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Para JiMin, YoonGi es alguien amable sin una pizca de maldad, él único que le brindó una mano.
Para YoonGi, JiMin es un simple humano.
Pero... ¿Por qué un simplemente...
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TaeHyung no podía creer lo que sus ojos estaban viendo.
Simplemente no podía salir de su estupefacción.
Verlo con sus propios ojos nuevamente después de años en su ausencia. No sabía ni como dirigirse hacía su progenitor.
Tenía tantas preguntas, tantas dudas, pero sabía que no era el momento adecuado para bombardear a su progenitor con sus miles de preguntas.
Seo Joon dejo de hablar con YoonGi cuando vio como los ojos de su hijo mayor le veían detenidamente. Pero también podía sentir la mirada de cierta persona.
Tenía las emociones un poco encontradas, quería correr y abrazar a su hijo mayor, pero también quería abrazar y darle un buen toque a su medio hermano menor.
Estaba de cierta forma. Dividido.
— Ve con TaeHyung, imagino que quieres hablar con él —Le dijo YoonGi, Seo suspiro y se alejó del vampiro y YoungJo, para caminar duditativamente hacia TaeHyung.
Cada paso siendo pesado y con una y mil explicaciónes a lo que supuso serían las preguntas de su hijo. Temiendo ser rechazado por los años de ausencia, fingiendo estar muerto. Ciertamente esperaba que Tae fuera como JiMin cuando le conoció después de veinte años.
Una vez estuvo frente él, listo para soltar la primera palabra, se conmocionó cuando sintió el fuerte impacto de los brazos de TaeHyung sobre su persona.
Y suspiro con alivio cuando escucho los susurros de su hijo, y el fuerte agarre que este ejercía sobre su ropa, acaricio los cabellos del humano y guardo silencio durante el abrazo.
YoonSik observó aquella escena en silencio y no pudo evitar sentir el aceleramiento de su corazón. Él también lo había extrañado tanto.
WangMin se posicionó a su lado después de haberse regresado de hablar con YoonGi y YoungJo. Colocó su mano sobre el hombro del vampiro y le dio un fuerte apretón en confianza.
NamJoon, SeokJin, HoSeok y JungKook sólo estaban de espectadores en aquella escena, dándole el espacio suficiente para aquellos dos, padre a hijo, que parecía no querer alejarse el uno del otro.
Seo Joon se alejó del abrazo del rubio y acarició su rostro, quitando todo rastro de lágrimas en él y sonriendo también al ver cuánto había crecido su pequeño.
— Estas enorme Tete, y eres muy hermoso también —halago su padre y las mejillas del rubio se sonrojaron aún más, mientras negaba.
— T-tu no, tú no has cambiado en nada papá —formulo entre hipeos, refregando sus manos por su rostro—. Mamá se pondrá feliz cuando te vea.
El corazón de Seo Joon se aceleró más. Cierto. Cuando JiMin dejo de contestarle fue cuando hizo la pregunta de su madre. Su rostro se volvió serio al escuchar las maldiciones de una voz femenina y luego el silencio que inundó la otra línea.
