Capítulo 15: Hinata y Hany.

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Narra Hinata

En cuanto Hany terminó de llorar por la muerte del dúo "inmortal", empezamos nuestro entrenamiento. Tal y como creímos Tahina y Tahy nos enseñaron tres técnicas nuevas sangrientas para matar a un oponente, las cuales a mi compañera le encantaron tanto que está emocionada por probarlas en alguien.

—¡Que buenas técnicas! No, ¿Hinata? —pronunció ansiosa.

—Sí, muy buenas, pero son algo escalofriantes para mí. —dije algo temerosa.

—¿En serio? —preguntó extrañada— Bueno, es normal que las veas así, después de todo eres humana. —dijo con obviedad.

—Pero si tú también eres humana. —le mencioné.

—En parte si lo soy, pero no del todo. Además, todo se ve diferente cuando lo que matas es lo que te vas a comer luego. —dijo babeando un poco— Ya entiendo porque a los humanos no les causa ningún remordimiento al matar un animal que luego se comerán. —dijo con una sonrisa.

—Estás comparando dos cosas complemente distintas, ¿sabes?

—¿Cómo qué distintas? Si lo que nosotras les hacemos a nuestros enemigos al matarlos es lo mismo que le hacen a una vaca o a un cerdo en una carnicería. Es exactamente lo mismo, sólo que ustedes se hacen los ciegos e ignoran eso. —defendió.

—Es verdad, ¿por qué no lo pensé así antes?

—Porque si no se les dice algo nunca se dan cuenta de ese algo. Ustedes los humanos en serio son un caso sin remedio. —dijo negando con su cabeza.

—Odio admitirlo, pero tienes razón. —acepté algo incomóda.

—Obviamente tengo razón, querida. —dijo con obviedad— Por cierto, ¿puedes darme el control del cuerpo un rato para "pasear"? —preguntó haciendo una cara angelical.

—Está bien, pero no dejes que nadie te vea. —le indiqué.

—¡Entendido! Aunque no entiendo porque debo ocultarme. — se quejó.

—Porque no te ves, ni eres "normal". —le recordé.

—Está bien, lo que tú digas. Aunque no estoy nada de acuerdo con ello. —dijo algo molesta.

Sé que no le gusta ocultarse, pero no hay de otra. Si alguien llegara a verla en alguna de sus dos formas empezarían a perseguir la para lograr tenerla como arma, cosa que no quiero que pase.

Muy pocos saben de la existencia de Hany porque yo me he encargado de mantenerla en secreto. Ella es una criatura muy poderosa: una "kiken".

Una especie hecha de oscuridad del corazón humano, sangre humana y lágrimas humanas de tristeza y dolor. Creada por un ser misterioso muy poderoso que tenía un gran odio hacia la raza humana, creó a los kikens para que eliminarán y devorarán a los humanos.

Obviamente su plan u objetivo no se logró realizar porque los kikens, artos de ser utilizados como simples armas, empezaron a desobedecer sus órdenes y a independizarse. Luego de varios meses y tras la muerte del ser que los creó, lograron ser libres y vivir en paz; pero esta paz no duraría mucho porque los humanos se enteraron de su existencia y quisieron adueñarse de ellos.

Hubo una gran guerra entre kikens y humanos de la cual solo quedó un kiken, Waru, este se convertiría en el leal compañero en batalla del gran Hamura Otsutsuki. Si, él también tenía uno y, al igual que yo, lo ocultó del mundo.

Algo bastante curioso es que los kikens al escoger a su compañero de batalla se une a este en cuerpo y alma, por esto Tahina logró desarrollar a Tahy, el kiken de alguna manera influyó en Tahina cuando estaba en el vientre de su madre.

Mi madre también tuvo una kiken que le fue dada por Waru, el cual vio que ella era digna de tener uno, esta fue nombrada "Hanabi" por mi madre. Sí, mi hermana fue nombrada en honor esa gran amiga que tuvo mi madre.

