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Para JiMin, YoonGi es alguien amable sin una pizca de maldad, él único que le brindó una mano.
Para YoonGi, JiMin es un simple humano.
Pero... ¿Por qué un simplemente...
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Seoul Corea || 20:45 P.M
Jimin sabía que no tenía porque estar ya en la casa, la luna que brillaba en lo alto de a poco se iba tiñendo de un hermoso carmesí.
Pero es que simplemente no se había movido de aquel lugar, a estas horas sabía que debía de estar ya en la casa de su padre, resguardado, pero por más que intento que sus pies se movieran, no pudo, su cuerpo se negó a obedecer lo que el cerebro le pedía.
Llevaba ya una hora allí, parado en el mismo punto, el enorme portón a tan sólo unos escasos pasos, pero sus pies no cedieron.
Se giró para ver la mansión, las luces estaban apagadas, todas en su totalidad.
No había nadie rondado, todos estaban ya en el sótano de la misma, evitando salir para no ser afectado por los efectos de la luna.
Jimin no se sentía extraño o diferente, se seguía sintiendo igual, así que supuso que lo que le había contado Yoongi era cierto.
Los vampiros híbridos de sangre paladín no eran del todo afectados por la luna sangrienta.
Dejo salir un suspiro cansado y jugo con la solapa de su chaqueta, no sabía que hacer o a donde ir justo ahora.
Algo le gritaba que se quedará.
Pero luego escuchaba la voz de Yoongi diciéndole que No, que se fuera a quedar donde su padre, que no quería lastimarlo o que se arrepintiera después.
Jimin bufo molesto. Pamplinas.
Se giró rápidamente y se encaminó nuevamente a la mansión.
A la mierda lo que Yoongi pensara o dijera.
Él iba a pasar esa dichosa noche con su vampiro le gustase o no a Yoongi.
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Yoongi se sentía inquieto, extrañamente intranquilo.
Observó a su alrededor, los empleados estaban todos sentados en el suelo del sótano, algunos estaban comiendo, otros solo leían.
