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Para JiMin, YoonGi es alguien amable sin una pizca de maldad, él único que le brindó una mano.
Para YoonGi, JiMin es un simple humano.
Pero... ¿Por qué un simplemente...
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— Yihio, ya salieron los exámenes de sangre que te encargué? —Kim pregunta a la joven que estaba frente a él.
Ella sonrió—. A eso venía doctor Kim, aquí están los resultados de los análisis de la muestra de sangre que me pidió —ella le tendió un sobre de manila y luego hizo una venía para irse en otra dirección.
Kim YoungJo entró en su oficina y cerró la puerta, trabándola con llave para luego irse a sentar en el sofá.
Abrió el sobre y saco el contenido que había dentro de él, empezado a leer los resultados de dichos exámenes.
Sus ojos se abrieron cuales orbes al leer el tipo de sangre que poseía aquel humano.
Humano?
Se le podía considerar a eso un humano?
YoungJo piensa que no.
Yoongi debía saber aquello, después de todo la familia Min siempre había tenido problemas con ellos.
Quien lo diria, después de años creyendo que aquella raza estaba extinta, aparece un sobreviviente o ¿Descendiente?
Vaya giros que daba la vida.
Quien lo hubiera pensado. Los enemigos de sangre paladín.
Los genes de aquella raza de vampiros en aquel indefenso e inocente joven.
YoungJo se soltó a reir, todo se estaba tornando tan divertido.
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Yoongi estaba escuchando lo que el jefe de marketing de Corea sobre servicios informáticos hablaba en aquella gran sala.
Desviando sólo un poco su vista para ver a Jimin, quien estaba sentado y escribiendo seguramente lo más esencial en la computadora.
Soltó un suspiró, era como el décimo de lo que llevaba en aquella mañana.
Estaba aburrido, aparte de que también tenía sed, mucha sed.
Luego de otra hora insufrible la reunión al fin llegaba a su fin, Yoongi no podía estar más alegre por aquello, queriendo llegar rápido a casa y beber un poco de sangre de la gran despensa en el sotano.