Habani influyó en mí, por ello desarrollé a Hany.

—Oye, Hinata, ya va a amanecer. — me informó Hany.

—¿En serio? ¡Vaya! Cómo pasa el tiempo. —dije sorprendida.

—Sí, muy rápido. Supongo que debo devolverte el control del cuerpo, ¿verdad? —dijo triste.

—Sí, ya pasó tu tiempo. Por cierto, ¿a cuántas personas has logrado asesinar? —pregunté algo preocupada.

—A unos 20 hombres y a unas 10 mujeres. —dijo tranquilamente.

—¡¿Tantas?! —exclamé sorprendida— ¡Hany! Creí que habíamos quedado en que intentarías controlarte a la hora de matar. —le regañe molesta.

—¿En eso quedamos? —dijo curiosa— Perdón, en ese caso. Pero no me arrepiento de nada, todos ellos se lo merecían. —dijo orgullosa.

—¿De veras? Bien, dime, ¿porque se lo merecían? —pregunté aun molesta.

—Los hombres eran una pandilla que eran expertos en el robo y el tráfico de personas. Y las mujeres por la forma exagerada en la que mostraban su cuerpo con su ropa. —respondió sonriente.

—Lo de los hombres lo entiendo, pero lo de las mujeres no; ¿sólo por como vestían las asesinaste? —pronuncié incrédula.

—Sí, es que debiste ver como mostraban su piel con esas ropas tan cortas y apretadas. —dijo asqueada y molesta— Lo único que logran es que uno quiera violarlas, y eso es lo que hice. —dijo con una gran sonrisa.

—¡¿Qué hiciste que?! —pregunté sorprendida.

—Tranquila, lo hice con mi segunda forma, no con la primera, por obvias razones. —trató de tranquilizarme.

—Eso no es lo importante, bueno, sí lo es, pero no tanto como el hecho de que tú has violado a esas pobres mujeres, Hany. —dije enojada.

—¿Pobres? Por favor. —dijo molesta rodando los ojos— Estoy segura de que en un principio estaban disfrutando el que les tocará y penetrara, lo sé porque estaban gimiendo. Eso sólo me confirmó que vendían sus cuerpos por dinero.

—¡Gimiendo de dolor! Hany, seguramente estaban sufriendo y mucho. —dije con pena por ellas.

—¡Que no! Bueno, en cuanto les dije que no les pagaría nada recién empezaron a gemir así. Así que eso sólo me demuestra lo mal que está la humanidad, porque no les importo ni un poco mi apariencia ni mis intenciones hasta que les dice que no les daría es cosa tonta llamada dinero. —dijo muy decepcionada.

—Ya veo, en este caso no diré nada, hiciste lo correcto obedeciendo las normas que te dimos después de todo. —dije sin poder decir nada más. Luego de ello, volví a tener control en mi cuerpo y me dirigí a una de las tantas guaridas que tenemos nosotros los Akatsuki.

No puedo creer que lo que me contó Hany sea verdad, porque su segunda forma es muy desagradable y terrorífica, ya que solo tiene dos grandes ojos completamente blancos y una enorme boca con afilados dientes acompañados por una larga, ancha y viscosa lengua. Se me hace irreal que alguien soporte tener cerca una criatura como ella.

No me agrada del todo lo que hace Hany, pero si no mata y come, por obvias razones fallecería. Y yo no quiero eso, ella es una gran amiga y compañera, porque me entiende mucho más que cualquier persona. Por ello, yo junto con Tahina somos las únicas que podemos convivir con normalidad con ellas, porque mis hermanos pueden tenerlas cerca, pero se les hace muy incómodo; bueno, sólo a Notaho, porque Honato y Hany se llevan bastante bien.

Ahora solo queda esperar las órdenes de Líder, el ataque a la aldea de la hoja cada vez está más cerca.

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#CONTINUARÁ#

Una Jinchuriki en Akatsuki, Hinata HyugaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora