Capítulo 14: La Aldea de los Okami y dos Akatsuki menos.

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Narra Hinata

Ya ha pasado un tiempo desde que Sasori se fue de este mundo, tanto Deidara como yo lo extrañamos, pero mi querida Hany está siempre para alegrarme el día y también Tahina junto con Tahy que me están intentando distraerme con diversos entrenamientos.

—Obvio, querida, todas queremos que estés feliz. —dijo alegre.

—Ya lo sé. Por eso, agradezco todos los días el haber conocido a Tahina y el haberte creado; no sabría decir lo que sería de mí sin ustedes. —dije con una sonrisa.

—Ooow. —dijo enternecida— Y se supone que yo soy la sentimental. —dijo burlona.

—Se supone. Bien, vayámonos tenemos que entrenar. —Dije agarrando mi mochila que había preparado para el entrenamiento.

Salí de la guarida para dirigirme a la que fui asignada, estos últimos días no nos hemos movido mucho; ahora que necesitamos dinero por eso Hidan y Kakuzu fueron enviados a conseguir más, fue una buena decisión de parte de Líder, ellos son los correctos para ese trabajo. Llegue a un lugar muy tranquilo, tenía un ambiente tranquilo y para mí un lugar perfecto para entrenar.

—¿No piensan lo mismo, chicas? —les pregunté.

—Estoy completamente de acuerdo con Hina. —dijo Hany.

—Tienes razón al decir eso, pero no entrenaremos en la superficie hoy día. —informó Tahina.

—¿Y por qué no? —pregunté extrañada.

—El entrenamiento tiene que ver con tu control sobre las habilidades y poderes de Hany, eso será un entrenamiento muy peligroso y destructivo, así que entrenaremos en la aldea de los Okami*. —explicó.

—¿En serio? ¡Que bueno! Hace mucho que no visitamos la aldea. —mencionó contenta mi compañera.

—Es cierto ya la extrañaba mucho, vamos. —dije girando mi cabeza para ver a Tahina que estaba al lado mío.

En cuanto dije aquello Tahina pronunció las palabras: "Yunīkuna sekai o aite kudasai"* una porción de tierra empezó a descender formando escaleras por las cuales bajamos para encontrarnos con la puerta principal de la aldea de los Okami. Delante de ella se encontraban diez shinobis que hacían de guardias al vernos a mí y a Tahina nos reverenciaron.

—Es bueno tenerlas con nosotros, señorita Tahina, Reina del Tenseigan*, y señorita Hinata, Futura Princesa del Byakugan*. —nos dijo uno de los shinobis.

—Es bueno verlos de nuevo, mocosos. ¿Cómo han estado las aldeas? —preguntó Tahina.

—Las aldeas han estado en completa paz durante este tiempo. Aunque se nota que la gente les extraña a ustedes y cada aldea a sus respectivos líderes. —informó.

—Ya veo. Bueno, ya no nos extrañaran tanto nos vamos a quedar unos días en la aldea. —mencioné con una sonrisa.

—Que agradable noticia. Notificaremos al pueblo de inmediato.

—Bien. Eso sería todo. Vuelvan a sus puestos y cumplan con su trabajo. —ordenó.

—Sí, señorita Tahina.

Después de ello, se abrieron las puertas y fuimos directamente al que sería mi castillo cuando asuma el cargo de Princesa del Byakugan, por ahora le pertenece a Tahina que volvió a tomar el cargo luego de la muerte de mi madre, la cual también fue una Princesa del Byakugan.

—Oye, Hina, ¿qué crees que sea lo que nos vayan a enseñar Tahina y Tahy? —me preguntó curiosa Hany.

—No tengo la menor idea, pero sé que va a ser algo muy...

Una Jinchuriki en Akatsuki, Hinata HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora