約束 Yakuzoku

232 34 3
                                    

El júbilo rebosaba todo el lugar. A donde quiera que se miraban, había sonrisas. Las gradas no estaban abarrotadas, pero tampoco podía decirse que estaban vacías. La piscina estaba rodeada por sillas y mamparas, donde los competidores de las diferentes universidades aguardaban para que el torneo empezara. También había unos cuantos en las gradas, con sus aplaudidores inflados, preparándose para la futura porra cuando sus compañeros subieran a los bancos. Y ella ahí, sus antebrazos recargados sobre el tubo metálico de la barda de cristal, preguntándose el porqué de muchas cosas, sin llegar a una respuesta clara en todas ellas. Natsumi soltó un suspiró, dejando caer su cabeza. No se entendía, literalmente.

—¿Estás bien, Natsumi? —le preguntó Asahi, quien estaba parado a su lado junto con Haru. —Parece que estás de caída, ¿qué ocurre? ¿No se supone que esté debería de ser uno de los días más emocionantes que hemos tenido hasta ahora? Vamos, arriba el ánimo.

Natsumi volteó a verlo con una tenue mueca y una sonrisa de lado. Asahi le sonrió ampliamente, haciéndole imposible el no soltar una leve risa.

—Sí. Sí, supongo que tienes razón después de todo —dijo Natsu rendida, giró la vista hacia la gran alberca —. Es solo que... Creo que estoy algo abrumada.

—¿Por qué? —preguntó Haru.

—Eso es lo que me causa conflicto: no tengo idea porque —murmuró la castaña —. No sé. Es algo extraño. Supongo que no pensé que llegaría hasta aquí así, o algo por el estilo.

—¿Así, cómo? —inquirió el pelirrojo —. ¿Con unos de los mejores tiempos que hayamos visto? ¿Con la seguridad de poder batir el récord del torneo universitario? Inclusive el masculino. ¿Poder superar por mucho el tiempo para el invitacional de todo Japón? ¿Con un tiempo que supera tu propio record? ¿Es eso? ¿En serio?

—Sí. Creo que sí —respondió Natsumi, algo confundida por todo lo que se arremolinaba en su cabeza—. Es decir, estoy feliz de haber superado mi récord, y estoy muy emocionada por este torneo, pero... no sé. No pensaba que tuviera la capacidad para mejorar mi tiempo antes de esto. Tenía planeado llegar con el récord que logré hace un par de meses. No sé, siento que es eso, aunque...

—No deberías —interrumpió Haru.

Natsumi volteó, intrigada, algo ensu habla le pareció diferente al de siempre, más confiado, creía. Lo miró. Haru le dedicó una pequeña sonrisa, sincera, cálida. Sus ojos brillaban con el reflejo de la luz que entraba desde los grandes vitrales a sus espaldas, centelleaban cual piedras preciosas dentro de las aguas calmadas de un río. No pudo evitar sonreír.

—Eres muy fuerte, Natsu —sonrió Haru —. Confía. Puedes hacer lo que sea.

—¡Así se habla! —exclamó Asahi, palmeando fuertemente la espalda del chico —. ¡Ahora vamos allá y demostremos de que somos capaces!

—Sí —asintió Haru.

—Claro, vamos... —suspiró Natsu mientras se erguía, mas fue interrumpida.

Escucharon una voz a sus espaldas, saludando con «Están emocionados, ¿verdad?». Natsumi distinguió los gestos del otro par al mirarlos, por un instante, por el rabillo del ojo: reconocieron la voz; a diferencia que ella, no le resultó familiar en lo más mínimo, lo que hizo que su curiosidad aumentara. Se volteó junto con Asahi y Haru. Un chico castaño, un poco más altos los saludó. A Natsumi le pareció notar un ligero parentesco.

—Hola. Cuánto tiempo —hizo un ademán.

Suponía que ya lo estaba esperando por parte del pelirrojo, pero aun así le causó mucha gracia, afortunadamente supo cómo esconder su pequeña risa.

•僕らの夢• (Haruka Nanase × Oc) [Road to the world]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora