2.

237 25 0
                                    

2.

Miles de rosas vuelan por el aire y caen en mis pies mientras hago una reverencia. Cojo una antes de erguirme, me limpio las lágrimas de las mejillas y camino a la salida, despidiéndome del público con una gran sonrisa.

Le doy el micrófono al muchacho que me lo pide e intento recomponerme mientras me quitan los cables. Brian me da un abrazo y me guía hacia la sala Vip, pues todavía queda la actuación de otro artista de la discográfica Díaz.

Cuando entro en la habitación, recibo las felicitaciones de toda mi familia y amigos y me quedo un rato hablando con ellos mientras Arthur me sujeta con cariño, siempre cerca de su cuerpo.

Miro a Gina mientras bebo agua y ella me devuelve una mirada curiosa, sonrío y desvío mis ojos a Freddie. Cuando vuelvo a observar a mi amiga, contemplo que tiene cara de pocos amigos y me levanta el dedo corazón, haciéndome reír.

Arthur aprieta mi cintura y lo miro rápidamente con una sonrisa bobalicona extendiéndose por mi boca.

—Mi padre quiere hablar contigo sobre algo —me informa y miro al hombre, que me sonríe. Asiento y frunzo el ceño.

—Vale, ¿ha pasado algo malo? —pregunto y Arthur se ríe, sacudiendo la cabeza.

—Es sobre trabajo, bikina —indica Félix y sonrío.

—Me habían asustado —exclamo apoyando una mano en el pecho de su hijo—. ¿Qué pasa?

—Quería decírtelo delante de Arthur porque creo que, a pesar de ser un asunto tuyo, les afecta a los dos. —Comienza y arrugo la frente. ¿Nos afecta? Miro a Arthur, que me dedica una sonrisa tranquilizadora y vuelve a darle un apretón a mi cintura—. El caso es que se ha organizado una gira benéfica por todo el mundo donde participarán varios artistas. Es algo solidario y la discográfica quiere unirse... En realidad, queremos que seas tú junto a Ben —comunica, señalando el escenario, donde el chico nuevo está cantando.

—Lo que le preocupa a mi padre es que serán tres meses viajando por muchas ciudades alrededor del mundo —señala mi marido y alzo las cejas.

—He hecho giras más largas —exclamo y el mexicano mayor sonríe—. Y estoy dispuestísima a participar en esa gira benéfica. Arthur está acostumbrado ¿verdad? —Alzo la mirada hacia el aludido y este asiente.

—Pero no podré ir a todos esos conciertos. —Borro mi sonrisa y él acaricia lentamente mi espalda—. Ya sabes que las negociaciones sobre la sucursal que íbamos a construir en España han quedado en stand by, pero ahora se han reanudado y estamos muy interesados en cerrar el contrato de una vez, así que va a ser muy complicado seguirte por todo el mundo, ya que seguramente tendré que viajar a España para supervisar la transacción.

—Bueno... —susurro y trago saliva—. Va a ser algo nuevo sin ti a mi lado, pero solo son tres meses ¿no? —Félix asiente y sonrío levemente—. Se pasarán rápido y mi participación dará una buena imagen a la discográfica, lo que puede facilitar lo de la sucursal en España.

—No dejes escapar nunca a esta mujer —profiere Félix y Arthur y yo nos reímos. El hombre me abraza con cariño y ternura y se queda hablando con nosotros un rato.

Estar tres meses alejada de Arthur va a ser difícil, más si no voy a verlo con tanta regularidad. Siempre me ha puesto por delante de la discográfica en cuanto a su disponibilidad para venir a todos mis conciertos, incluso en mi gira por Asia. Pero esta situación merece que el director de la empresa esté concentrado al cien por cien para conseguir cerrar ese contrato.

Sé que odia no poder cumplir su promesa de estar siempre a mi lado, pero puedo hacer una excepción.

¿Va a ser complicado? Enormemente, pero lo superaremos. Solo son tres meses, joder.

Brian me avisa cuando llega el momento de saludar a los fans que han conseguido una de las cinco entradas Vips para conocerme detrás del backstage y me despido de todos antes de dirigirme con el guardaespaldas al camerino.

Sonrío todo el rato, me hago fotos y firmo autógrafos en fotos y varios discos. Me encanta escuchar todos los cumplidos que me hacen, lo que significan mis canciones para cada uno de ellos y la ilusión que les hace conocerme.

Estamos más de una hora hablando sin parar y me muestro natural, tal y como soy yo, y parece que eso les gusta más.

Una mujer de unos treinta y pocos años se mantiene callada la mayoría del tiempo, pero me observa con curiosidad mientras respondo todas las preguntas que me hacen. Es la última que se levanta cuando Brian me indica que se ha acabado el tiempo y me despido de las otras cuatro personas mientras ella se queda mirando uno de mis discos entre sus manos.

Brian me mira con extrañeza y yo me encojo de hombros, pero le indico que se quede en el umbral de la puerta.

—Lo siento, pero ya se ha acabado el tiempo. ¿Tienes alguna pregunta que hacerme antes de irte? —pregunto con una sonrisa y me acerco a ella con Brian cerca de mí, a pesar de mi anterior orden.

La mujer alza sus ojos hacia mí y saca algo del bolsillo interior de su chaqueta. Tanto Brian como yo ahogamos un pequeño quejido de sorpresa y nos miramos con las cejas alzadas.

—Sí, unas cuantas —murmura la mujer y Brian cierra la puerta silenciosamente mientras nosotras nos volvemos a sentar en el sofá.

Enamorada de ti (NTEDM 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora