分析 Bunseki

230 26 1
                                    

Si no hubiera sabido, desde el principio, lo que todo eso le ayudaría en un futuro, lo bastante cercano como para considerarse indispensable, Natsumi hubiera pensado que era una locura; una completa, exagerada y ridícula locura. Por donde sea que lo viera, no encontraba utilidad a algunas de todas las medidas que le habían tomado durante el examen médico tras el antidopaje.

Algunas como la estatura, el peso o la masa muscular podía entender, por sentido común, en que se utilizarían, inclusive que le hubieran tomado medidas muy minuciosas de sus brazos y piernas como el largo de la tibia o el radio, le pareció normal. Inclusive no se quejó, ni siquiera pensó en hacerlo, cuando, frente a una cámara sobre un trípode, le hicieron colocarse simulando las posturas del hombre de Vitruvio de Da Vinci. Después de todo sabía se estaba sometiendo a un examen médico exhaustivo. Pero eso no bastó para que, al momento en que una de las doctoras de la universidad empezará a medir, falange por falange de su mano, ese examen se convirtiera de exhaustivo a ridículo.

Natsumi, y muy a su pesar, vestía solo un top deportivo negro que apenas dejaba ver parte de su pecho bajo el cuello, y un short de licra deportivo del mismo tono que le cubría cerca de un palmo más arriba de la rodilla, solo para facilitar los exámenes. Más de una hora y media dentro de esas blancas, mas amplias, cuatro paredes, junto con el incesante zumbido de la ventilación que de a ratos exhalaba, o caricias o fríos zarpazos, que danzaban por toda la habitación, haciendo que leves estremecimientos le recorriera la columna una y otra vez.

Con un oxímetro alrededor de la punta de su dedo índice derecho, mientras que en la muñeca izquierda un monitor arterial apretaba con fuerza tratando de descifrar su pulso, Natsumi esperaba, impaciente, a que esos dos últimos estudios terminarán para pasar a los demás. Ensimismada e ignorando la creciente presión, Natsumi tenía la mirada fija en la pantalla de la computadora frente a la doctora, intrigada por todos los movimientos automatizados de las gráficas y la interfaz de un programa que no había visto nunca a pesar de sus estudios.

Era mucho más que un software privado o algo por el estilo. Los comandos necesarios para que todos los datos que estaban siendo analizados y comparados con quien sabe cuántos más eran demasiado exactos y complicados como para poder entenderlo solo con una vista lejana y un par de minutos. El agudo sonido del monitor arterial la sacó de sus pensamientos e hizo que la atención de la de bata blanca volviera a ella. La doctora hizo zumbar las rudas de la silla al levantarse con una tableta en las manos antes de dirigirse a la castaña. Presionó sobre el teclado digital los datos del oxímetro y luego los del monitor arterial. Natsumi alcanzó a distinguir como otra gráfica en la computadora cambió sus valores. La médico retiró los aparatos del cuerpo de la de ojos verdes, dándole la oportunidad a esta a mover su muñeca mientras la giraba lentamente, tratando de desaparecer la sensación de la presión.

—Bien —exclamó la doctora —. Con eso terminamos el examen médico Hamasaki. Solo espera un par de minutos a que el proceso termine y te diga los resultados. ¿De acuerdo?

—Claro. Gracias —sonrió Natsu al estirarse y tomar su chamarra deportiva del borde de la camilla —. Pero ¿puedo pedirle un favor, doctora?

—Dependerá de cuál sea —río la mayor —. Pero sí, ¿cuál es?

—¿Podría llamarme por mi nombre en vez de mi apellido? Por favor —dijo Natsumi tras cubrirse con la rompevientos.

—¿Por qué? —inquirió confundida la doctora apartando la vista de la computadora —. ¿Hay alguna razón en especial?

Natsumi se encogió de hombros.

—Simplemente me siento más cómoda cuando las personas se refieren a mí de esa forma.

•僕らの夢• (Haruka Nanase × Oc) [Road to the world]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora