo cuando Jimin le sujetó de las majillas y comenzó un beso lento pero intenso.

— En media hora vendrá un amigo. — le informó. — Hasta entonces mantenme ocupado.

Yoongi lo sujetó de los muslos y el pelirubio saltó enrollando sus piernas al rededor de la cintura del mayor. El pelinegro caminó mientras le sujetaba los muslos hasta el sillón más cercano y se dejó caer con el pelirubio encima.

Se besaban profundamente, cuando el calor comenzaba a subir se detenían y se otorgaban caricias. No era su intención excitarse, aunque la posición en la que estaban creaba demasiada fricción entre ambos cuerpos. Pero sabían que su tiempo era breve y no querían iniciar algo que no podrían terminar hasta que se presentara otra ocasión como la de la noche anterior.

El timbre sonó interrumpiendo su sesión de besos, Jimin se puso de pie resoplando en desacuerdo y se encaminó hasta el timbre que daba acceso al portón exterior dejando pasar a su amigo que entraba con su pulido automovil.

Yoongi estaba algo incómodo pero se sentía cálido al ver cómo Jimin lo dejó ser parte de algo de su vida personal, aunque no entendía de qué se trataba todo.

El pelirubio abrió la puerta alegremente y se dejó envolver por los brazos de su amigo del otro lado de la entrada.

— ¡Jb!

Fight for blood | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora