17 ~ Ricky

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Ya estaba en la habitación de mi amo, él estaba sentado en la cama, y yo de pie frente a él, quieto.

-Así que has decidido venir- el dio unas vueltas a mi alrededor –veras, yo si puedo curar tus cicatrices- me susurra al oído, no sé en que momento ha aparecido allí, pero no me muevo debo permanecer quieto… sin rechazarle -pero para eso hay un precio, ¿no te parece?- su voz calo en cada uno de mis huesos, me aparte de él, asustado

-G-Gracias Amo… p-ero ¡¡ahhh!!- sentí su mano en mi garganta, apretándola y dejándome sin aire.

-¿Rechazas mi ayuda? Humano, eso te costara caro- me dijo apretando su agarre, mientras yo me desesperaba, intentando alejarme de el, implorando mentalmente para que me soltara -Y comenzaré jugando un poco con mis colmillos, ¿que te parece?- de un empujón me tiro a la cama, yo seguía sollozando, pero me quede quieto, no quería enfurecer mas a la bestia. -Podría comenzar mordiendo tus brazos- me susurro nuevamente -sacarte un pedazo de carne para que aprendas a mantenerte quieto-

-Robert~~~- pude escuchar de repente la voz de otro ser entrando a la pieza, dando una entrada triunfal a un momento de mierda -Amigo~ pero que le has hecho a ese pobre niño~ mira como llora~- dijo mientras caminaba hacia mi, escuche a mi amo quejarse pero apartarse a regañadientes -Ven aquí  muchacho~ se nota que te falta amor~- dijo mientras me acariciaba el cabello, yo iba a acercarme a él, buscando algo mas de aquella desconocida caricia, pero mi amo me miraba fijamente, dándome a entender que si me movía me sacaría los intestinos… si es que no se comía su piedad antes de tocarme, solo pude sollozar mas fuerte… -Ya basta Robert, vete, fuchi, esta acojonado y tu encima con cara de diablo- le regaña el otro, sentí como mi Amo apartaba su mirada de mí y suspire aliviado…

-Ricky- le llamo el otro -deja eso del Amo Bueno, por que ya tienes un humano y tampoco eres nada Bueno con él- escuche al extraño reírse.

-Pues si~ pero es divertido ver como confían mas en un desconocido que en un Amo abusador y autoritario, ¿no crees humanito?- me dijo mirándome a los ojos -Ou Robert~ déjame hincarle el diente, se ve delicioso-

-No Ricky, ya vete- mi Amo parecía fastidiado.

-Si quieres te presto a mi perro un rato, quizás le enseñe algunos trucos a tu nueva mascota para cuando vuelvas- vi como guiñaba su ojo a Robert, mientras que yo sentía la mas tremenda humillación cuando mi amo se fue de la habitación…

Me tienes aquí… me mantienes aquí… finges ser bueno… luego me haces daño… dices algo… que quieres esto luego lo otro… y yo debo complacerlo para no salir herido… y el muy malnacido se va con otro dejándome aquí… con quizás que demente, ¡¿para que me enseñe unos trucos?!” pense mientras sentía mi sangre arder.

-¡NO VOLVERE A OBEDECERTE! ¡ME ESCUCHASTE MALDITO VAMPIRO! ¡TE ODIO!- le grite mientras me sentaba en la cama, dispuesto a irme de allí.
Pero un portazo me saco de mi enojo, la puerta se había cerrado en apenas un instante por la mano de aquel vampiro, con ojos rojos, uñas largas y colmillos espeluznantes.

-Vaya~ si que tienes agallas humanito- dijo acercándose a mi, yo me mantuve quieto, mirándole a los ojos, quizás me arrepienta luego, pero me dolió mucho lo que Robert me ha hecho.

-Vaya~ si que eres feo vampirito- le dije imitando su tono de voz.

-Cuantas veces he visto esa actitud de rebeldía en los humanos, creen que tienen alguna posibilidad, pero son tan imbéciles- tomo mi cadera, apegándome a él. -Te voy a someter, y solo necesitare una hora para hacerlo- me susurro de forma escalofriante, mientras me tiraba a la cama.

-¡No puedes hacerme nada!- le grito asustado, saliendo de la cama, pero teniéndolo frente a mi en menos de lo que puedo decir -s-soy p-propiedad de Robert… n-no puedes hacerme nada…- intento repetirlo, aunque me sale el miedo con cada palabra y mirada que me da. Me aterra este hombre… este vampiro… y yo tuve la osadía de insultarle…

-Robert me ha dado permiso de hacerte lo que quiera, de jugar contigo como quiera, de dejarte al borde de la muerte si se me apetece- me dio un leve empujón a la cama y me dio vuelta, dejándome boca abajo, tomo mis muñecas y una esposa, y a pesar de todos mis esfuerzos me inmovilizo con suma facilidad.

-No puedes…- susurre mientras él se ponía sobre mi, tomando mi rostro y abriéndome la boca, mientras metía un liquido de extraño pero embriagador olor y me obligaba a tragármelo.

-Claro que puedo, y te volveré loco si es necesario para someterte chico- sentía sus manos bajar por mi cuerpo -Los licántropos son especies sensibles que entran en celo durante un periodo especifico de tiempo, los vuelve locos por sexo, como perros, pero peor- me mordió el lóbulo y yo sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo -te acabo de dar algo especial, que te hace algo parecido, muy parecido, te da un celo artificial, te volverás loco y yo seré el único al que podrás acudir-

-… N-No…- susurre asustado, no deseaba convertirme en su putita por una droga, no podía ser así…
-serás mejor que un perrito obediente muchacho, serás mi mascota y aprenderás a ser un perro dócil y caliente para mi-

Comencé a sollozar, esto no podía estar pasándome… no así… no con él…
Podía sentir mi cuerpo caliente, mi vientre tenso y mi cuerpo como mi desease aquello…

Mientras yo lloraba y le rogaba porque no lo hiciera… porque se apiadara de mi…

-¿Te han roto la cadera? Mi nuevo perrito- yo negué con suspiros, pude imaginarlo metiendo su polla por mi ano de forma bruta y experta, fallándome como solo es capaz un vampiro, la idea me aterro pero calentó por partes iguales mientras sentía mi entrada algo húmeda, no entendía porque, pero sentía que necesitaba que entrara, que me jodiera como quisiera. -Yo lo hare muchacho, te romperé la cadera- me susurro tomándola entre sus dedos y de un momento a otro un dolor desgarrador lleno mi cuerpo, mientras que soltaba un grito que rompía mi garganta. -Oh~ hermoso no grites tanto- me bajo la ropa, dejando mi trasero completamente expuesto, me dio una fuerte nalgada haciéndome gritar de dolor, no había placer en lo que hacia, pero mi miembro no sabia hacer mas que ponerse duro, no permitió que bajara la cadera mientras juntaba mis piernas y agarraba mis nalgas, separándolas.

-¡P-Para!- lloraba -¡Para por favor! ¡N-no puedo así! ¡Duele por favor te lo imploro!- le gritaba mientras sentía como la cabeza de su miembro tocaba mi entrada.

-Vas a aprender a temernos como corresponde perrito, y a obedecernos sin chistar, o sino te la clavare con la cadera hecha añicos, ¿quieres eso pulgoso perro?-

-M-Me portare bien amo… m-me portare bien… s-se lo suplico… n-no le deje hacerme esto… Por favor Amo ayúdame- le susurre con pánico en mis palabras al único vampiro que no me ha hecho mas daño del que puedo soportar, al único en que tengo un mínimo de confianza...

-Ya déjalo Ricky- escuche la voz de mi amo desde la puerta, liberando en mi una vorágine de sensaciones llenas de alivio y felicidad al escuchar aquella voz.

-Pero Robert~ ya lo tengo amaestrado~ déjame disfrutar de la gloria- pero yo era solo un juguete para el… a un perro lo querría mas…

-Dije que basta- escuche sus pasos y luego el gruñido del otro vampiro, alejándose

-No usaste a mi muchacho ¿cierto?-

-Esta en el living, he estado detrás de la puerta todo este tiempo- y se limitó a entrar ahora… cuando pedía piedad… cuando mi mundo se caía a pedazos por una droga y a manos de un vampiro que quería convertirme en menos que un perro…

-Entonces esta bien, te lo deje listo- y con eso salió de la habitación.

-Que decepcionante- le mire y el seguía viendo la puerta -ni siquiera estuvo media hora contigo y ya te tiene todo rogando- podía sentir su enojo -y a mi, me gritas que no me harás caso, cuando te trato bien, cuando soy paciente contigo- su mano me agarro la cadera, bajándola y haciéndome gritar del dolor -me gritas que me odias cuando te prometí no violarte antes de que estuvieras preparado y no quemarte por muy merecido que lo tengas- su mano estaba apretando mi cintura, dejándome las marcas de sus dedos, y yo solo temblaba de miedo y de la maldita sensación de la droga de el otro vampiro -¿pero sabes que? Te voy a enseñar quien manda, no te preocupes, mantendré mis promesas, pero ahora no serás mi mascota humana- sentí mi cuerpo estremecerse -te convertiré en un asqueroso perro lame botas, te voy adiestrar como a un chucho para que aprendas a respetarme, desde ahora mismo- rompió las esposas que sujetaban mis muñecas y de un aventón me tiro al suelo, arrancándome un nuevo grito, solo era capaz de llorar. -vas a caminar a mi lado, en cuatro patas-

-A-Amo…- susurre -por favor… no puedo… no me haga esto…- estaba realmente asustado, mientras la droga me volvía loco.

-Los perros no hablan- y a puras patadas me puso como el quería, con mis rodillas y mis manos sobre el piso, comenzó a caminar, pero yo no era capaz de seguirlo. -Si no puedes andar te arrastras, pero desde hoy me seguirás todo el tiempo-

Nada serviría ahora… había perdido todo lo que me había regalado… y todo por ser un idiota… por no aceptar que para el no soy mas que un objeto… y aceptando aquello comienzo a arrastrarme por el suelo, siguiéndolo sin hacer uso de mis piernas… no podía… y a pesar del dolor… creo que el miedo y la droga han podido mas conmigo…

Morissss
Feliz Navidad Atrasada~~
Un ??? me dio ánimos con mi historia así que aquí estoy~ con cap nuevo~
Aquí esta~ en el siguiente se pone mejor jijij
Muajajajajaa
Ya mucho

Eso jajajaja
Chau, espero que les vaya bien bien

Haku-Tan
25 de Diciembre, 2019

El Infierno que no Conociste [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora