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Para JiMin, YoonGi es alguien amable sin una pizca de maldad, él único que le brindó una mano.
Para YoonGi, JiMin es un simple humano.
Pero... ¿Por qué un simplemente...
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Sus finos dedos trazaron aquellas páginas amarillentas pero en perfecto estado, su vista leyendo detenidamente todo lo que en ellas estaba escrito.
Llevaba una semana sumergido en aquella lectura, era tan interesante y se sentía curioso cuando lo comenzó a leer que hasta el sol de hoy, no ha parado de hacerlo.
Luego de haberse desmayado frente a su pareja, había despertado un poco desorientado y con un leve dolor de cabeza, sentía su cuerpo cansado y también tenía mucha hambre.
Se había tomado una pastilla para el dolor de cabeza, y YoonGi habia pasado la tarde a su lado mientras él se alimentaba, pero aunque comió y mucho, su cuerpo se seguía sintiendo débil así que no tardo mucho para que despues de unos minutos cayera profundamente dormido.
Ahora, cuatro días después de aquel suceso, estaba a pocas páginas de poder por fin terminar de leer el libro de "Ephnas"
Eran muchas recetas, algunas eran más simples de realizar pero cada una de ellas pedía una gota o hasta más de dos gotas de sangre del guardián, en este caso él era el guardián así que para que las recetas fueran efectivas tenían que llevar si o si su sangre.
Ahora entendía porque YoonGi resguardaba aquel libró, por su seguridad y por el conocimiento que éste poseía.
Si aquel libro cayera en las manos equivocadas, JiMin no se podía imaginar cuantos conflictos podría traer.
Sus pensamientos fueron llevados lejos cuando unas manos rodearon su cintura y unos labios besaron brevemente la curvatura de su cuello, arrancandole uno que otro suspiro.
— Puedes leer después, vamos tienes que comer algo más que sólo conocimiento y sangré —el tono juguetón del vampiro hizo reír a JiMin quien cerró el libro y se volteo para así quedar frente a frente al vampiro.
Sonrió y rápidamente rodeo con sus brazos el cuello del mayor, atrayéndolo en un besó húmedo.
Donde sus lenguas tenía una batalla para saber quién era dominado por quien, aunque JiMin sabía quién ganaría, siempre lo hacía.
Se separaron del beso y Min lamió la comisura de sus labios cuando sintió el sabor metálico de la sangre, sonrio con sorna hacia el menor que le veia inocentemente.
— Vampiro travieso —Comento él, soltando una carcajada porque JiMin se había avergonzado por algo qué, YoonGi ya estaba más que acostumbrado.
— Hoo~ hyung~ —Sus mejillas estaban tintadas de un fuerte carmesí y YoonGi amaba ver ese color en las hermosas mejillas de su linda pareja.
— Vamos, debes comer algo más sólido —YoonGi de alzó de la cama y luego le extendió la mano a JiMin.
El castaño tomo su mano y con la otra cogió el libro, nunca debía soltarlo, no sabía quién estaba a la espera de un simple descuido y así robar el libro.
