6.

196 26 0
                                    

6.

Un mes después (siete semanas de embarazo) ...

—¡Nos han dado el visto bueno! —festeja la voz de Arthur nada más descolgar y sonrío al notar su alegría—. El edificio se va a comenzar a construir a principios de semana y viajaré a España dentro de un mes para supervisarlo todo.

—Qué buena noticia, cariño. Me alegro muchísimo porque te lo mereces —respondo y cierro los ojos con fuerza cuando escucho su risa.

—¿Y a ti cómo te va, reina?

Siete palabras que me hunden en un profundo agujero.

La foto tiembla en mi mano y trago saliva.

Desearía decirle que hoy me he hecho la primera ecografía, que la tengo en mi mano desde hace tres horas y que me he atrevido a llamarlo con la intención de contarle mi gran secreto. Desearía ser más fuerte, pero su alegre tono me ha hecho recular.

—Bien —murmuro temblorosamente y dejo la ecografía sobre el colchón donde estoy acostada—. Ya he estado en Alemania antes, pero sigue estando tan preciosa como recuerdo.

—Me alegra escuchar eso, reina. Y, si no me equivoco, mi viaje a España coincide con los conciertos que tienes que dar allí ¿no es así?

Mi garganta se cierra y me levanto de la cama para caminar por toda la habitación.

—Sí —mascullo con un hilo de voz—. Será la estancia más larga, tres semanas.

También coincide con la fecha en la que cumpliré las doce semanas de embarazo y ya he estado buscando clínicas privadas para hacerme la segunda ecografía, la que me dirá el sexo del bebé y la última oportunidad que tendré para acabar con todo esto.

¿Llegaré a esas doce semanas? ¿Tendré el valor de traicionar de esa manera al amor de mi vida? ¿Tendré el valor de traicionarme a mí misma?

—Eso es una gran noticia. Como están yendo las cosas, estoy convencido de que todo irá sobre ruedas y podré quedarme contigo hasta que termines la gira —dice Arthur con emoción y contengo el aliento.

Tengo una pelota en el estómago y las náuseas están comenzando a paralizarme. Noto cómo la bilis sube por mi esófago.

—Cariño, eso suena genial —musito lentamente—. Brian me está llamando y tengo que colgar. ¿Hablamos más tarde? O mejor te llamo desde que pueda ¿vale?

—Claro, reina. Te amo.

—Te amo —susurro y cuelgo enseguida.

Lo siguiente que hago es correr hacia el baño de la habitación de hotel y vomitar dentro del váter hasta que mis piernas fallan y termino sentada sobre el suelo.

Nada más recuperarme, rompo en llanto y me abrazo a mí misma mientras mis sollozos retumban en las cuatro paredes.

La puerta suena y me levanto como puedo para lavarme la boca y la cara. La abro y veo que es Ben.

—Buenas noches, Nira, espero no molestarte —murmura y sus ojos marrones recorren mi rostro—. ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a Brian o Freddie?

—No, tranquilo —exclamo, fingiendo una pequeña sonrisa—. Vamos, entra. Es que acabo de hablar con Arthur y como estamos tan separados...

—Claro, lo entiendo —intercede rápidamente y entra en la habitación.

Entonces mis ojos se fijan en la ecografía, que sigue sobre la cama, y lo rebaso para sentarme sobre ella. Esbozo una sonrisa nerviosa y sacudo la mano.

Enamorada de ti (NTEDM 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora