¿Cómo andan, amigos lectores? Yo ando muy bien, se preguntaran porque, pues lo que pasa es que finalmente se hará el ataque hacia la aldea de la hoja. Líder ya dio el aviso hace unos días y hoy es el día tan esperado por mí y por Hinata.
Lo pele de todo esto es que nosotras no podremos intervenir, sólo actuaran el Líder y la señorita Konan, así que ya se van imaginando el berrinchango que hice al enterarme. Pero eso no es relevante, lo importante es que esa aldeinga por fin pagará por todo lo que le hizo a mi querida compañera de batalla.
—Hany, ¿en serio es necesario hacer esto? —me preguntó algo molesta Hinata.
—Con tal de mantenerme distraída y así intervenir en el ataque, puej jí, es necesario. —dije tranquila.
—Y dale con tu acento raro—se quejó—, bueno, supongo que valdrá la pena. —dijo rendida.
Celebré internamente, tomé el control del cuerpo y cambié su apariencia a la de un hombre no muy diferente a nuestro hermano, Honato. Quería ir de parranda, eso me distraería lo suficiente, espero. Me dirigí al pueblo más cercano y entré al primer bar que vi; me senté en uno de los tantos asientos del lugar viendo a las personas que se encontraban en él para así elegir a mis víctimas de este hermoso y glorioso día.
Tomé la apariencia de un hombre porque así es más entretenido y sobre todo nadie me la puede meter, incluso si es hombre, yo nunca seria el pasivo entre dos hombres; pero, bueno, me estoy desviando de mi verdadero objetivo en este lugar.
¡Bingo! Ya me decidí por mis dos presas, una mujer de nos mas de 20 años con buena figura: cintura pequeña, caderas anchas, pecho bien dotado, cabello café largo y lacio, bien maquillada y vestida; y un joven de unos también 20 años, delgado, pero de bonita cara.
Bien, primero iré por la mujer y luego por el hombre; je, je, sin duda alguna, me divertiré mucho con ellos.
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A la mañana siguiente.
—¡Carajo! ¡Que alguien apague el cojudo sol! —exclamé enojada cubriéndome la cara con una almohada.
—¿Si sabes que lo que acabas de decir es completamente irracional? —me pregunto burlona Hinata.
—¡Calla pichi! —pronuncié sin cambiar mi tono.
—¿Te encuentras bien, cariño? —escuché de una voz melosa. Alce un poco la almohada dirigiendo mi mirada hacia abajo encontrándome con la mujer de la que les hablé hace rato apoyando su cabeza en mi pecho.
—Sí, vos tranquila, suelo despertar así. —le respondí.
—Que bueno, ya me había preocupado. —dijo otra voz sólo que esta era masculina. Dirigí mi mirada a la izquierda viendo al joven del que también les había hablado, el cual se encontraba en la misma posición que la mujer, sólo que del lado izquierdo.
Carajo, tuve un trio, ¡increíble! —festeje en mi mente.
—¿En serio estas festejando el haber tenido un trio? —me pregunto incrédula y molesta Hinata.
¡SÍ! —respondí feliz.
—De verdad, no tienes solución. —dijo negando con su cabeza.
Poco me importa, ahora debo pensar en como me iré de este lugar sin que se den cuenta. Ay, pero que cojuda eres Hany, sos una kiken, sólo pasa estado líquido y ya.
En cuanto abandonaron la habitación para desayunar dejándome solo pase a estado líquido y me dirigí a la salida atravesando las cosas o entrando entre lugares estrechos. No saben cuánto amo este poder, en sí es como teletransportarme de un lugar a otro luego de unos segundos o minutos todo depende de la distancia y el camino que recorreré en mi forma líquida.
Luego de unos 40 minutos me encontraba en frente de la puerta de una de las tantas guaridas de la organización, pero cuando estaba ingresando me acordé del ataque; instintivamente busco la mente de Líder, la cual no encuentro, eso no significa nada bueno.
—Hany, busca la mente de la señorita Konan, ¡rápido! —me ordenó Hinata.
Le obedecí sin dar queja alguna, ya que estaba preocupada. La encontré no muy lejos de la aldea de la hoja, su mente se sentía tranquila y en paz, aquello me confundió así que leí sus memorias y recuerdos más recientes; mierda, el desgraciado de Uzumaki evangelizo a Líder y lo convenció de revertir sus errores, dando la vida en ello.
—No tienes porque enojarte, Hany, Uzumaki sólo le abrió los ojos a Nagato y al fin pudo dejar este mundo en completa paz. —me dijo Tahina.
—Tienes razón. —dije suspirando. Me lleva la mierda, hemos estado perdiendo a personas muy importantes, hoy perdimos a un "padre", ¿quién será el siguiente? y aun más importante, ¿será suficiente la perdida para que perdamos el control?
Estaba bastante preocupada, hemos estado guardando nuestros sentimientos y emociones y eso no es nada bueno, ya que en algún momento "explotarán".
—Bueno, hablaré con la señorita Konan, veré si necesita algo de nosotras. —les informé.
—Esta bien, hazlo, así le devolveremos el favor. —dijo Hinata. Me concentré y conecte mi mente a la de la señorita.
—Señorita Konan, habla Hany.
—Hola, Hany, supongo que estas algo furiosa, ¿verdad?
—No, no, no, no, no...bueno, sí; pero eso no es lo importante. Lo importante es si usted se encuentra bien o si necesita algo, tanto Hinata como yo estamos dispuestas para ayudarle.
—No quiero molestarles, así que no se preocupen sólo llevaré a Nagato a un lugar muy importante y seguro para ambos.
—No es ninguna molestia, pero si usted lo dice pues no nos queda de otra, ¿verdad?
—Así es, pero es más porque el lugar es secreto y por obvias razones no puedo mostrárselos.
—Bien, pero para cualquier cosa llámenos, ¿esta bien?
—Esta bien. Nos vemos, chicas.
—Nos vemos, señorita Konan. —dijimos Hinata y yo.
Al decir eso, le devolví el control del cuerpo a Hinata. Alguien más va a morir, ¿no es así? Anden, díganme, así por lo menos estaré preparada. No sean malos, no le hagan caso a lo que les diga la escritora en los comentarios, vamos, díganmelo. Por favor, lectores lindos, hermosos, mis amores.
Nah, que estoy pensando es obvio que no me dirán nada. Bueno, lo que sea que vaya a suceder estoy segura que podré con ello.
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#CONTINUARÁ#
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Una Jinchuriki en Akatsuki, Hinata Hyuga
FanficTodos conocían a Hinata Hyuga como la más débil de su generación, ella sabe eso, pero se lo repiten seguidamente, aquello hacia que se menosprecie, y luego de comprobar que todos la consideraban así, ella decide irse de la aldea de la Hoja para ser...