再会 Saikai

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El aire que apenas entraba por las puertas de cristal, que conducían hacia la terraza, no era suficiente para corromper el pesado calor que sometía el salón, donde el sonido de los golpes secos al cuero sintético de los sacos resonaba a cada instante. Natsumi no paraba de dar ganchos al costal, sostenido por Kazuo desde atrás para evitar que se moviera de más. Una pequeña perla de sudor bajaba por el costado de su mejilla, su respiración jadeante ni siquiera llegaba a sus oídos al estar ensimismada con el movimiento de sus brazos y piernas. Inspiró rápidamente, alejándose del saco con un saltó. Alzó su pierna con fuerza para atinar un potente y firme golpe al lateral del costal con el metatarso; dio un pequeño saltó con el pie con el que hacia soporte sobre el suelo, girando todo su cuerpo para golpear la parte superior el saco con el talón. Dobló las rodillas al caer en el piso acolchonado para amortiguar el impacto.

—Solo te falta tener los sentidos arácnidos para convertirte en spider-woman, Natsu —comentó Kazuo, atrás de saco tambaleante —. ¿Cómo puedes generar tanta fuerza de impacto desde un salto con un mediocre punto de apoyo? Y mi duda persiste, ¿seguro que eres humana?

—Según la ciencia, si lo soy, Kazuo —rio Natsumi, irguiéndose. Su voz se escuchaba un poco ronca por la irritación que su respiración anormal había provocado, y el cansancio acumulado no era buena señal, sus parpados le pesaban un poco —. Y para prueba de eso es que necesito descansar.

—Sí, ¿después de cuánto tiempo? —se burló Keiko, sentada contra una de las paredes de cristal del salón, apartando la mirada del libro apoyado contra sus piernas recogidas —. Hace veinticinco minutos que nosotros terminamos nuestro entrenamiento, y tú sigues con el extra, después de haber nadado quien sabe cuánto... No quiero alentar las ideas de Kazuo pero, es verdad, Natsu. Dudo que muchos aguanten tu paso, nosotros apenas podemos. Y eso sin contar que prácticamente no dormiste por estar estudiando.

—Espera. ¡¿Estuviste estudiando ayer?! —exclamó el castaño. La de ojos verdes suspiro, limitándose a asentir —. Eso significa que estuviste como cuatro horas sin dormir desde que llegaste a tu casa, y vaya que llegaste tarde, sumándole lo que tuviste que aguantar de tu madre... ¿Cuántas horas dormiste niña?

—Menos de cinco horas, creo —señaló Natsumi, después de dar un largo sorbo a su botella —. No las conté del todo bien, cuando me di cuenta ya eran cuarto para las dos. Pero, ¿qué se puede hacer? Es ingeniería eléctrica, sabía que iba a tener que perder horas de sueño desde el principio. Es parte de las consecuencias.

—Bueno, por lo menos te gusta —suspiró Keiko —. Sinceramente no sé cómo aguantas eso como rutina. Yo apenas puedo con mi entrenamiento durmiendo las ocho horas. ¿Segura que no necesitas ir al médico? Para el tema del insomnio más que otra cosa.

—Ya te lo dije, Kei —sonrió de lado Natsu, sentándose a su lado —. No necesito medicamento para eso, sería como drogarme, y en la vida he pensado en hacerlo. Además, aunque lo tomara me sería imposible dormirme sabiendo que mi madre sigue despierta y ronda por la casa. Es mejor aprovechar ese tiempo que acostarme sobre la cama y quedarme mirando el techo, ¿no?

—Supongo —dijo Kazuo antes de soltar una pequeña risilla —. Yo tampoco me aventuraría a dormir sabiendo que hay un demonio en mi casa que busca matarme.

—Oye, no creo que sea para tanto... —replicó Natsumi.

—Yo creo que sí —bromeó Keiko, provocando una gran carcajada en todos.

Había varias veces en las que Natsu se preguntaba por qué se juntaba con aquel par tan singular, siendo que aprovechaban cada oportunidad que para hacer alguna broma sobre su relación con su madre; luego, recordaba que aquel par le había ayudado a salir del agujero en donde esa mujer le había tenido seis años, y lo olvidaba, reía con ellos.

•僕らの夢• (Haruka Nanase × Oc) [Road to the world]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora